Una noche en el bosque••Yugkook

veinte.

Los golpes en su puerta se escuchan potentes, como si la persona al otro lado de esta estuviese desesperado por ser atendido. Pensaba que iban a tirar su puerta abajo con la fuerza que era usada.

—¡Pase!—grita de una vez por todas calmando al joven detrás de esta, quién rápidamente la abre con un evidente shock en su rostro.—¿que pasa...?—pregunta confundido.

—Está aquí.—Jinyoung le informa a su padre quién inmediatamente entendió de que se trataba.

Hyunsuk por parte se encontraba sorprendido de que el joven el cual estuvo buscando por años haya aparecido en menos de cuatro horas y todo gracias al hermano mayor de este, era la primera vez que el joven decidió mandar a alguien a saber que pasaba, de que se trataba todo aquello y hyunsuk por fin sentia su alma en paz. Luego de ser salvado por el lobo mas temible sentia que le debia una, pero con el tiempo y conociendo como era el menor de los Kim se fue encariñando con él aunque no hayan cruzado palabra alguna, de lejos podia verlo y sentirlo.

No va a negar que tuvo que usar a algunas personas para que guíen al menor hacia él y poder explicarle la situación, todo lo hace por su bien. El menor de los Kim tiene la misma edad que su hijo por eso necesita y desea cuidarlo, a pesar de la promesa, a parte de que se ha encariñado.

—Házlo pasar...—se levanta de su escritorio y se queda parado en el mismo lugar con sus manos juntas detras suyo.—pon vigilancia, pero no seas exagerado que se desparramen por ahí, solo quedense cerca.—su hijo asintió con su cabeza y volvió a buscar al chico.

Jinyoung por su lado estaba un poco sorprendido. Varios recuerdos vinieron a su cabeza, de las veces que se cruzó con él pero jamás pensó que era el lobo al cual perseguían. Por ejemplo, aquel día en el hospital, él era el chico encapuchado, solo él vio su rostro por lo visto.
Le habló al menor diciéndole que podía ir hacia su padre tranquilamente y pase sin golpear porque lo estaba esperando, como hace tiempo.

Jungkook se encontraba saliendo del instituto, se sentía relajado sabiendo qué solo faltaban dos semanas y saldría de aquel lugar que se convirtió en una pesadilla para su vida.