LA MARCA DE ALFA PARTE 6 3/3

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Derek gimió cuando su compañero succionó la herida en su muñeca.

Había algo placentero de ver, ver como aquel líquido vital bajaba por la garganta del chico, aquello ponía duro al alfa, ver que con su sangre se unía al castaño, más y más. La sensación de aquellos labios sobre su piel, la rosada lengua lamiendo gota a gota fue suficiente para que el viejo Dire lobo dentro de él se enderezara y aullara.

Este niño era su compañero, a partir de ese momento le pertenecía.

Mierda, Derek estaba teniendo problemas para controlarse y el humano apenas y había comenzado a beber. Tendría que asegurarse que no hubiera apego por ambas partes, para algunos de sus congéneres les era difícil romper el apareamiento, otros llegaban a enamorarse del humano que cabía la posibilidad muriese en el parto.

Derek se aseguraría que eso jamás ocurriera, ninguna de las dos. Que él no estuviera planeando pasar su vida con el joven hombre no significaba que le dejase morir.

Nunca.

La polla de Derek palpito dolorosamente cuando Stiles, succionó por última vez la herida. Stilinski hizo graciosos sonidos mientras bebía, como si se tratase de alguna golosina favorita para el castaño.

Hale no lo soportó más. Por su cabeza no pasó la posibilidad de llegar a tal grado de atracción o excitación que provocaría el adolescente en él.

¿Era normal que un alfa que compraba un compañero temporal sintiera este tipo de lujuria antes de que se extrajera sangre? Lo investigaría después, porque en ese momento, lo único que le interesaba era poner al castaño bocazas en sus rodillas y hacer lo que había venido.

Derek retiró la muñeca, demasiado rápido porque los dientes de Stiles habían arañado la piel del lobo, siseó. Stiles gimió tratando de alcanzar la fuente de aquella droga que hacia calentar su sistema.

El moreno negó con la cabeza y llevó su propia muñeca a su boca donde curó la herida con saliva.

—Hambriento ¿verdad?

—Sí —gimió Stiles, alcanzando la mano de nuevo, pero Hale la apartó. No pudo evitar sonreírle al hombre, a su compañero.

—No más de esto. Ya has tenido suficiente. ¡Cristo! estás casi borracho por ello.

—No me importa.

—Bueno, a mí sí que me importa, —dijo Derek y agarró a su luna por la cintura y le dio la vuelta.

El alfa se recordó que tenía que medir su fuerza a la hora de tratar con el humano, Stiles dejó escapar un crudo suspiro, como si no hubiera estado esperando estar sobre su estómago.

—En tus manos y rodillas, ahora —ordenó el alfa y se excito cuando Stiles acató de inmediato la orden, antes incluso de que Derek terminara de hablar, un sumiso natural.

Con su trasero al aire, Stiles dejó caer su cabeza entre sus brazos.

Sacudiéndola entre murmullos y suplicas.

—Por favor apúrate. Lo necesito. Por favor

Derek se preguntó si Stiles alguna vez se jodió a él mismo. El moreno sabía que Stiles era caliente, un muchacho sano en edad reproductiva, pero en ese momento la rosada carne del culito de Stiles le llamaba, Derek se preguntó si algún juguete estuvo en ese hoyo antes que él.

"Tiene que haberlo hecho" pensó el alfa. Había algo en Stiles, pero Derek no había descubierto que era, el niño era tan sexual a un grado primario, el castaño había demostrado saber lo que era tener placer por el culo, el lobo de Derek gruñó al saberse el primero que poseería aquel canal. Tomaría a Stiles y lo marcaría como suyo, para que todos supieran que le pertenecía

LOS BEBÉS DEL ALFAWhere stories live. Discover now