Un títere, un castigo enorme y un gran drama.

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Al bajar al sótano, prendieron la luz enseguida y no dudaron ni un segundo en abrir cada caja y analizarla.

Emma abrió una caja que decía "PARA MI GUGGA - GUGGI" (Que así llamaba a su hija la Sra. Waylas) que tenía una tabla con el abecedario, otra con los números del 0 al 10 y una tabla con los colores en inglés. Mariana abrió una que decía "COSAS QUE NUNCA USE EN MI VIDA", que tenía una cámara de fotos en su empaque original, una revista "Seventeen" ('¡Que moderna la señora!' pensó Mariana) que seguía en su paquete de plástico, unos zapatos muy caros que estaban en condición clara de "Sin uso previo" y muchas cosas sin importancia. Luego, Emma abrió una caja que decía "FOTOS. NO ABRIR" cosa que le dijo a Emma que debía abrirla.... Las fotos eran de una Sra. Waylas con lentes redondos, brackets y dos colitas.... La risa de las amigas al ver esa foto era una cosa incomparable. Otra caja que llamo mucho la atención fue una caja que decía "CSI. NO ABRIR"; las chicas pensaron que era una caja con cosas importantes, pero lo primero que vieron fue una membresía del Club de Salsa Intermedia (CSI). En esa caja habían: Un vestido de bailarina de salsa, un folleto de salsa y un papel con dibujos de huellas, para saber cómo bailar. Lo que más llamo la atención de las chicas (Sin motivo) fue una foto de una chica de pelo negro y ondulado, ojos verdes y una nariz filosa. Llevaba un vestido rojo brillante y unos tacones negros... Era bastante bonita.

- Si no fuera por su nariz, hubiera jurado que era cualquier persona... - Dijo Emma

- Oye... Esta foto es de solo 24 años atrás... Parece de 15... - Luego de decir eso, Mariana se sorprendió por lo que su amiga dijo:

- No es tan extraño.

- No es extraño que me duerma escuchando la radio, extraño es que en la foto la mujer tiene...

- 99 años... Cumplió 123 hace poco, se mudó aquí con 20 años...

- Mi abuela tiene 88 años y ni siquiera se ve tan joven como tu abuela ahora

- Sigamos buscando.

La búsqueda siguió por unos 47 minutos... Hasta que...

- Recién veo esa caja de cristal del fondo – Dijo Mariana, poniendo la vista en una caja en forma de ataúd de cristal donde yacía un muñeco de madera.

- Es solo un títere – Dijo con indiferencia Emma

- Uno muy aterrador... ¿Tu abuela era ventrílocua o algo así?

- Creo que si... Hace unos 30 años... Iba de bar en bar... No era algo muy serio, solo un trabajo para obtener dinero para comprarse cosas bonitas...

- Vaya, en toda la casa tiene cosas bonitas, debió ser muy buena....

- No lo creo...

- Conoces mucho de tu abuela como para odiarla tanto...

- Si, ya se... - Emma parecía un poco incómoda – No es la gran cosa...

- Voy a sacar al títere....

- No creo que sea una buena idea...

- Solo es un títere... Jugare un poco con él y... Luego lo vuelvo a poner en la caja

Emma miró con desaprobación a su amiga, pero no hizo nada para detenerla.

Luego, Mariana empezó a hacer chistes, haciendo parecer que el títere era el comediante, y Emma decidió que lo mejor que podía hacer era sentarse a ver el show. Al rato, a la que al principio no le gustaba la idea de que se jugara con el muñeco, disfrutaba más que nadie el espectáculo, e incluso se quejaba si la comediante dejaba de hablar.

Todo iba bien, hasta que, de la nada....

- ¡Sra. Pocket, su tutor la espera! – Dijo una joven pelirroja que tenía cara de "No me importa que te escaparas"

- ¿Son hoy mis clases? Lo olvidé por completo – Dijo Emma

- No pasa na... - La joven se detuvo. Parecía mirar a Mariana, pero en realidad miraba al títere - .Eso no...

- ¡Solo nos divertíamos! – Chilló Emma

- Sabes bien que... Si tu...Emm... abuela se entera... - La pelirroja puso los ojos en blanco

- ¿Qué pasa? – Le susurró al oído Mariana a Emma. La mirada de su amiga al títere le explico todo: El aterrador muñeco no debía estar en las manos de nadie

- Si no le dices a tu amiga que suelte ese muñeco, yo le diré a la jefa que te encontré aquí – Luego, la pelirroja le regalo una mirada amenazante a Mariana

- No hace falta que lo diga – Dijo Mariana dejando delicadamente al muñeco en su caja.

- Ahora sabes porque su abuela no la deja tener amigos.... Si se llegara a enterar de esto.... No te puedes reunir más con esta mocosa... - Hizo una pausa y miró con asco a Mariana - .O dejas de ser su amiga o tu abuela se enterara...

- Es mi amiga... - Emma no terminó de hablar dado que la pelirroja (Digamosle Lucía) le dijo:

- ¡Ok, supongo que olvidas lo del año pasado!

- Sufrí mucho y... - Emma se giró a Mariana

- No hace falta que termines – Dijo su amiga

Sus ojos se llenaron de lágrimas y se dispuso a subir las escaleras. Emma le gritaba "¡Mariana, espera!" mientras lloraba y Lucía, con una mirada malévola, la agarró de los brazos para que no se fuera. Si Mariana hubiera tenido el pelo suelto y un vestido blanco con falda exageradamente larga, y hubiera un viento de esos que nadie entiende porque aparecen en un salón sin ventanas, y si aparte el grito y la agarrada de brazos hubiera sido en cámara lenta... Vaya, sería una escena para la telenovela del miércoles... Pero faltaron esas cosas, así que no esperes que el miércoles den esto...

***

Ya en su casa, mientras cenaba, Mariana había decidido guardarse esa aventura que le dejo un sabor agridulce para sí misma.

Su madre le preguntó si le había ido bien en la búsqueda de la persona para la escuela, y con un triste "Sí" cerro la conversación.

Por suerte para ella, al día siguiente iba a la escuela, y de la escuela no iba a la mansión, si no a la casa de su amiga. Y así sería todas las semanas siguientes, excepto sábado y domingo... Algo que desanimaba a Mariana.

El hecho de saber que estaría con su ex (casi mejor) amiga y al mismo tiempo que no estaría con ella la entristecía bastante.

Era como si el agua y el aceite: Estaban pegadas pero no juntas, lo que era súper triste.

Mariana deseaba estar sentada pensando de lo injusto que era el mundo delante de la chimenea hasta el día siguiente, pero la voz de su madre y el recuerdo milagroso de que al día siguiente era lunes la hizo ir a su cama a las nueve de la noche... Pero no durmió.

Miro al techo. Y lo miró. Y empezó a dudar de si esa era la manera de la que quería vivir.

Lo que ella no sabía era que no era la única que dudaba eso.

En cierta mansión de unos 103 años, una chica rubia de pelo largo y cuyo nombre empezaba con E dudaba de que quisiera seguir viviendo la vida de un preso.

Ella lo dudaba.


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EL MISTERIO DEL TÍTERE QUE ESTABA EN EL SÓTANO DE LA SRA. WAYLASWhere stories live. Discover now