Reproducción

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Adrien ese día no estaba tan triste.

Despues de dos semanas de hacerle pensar a Nathalie que tenía un amigo imaginario, ella habló con su padre, y este habló con el chico, quien le pidió tener un gato, cosa que el Agreste mayor con tal de que su hijo dejara de hablar solo, aceptó.

Así se cumplían tres semanas de no saber nada de Marinette.

El semblante del chico cambió drasticamente.

Es extraño pero el sintió que se le olvidaba algo importante.

Seguro ideas locas.

Antes de ponerse mas sentimental por la desaparicion de Marinette  (pasaría toda la noche buscandola) decidió seguir con el juguetito de gato que estaba haciendo, pulsando la pantalla de su celular para seguir viendo el tutorial.

En cuanto terminó, llamó a la bautizada Ponchito y ella atendió rápidamente.

En cuanto le mostró el juguete ella se paró en dos patas y utilizó las otras dos para mover de un lado a otro el tan sofisticado juguete que tardó solo 4 horas en hacer (un hilo con una pluma atada al final)

Y la diversión se acabó cuando el hilo se rompió.

Adrien casi llora al ver su arduo trabajo roto, arrodillado con su creación rota mirando al techo, reclamandole al cielo el porqué le quitó una de las cosas más preciadas de su vida, y también lo del juguete roto.

Ponchito vió eso y volteó los ojos.

Si tan solo el chico usara el cerebro en lugar de tenerlo como adorno, todo sería diferente...

En eso entró Gabriel Agreste, quien tenía el celular en su oido, seguro en una llamada importante.

Su mirada se dirigió al gato, ya autorizado, y lo miró fijamente.

Nathalie lo alzó y se lo mostró a su jefe.

-Si es la misma raza, perfecto, nos vemos en 20 minutos- dijo eso y cortó la llamada.

Gabriel acarició al gato que parecía estar nervioso y atemorizado.

-Elegiste una muy buena raza de gato- dijo mientras iba por una jaula de color rosa pastel y la depositaba ahí.

El chico asintió por el cumplido.

-¿A donde la llevas?- preguntó Agreste junior.

-Un amigo de la familia tiene un gato de la misma raza- hizo una pausa y cerró la jaula con seguro- Así que la voy a llevar para que se reproduscan- dijo y no solo Ponchito palideció, si no también Adrien.

-¡NO! Eso si que no- refutó- Mi Ponchito todavía es una bebé, no quiero que ningún sucio gato ponga sus garras en mi adorada Ponchito- dijo mientras el gato se esponjaba y demostraba su desacuerdo arañando con fuerza la jaula.

-No es pregunta, Ponchito se va a reproducir con el Señor Michifus y punto- dijo y Adrien reprimió su enojo, siguiendo las indicaciones de su padre.

Mientras dentro de la jaula todo era diferente, Ponchito, o mejor dicho, Marinette estaba estrenando todo su diccionario de grosería, ya que esa ocasión lo ameritaba.

En el coche.

-Repite, los gatos no me gustan, yo quiero ser gata-monja- decía mientras que la gatita lo seguía con "miaus"

-¡Ya Adrien!- dijo Gabriel y el rubio seguía sin dejar de abrazar la jaula.

Gabriel lo miró con enojo, viendo que pronto iban a llegar a la mansión de su amigo y Adrien no parecía querer cambiar de opinión.

-Mira... vas a tener...- respiró ondo ignorando la mirada de burla de Nathalie- Vas a tener gata-nietos- dijo con una amplia falsa sonrisa.

Y con eso Nathalie expulsó lagrimas de tanto aguantarse la risa y del ligero sonrojo que tenía su jefe.

Adrien miró a su padre y relajó su rostro.

-Tienes razon- dijo y Ponchito aruñó con más fuerzas la jaula.

En cuanto llegaron al lugar, el amigo del padre de Adrien los recibió, seguida de su hija, una niña pequeña.

-¡Señor Michifus tu novia ya llegó!- dijo la niña, mientras alzaba con dificultad al gato peludo y gordo.

Adrien al ver al gato, solo miró con pena a Ponchito.

Gabriel sacó a Ponchito y la puso en una jaula grande, al igual que al otro gato.

El gato se acercó a ella y Ponchito se quedó en su lugar.
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.
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El llanto de un gato llamó la atención de todos.

Adrien alarmado corrió a la jaula a ver que le había hecho ese sucio gato a su linda Ponchito.

Grande fué su sorpresa al ver al señor Michifus arrinconado llorando y a Ponchito asicalandose como normalmente lo haría.

-Seguro ya esta hecho- dijo el dueño de la casa al señor Agreste que veía con algo de miedo a Ponchito y lo arañado (traumado) que había dejado al gato que la triplicaba en tamaño.

-Que salvaje eres Ponchito- dijo Adrien mientras tomaba con delicadeza a la gatita y la metía dentro de la jaula, orgulloso completamente.

Ya en la mansión Agreste, Adrien mientras comía galletas, cepillaba el pelaje de la gatita, quien simplemente estaba por quedarse dormida.

Era extraño pero eso le recordaba cuando cepillaba el pelo de Marinette, y le robaba besos ocasionales.

En eso Tikki salió de un cajón de la habitación y le robó dos galletas a Adrien, quien simplemente la miró y se quedó pensando un poco.

¿Por qué rayos tenía a Tikki? Y ¿Por qué sentía que algo importante se le olvidaba?

Seguro no era nada importante.

Continuara...

Creo que quedó un poquito largo...

Bueno, disfruten.

Marinette desaparecióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora