Aquel día de lunes Mariana llevaba su pelo castaño en un moño alto, dado que en la escuela esas eran las reglas.
Eran las 10 : 30 y toda la escuela estaba en el patio de la escuela dado que era el último día de clases del mes, y eso significaba que el recreo duraba media hora más. Mariana estaba con unas amigas jugando a la cuerda, para ser exactos jugando a Osito, un juego donde se coreaban las acciones que se debían hacer.
- Osito, Osito, Da la media vuelta.
Osito, Osito, Da la vuelta entera.
Osito, Osito, Toca el suelito...
Era un juego divertido, y a todas las niñas y niños les gustaba, y Mariana no era la excepción.
- Osito, Osito, Sube la escalera... - Coreaba Matilda, una amiga de Mariana que estaba en la fila de espera, pero se detuvo cuando Mariana no saltó en el momento debido.
- Va Luana – Dicto una niña de 6to, que era mayor que Mariana y sus amigas. Ser delegada de la clase significaba deber controlar a los niños menores y sus juegos. No era la mejor tarea, pero su deber era ese. Se quedó mirando como Mariana y Luana intercambiaban lugares (Torneadora – Saltadora).
El juego siguió con normalidad hasta que algo que no pasaba regularmente sucedió. Una mujer alta y rubia, de nariz larga y lentes de esos que van en la punta de la nariz, fue hacia esa zona.
-¡Juro que esta vez no golpee a Martín! – Gritó Sofía, que torneaba de un lado la cuerda, cuando todas las chicas se dieron cuenta de que la maestra se les acercaba.
- No vine por eso, Sofía, pero espero que no me mientas... Vine por su otra torneadora – Hizo una pausa y se giró a Mariana
- Mariana se va a la dirección, se portó tan mal que se va a la D I R E C C I Ó N... ¡Viva Mariana, que va ella y nos salvamos TO DOS – Coreaban unas niñas que esperaban su turno.
- No es eso, es que tiene una llamada de su madre – Explico la maestra - ¿Qué hablamos de cantar eso?
- Perdón, Sra. Honey – Dijeron las chicas que cantaron
- Hija, tornea tú la cuerda – Dijo la Sra. Honey mirando a Matilda.
- Si, mamá – Dijo la niña
Todos miraron a Mariana ir a la dirección de la mano de la Sra. Honey. Mariana se preguntaba qué había pasado... Su madre solo la llamaba los días que desertaba con dolor de cabeza o resfriada... Y ese día no paso ninguna de las dos. Al llegar a la oficina, Mariana enseguida se llevó el teléfono al oído.
- Hola mami, no sé qué paso, pero me siento bien... ¿Ok? – Dijo Mariana
- No llame por eso... - Dijo con voz quebrada su madre - .La Sra. Waylas quiere que vengas aquí...
- ¡Oh, qué situación más inesperada! – Dijo Mariana con voz estilo "Que-No-Me-Des-cu-bran-Por-Fa-vor"
- Buen intento, pero no funciona. Ya sé todo lo que paso... Estoy decepcionada
- Mamá, apenas termine la clase le digo a la Sra. Honey que me lleve a...
- La Sra. Waylas te quiere ver AHORA.
- Pero... Ella debería estar aquí recién el Martes y....
- Volvió luego de la noticia que una posesión valiosa para ella fue robada...
- Yo...
- Te vienes ya...
- ¿Sola?
- Sí. No te demores....
PIIIP
A Mariana le sabía muy raro esto... ¿Qué tenía que ver ella con el robo de algo valioso? Ella solo había estado en el sótano y solo toco cosas viejas y un títere.... Pero, ahora que lo pensaba, recordaba lo nerviosa que se puso Emma cuando agarró el títere y Lucía se enfadó bastante cuando la vio con él....... Era bastante raro......Solo era un simple títere... ¿Por qué tanto lío?
Mariana estaba cerca de saberlo.
***
Al llegar a la mansión sentía como muchas personas la miraban con decepción... Lo raro es que no había nadie en la entrada. Tocó el timbre y espero que le abrieran. Su madre le abrió con mirada de "No lo puedo creer" y eso perforó el corazón de Mariana.
Al entrar a la sala, notó que en ella estaban las personas que más veces vio:
Fransuá, Lucía, un chef gordito de mostachón grueso, Wendy, un ayudante de cocina, una mujer rubia y flaca que limpiaba platos, la Sra. Waylas y.... Emma...
No, no lo podemos decir así, repitámoslo:
y.... ¡¿EMMA?! (Música dramática, miradas de sorpresa, el lector llora... No, no lo hagan... No solo sería tonto, si no que mojarían este libro).
- Llegaste, pequeña – Dijo la Sra. Waylas
- Hola, buenos días, sí, estoy bien, gracias por preguntar.... - Dijo Mariana, poniendo los ojos en blanco
Emma se rio, pero la mirada de la Sra. Waylas la silencio enseguida. Lucía le dijo algo en voz baja a Emma. Mariana no llego a escuchar, pero estaba segura de que era "Tu y ella ya no son nada. No te rías."
- Te dijeron porque viniste, ¿Verdad? – Dijo la Sra. Waylas
- Si, porque no hubiera venido solo para saludarla... No me cae bien – Dijo Mariana
- Eres igual a tu madre, ¿Verdad?
- Eso me dicen, sí
- Bueno, ladrona, ¿Qué te parece darme mi títere? – Dijo, acercándose, la Sra. Waylas. Su mirada estaba llena de maldad
- No soy una ladrona, y yo no tomé su tonto títere
- El otro día en una novela dijeron algo así... - Dijo Emma
- Oh, sí, era en... Vaya.... ¡No puedo tener tan mala memoria! – Dijo la Sra. Waylas, pero se detuvo al darse cuenta de lo que hacía – DAME MI TÍTERE
- Ok... ¡Espera! No lo tengo
- Su nieta acaba de decir que cree que miente – Dijo Lucía
- ¡Yo no...! – Pero Emma no terminó porque su abuela no la dejo terminar
- Gugga – Guggi, no hace falta que lo digas – Dijo la Sra. Waylas – Lo sé bien
'¿Gugga- Guggi? ¡Yo escuche eso en algún lugar! ¿Dónde?' Pensó Mariana.
- Oiga, tengo una idea – Dijo Emma
- ¿Sí? – Dijo la Sra. Waylas
- Si Mariana logra no solo probar su inocencia, sino que también descubrir quién fue, le darás algo que ella quiera... - Respondió Emma
- ¿Y que gano si se descubre lo contrario?
- Bues, tú puedes despedir a su madre – Dijo Emma
- Gran plan – Dijo la Sra. Waylas
- Pero yo solo acepto si Emma me ayuda – Dijo Mariana
- ¡Pero qué dices! Eso es inaceptable – Dijo con enojo Lucía
- No, lo acepto – Le dijo la Sra. Waylas
- Esta loca... - Dijo Lucía
- Nadie en este mundo me cuestiona – Le espetó la Sra. Waylas
- Sí, claro – Gimió Lucía
- Y, si demuestro mi inocencia, Emma podrá salir de su cuarto – Dijo, desafiante, Mariana
- Hecho, tienes hasta el miércoles – Dijo la Sra. Waylas
- Bien
Por suerte, no pasaría mucho antes de que descubrieran al culpable.
Hola chicos... ¿Les va gustando? Espero que sí :)
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EL MISTERIO DEL TÍTERE QUE ESTABA EN EL SÓTANO DE LA SRA. WAYLAS
General FictionLuego de que una tormenta derribe el trabajo de su madre, Mariana acompaña a su madre a su nuevo trabajo: Limpiar la mansión de la mujer más vieja del pueblo: La mansión de la Sra. Waylas. Ahí, la chica conoce a Emma, la nieta de la viejecita que vi...