Recuerdos:
Árdiamos de una manera inexplicable, hasta el punto de decir que ninguno podía resistirse al otro. Nunca fuimos nada, al menos nada titulado, pero éramos nuestros, tan nuestros que el resto dejaba de existir con cada rose de nuestros labios. Pero... cariño, ya no siento lo mismo, tú, tu cuerpo a dejado de incendiarmé, me e vuelto hielo, de lo nuestro ya nada a quedado, tan solo las brasas, que ya no se pueden volver a encender, aunque por las noches de vez en cuando tu recuerdo vuelve a mi mente, ya no causa nada, no causa nada aquí.