cuarenta y uno.

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 quiero que sepan que este capítulo trata más de Jungkook explicando lo que pasó

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quiero que sepan que este capítulo trata más de Jungkook explicando lo que pasó.

     Todos en la sala se habían relajado y tomado asiento, una vez que el llanto de Sunhee terminó, empezaron a quejarse

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     Todos en la sala se habían relajado y tomado asiento, una vez que el llanto de Sunhee terminó, empezaron a quejarse.

Las quejas se las llevaron más que nada, Minghao y Taehyung las cuales eran por saber de la verdad y no contarla. Jungkook no sabía si reír o llorar.

Jungkook se sentó a un lado de Yugyeom conectando miradas con este, el pelinegro sonrió levemente. Ambos sintieron la mirada de Jinyoung en ellos y Jungkook recordó los viejos tiempos.

—La pregunta es, ¿por qué fingías no conocer a nadie?—se cruza de brazos, Mingyu.

Mingyu había bajado rápidamente cuando escuchó el grito de Minghao. Estaba tratando de dormir pero le fue imposible cuando comenzó a escuchar los gritos de Jinyoung y lo peor para su cabeza, el portazo que dió el chino.

Jungkook llevó una mano a la rodilla de Yugyeom, quién rápidamente colocó la suya encima de esta. Jungkook miró a su al rededor. En serio los había extrañado a todos.

—Por qué no me sentía preparado para decir, hola volví y no estoy muerto.—dice con burla mirando a Mingyu. Su amigo le sacó la lengua burlonamente, tal y como un niño.

Todos juntos volvieron a hablar amontonados aturdiendo al menor quién sentía las caricias que Yugyeom le daba en su mano, quería llorar y pedirle perdón por todos los días que lo hizo sufrir.

Hyunsuk gritó para que hagan silencio, llamando la atención de Jungkook.

—Puedes explicarnos todo desde el principio.—le dice al menor de sus hijos.

Jungkook hizo una mueca antes de asentir con la cabeza acomodando cada situación para poder explicarlas.

—Esa noche aparecieron las brujas, ellas controlan el viento, agua, tierra y fuego—todos miraron atentamente a Jungkook, sin perderse de ninguna palabra.—me dejaron sin vida en uno de los campos cerca de ahí todo para que Mark vaya en busca de mi cadáver. Cuando me dejó en la lápida de Jaehyun en el bosque, ella volvieron por mí antes de que Mark hiciera cenizas mi cuerpo reemplazandolo por otro. Me trajeron a la vida esa misma madrugada, las cuatro me explicaron el por qué era necesario estar con ellas, mi zorro se estaba saliendo de control. Cómo no podía controlarlo por mí mismo, necesitaba un entrenamiento especial, estuve un año entrenando duro aprendiendo y controlando cada uno de los poderes del zorro, frustrandome cuando no podía hacer los hechizos de sanación y el más difícil de todos, manejar el fuego. Pero, jamás me olvide de ustedes, Taehyung siempre que volvía al desierto donde yo estaba me traía información o me contaba lo que andaba pasando—todos miraron a Taehyung. Todos sabían que ellos nunca se llevaron bien, se odiaban. Jungkook rió al saber que estaban pensando.—pase noches llorando porque extrañaba a todos—dió un leve apreton a la rodilla de Yugyeom.—pero extrañarlos me ayudó a terminar el entrenamiento más rápido de lo normal, podría haber durado más años por lo que me habían comentado. Ese hubiese sido un problema.

La sala quedó en un silencio que aturdia a todos de igual manera. Muchas preguntas y pensamientos en la cabeza de cada uno, Jungkook relajándose al sentir aún el calor de la mano de su pareja.

Siempre supo que Yugyeom pensaba en él, lo sentía. Sentía la tristeza de su chico, los pocos días donde se sentía alegre o las veces que no podía dejar de pensarlo sintiéndose culpable. También sabía cuando no podía dormir por estar atormentándose. Jungkook siempre quiso escapar de aquellas mujeres para correr a los brazos de su amado novio.


—¿Por qué has vuelto justo ahora?—pregunta Minghao.

—Les va a parecer muy gracioso—dice divertido mirando a Taehyung quién suspiró cansado. Todos pasaron su mirada a ambos chicos, terminando en Jungkook.—pueden creer que Taehyung es como mi hermano sobrenatural o algo así—todos hicieron una mueca de confusión, hasta el hombre mayor. Jungkook soltó una risita y Taehyung simplemente se cruzó de brazos, ya no tenía animos de quejarse.—Taehyung aunque sea lobo tiene las mismas habilidades que yo, solo que a diferencia de que no puede hacer curaciones y eso. Cuando hyung apareció en el desierto hablando con las mujeres muy normal yo me sorprendí demasiado, había pasado un mes desde que estaba en ese lugar y verlo ahí fue como una salvación quería saber como estaba mi familia. Él entró a la carpa y comenzó a darme un sermón de que tenía que tomarme las cosas seriamente y muchas quejas más, por ultimo me comentó todo lo que sucedía aquí. Las brujas me explicaron la razón de porque sentía rechazo hacia Taehyung mucho tiempo, también es la razón de porque peleábamos siempre que nos veíamos, el zorro tiene celos de Taehyung pero a medida que entrenábamos juntos eso iba dejando de suceder, ahora lo aprecia, ¿no Taehyungie hyung~?—Taehyung pone los ojos en blanco.—las brujas comenzaron a darnos misiones a ambos para que yo comience a usar todo el entrenamiento y mejorar de a poco, Taehyung acompañándome para poder controlarme. Hoy fue nuestra ultima misión, si la cumpliamos bien yo tenía el permiso de volver a casa, aquí estoy.—sonríe.

El silenció solo duró unos segundos cuando todos comenzaron a hablar amontonados otra vez, Jungkook agradecía que nadie lo haya atacado de mala manera o lo hagan sentir mal por hacerlos sufrir con una farsa. Le preocupaba el rechazo de su familia.

Se dió cuenta que Yugyeom solo acariciaba su mano, pero jamás dijo palabra alguna. Lo miró, este tenía su vista fija en sus manos, estaba muy concentrado y metido en sus pensamientos.

—¿Sabías que nuestro lazo se hizo aún más fuerte?—le susurra haciendo que Yugyeom conectara miradas con él. Jungkook asiente con su cabeza.—puedo sentir cuando estas triste, cansado, feliz o simplemente piensas en mí. Ahora, sé que estas nervioso. ¿Por qué?.—entrelaza sus dedos con los del contrario.

Yugyeom recorre cada facción del rostro de Jungkook. Él realmente tenía el rostro de un ángel, solo quería sonreírle para siempre y decirle cuanto lo ama, no le importaba haber llorado por él un año entero sin razones, lo ama y si tiene que llorar otro año más con tal de que no lo deje, lo haría sin dudar.

—Ya me preguntaba yo porqué me sentía tan agotado varias veces—habla bajito, Yugyeom. Solo ellos se escuchaban, los otros seguían en una discusión.

Jungkook ríe.—Lo siento, creo que entrené demás.

—No importa, eso hizo que ahora estes aquí y gracias.—acaricia el rostro del menor. Su suave piel seguía como la última vez que tocó aquel rostro.

—¿Por qué?—acaricia los oscuros cabellos de su chico.

—Por volver.

Jungkook sonrió, sus ojos brillando por las lágrimas que se asomaban queriendo salir en cualquier momento. Su chico... sus ojos siempre brillaban cuando lo miraba a él, Jungkook quiere gritarle al mundo que tiene a la persona más hermosa a su lado.

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Una noche en el bosque••YugkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora