cuarenta y dos.

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Tres meses después.

Yugyeom se sentía agotado. Esos últimos días además de controlar el caos que había con su manada, las discusiones con su pareja, ahora pareciera que cosas peores venían. O tal vez es un mal presentimiento erróneo.

Sintió que la noche pasó tan rápido que el sol ya estaba quemando su rostro pero el frío aún estaba pegando en su cuerpo, siente un movimiento a su lado que hace despertarlo por completo. Está a punto de correr su rostro para ver al chico a un lado de él, pero su cuerpo golpea el piso de la habitación antes de lograrlo.

—¿Estas bien?—sus ojos grandes veían a Yugyeom tirado en el suelo de madera, el cual resonó en toda la casa con el impacto.

Yugyeom se sienta en el suelo con una de sus manos en cada rodilla, sus ojos estaban cerrados, buscaba paz mental respirando profundo y exhalando cuando ya no aguantaba. Estresarse era lo peor para él.

Jungkook quería reír, era la tercera vez que tiraba a Yugyeom de la cama a causa de sus constantes pesadillas, aúnque aquello era horrible, le daba risa la situación de todas las mañanas.

Yugyeom se levantó, apoyó una de su rodillas en el colchón entre medio de los muslos del menor, sus brazos terminaron por acorralar el cuerpo de Jungkook quién se encontraba debajo de él.

—¿Crees que es gracioso?—sus ojos volvieron a tener ese color rojo, los cuales erizaban la piel de Jungkook quien tenía una sonrisa coqueta en sus labios.

Jungkook estaba a nada de responder pero el fuerte golpe de la puerta chocando contra la pared hizo que Yugyeom suspire cayendo su rostro en un costado del cuello de Jungkook. Ambos estaban hartos de no tener momentos tranquilos e intimos, siempre algo grande pasaba.

Este mes Yugyeom estaba atendiendo a una manada que había llegado de la nada, los cuales quedaron sin un jefe alfa que los guiará a causa de que fue asesinado. Ellos fueron con el aviso a Yugyeom, al parecer era el segundo jefe alfa que era asesinado en ese mes, y nadie quería que Yugyeom muera y que su poder quedara en manos de alguien malvado. Yugyeom permitió que aquella gente, la cual era poca, se quedara en la parte de su tierra teniendo un acuerdo con el padre de Jungkook.

Youngjae soltó una risita al mismo tiempo que rascaba su nuca con nerviosismo. Jungkook conectó miradas con él y soltó una risita también. Al unico que no le parecia divertido aquello era a Yugyeom.

Por lo visto su mañana no tenía un buen comienzo.

—Lo siento—juega con sus manos.—Yugyeom, Jaebum me mandó a llamarte, al parecer aparecieron personas  nuevas que estan buscandote.

Yugyeom salió del cuello de su novio para levantarse de la cama, su torso estaba desnudo aunque hiciera demasiado frío, agarró su camiseta y asintió hacia su cuñado.

—En minutos estoy allí, Youngjae, gracias—le sonríe.

Youngjae hace una mueca al ver el cansancio en el rostro de Yugyeom, sus ojeras ya no estaban oscuras, estaban rojas de lo que no logra dormir desde hace bastante tiempo. Era preocupante.

Jungkook también lo había notado y eso, por parte, lo hacia sentir culpable. Aveces ambos empezaban a discutir sin razón alguna Yugyeom sacándole en cara al menor el haberlo abandonado y Jungkook siempre era el que terminaba rompiendo en llanto por las dolorosas palabras que aveces el mayor soltaba sin estar consciente de aquello. Pero siempre terminaban arreglándolo, porque Jungkook sabe cuando Yugyeom está realmente arrepentido, sabe lo que siente y él ahora mismo está agotado. Además de aquello, Jungkok tenía pesadillas constantes y Yugyeom siempre estaba para abrazarlo y hacerle sentir protegido. Los últimos días y noches de Yugyeom se volvieron tan complicadas tanto con su pareja como con su manada y él no podía dejar de lado ambas cosas y correr lejos, porque ambos son su familia y él sin ellos no sería nada, siempre lo piensa y se arrepiente de tener aquellos pensamiento en su cabeza.

Una noche en el bosque••YugkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora