¹·⁰²

211 27 2
                                    

Kenny Ackerman era primo de Mikasa, él era unos de esos miembros de la familia que con suerte veías en Navidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kenny Ackerman era primo de Mikasa, él era unos de esos miembros de la familia que con suerte veías en Navidad.
Es como si estuviesen alejados de tu familia más cercana, y a pesar de vivir en la misma ciudad y acordarte de él de cuando vivias tu infancia, casi no le veía en su adolescencia, y cuando le veía, eran algunas miradas y abrazos, un "¿Cómo te va la vida?", respondes, o responde "bien, ¿y a ti?".
Y así.
Conversaciones con cero profundidad que no llegaban a nada. Por lo cual Mikasa ahora mismo tenía a Kenny, unos de esos primos con los que mantuvo una o dos conversaciones insignificantes, y era el único sospechoso de la muerte de su amigo, lo cuál le producía un extraño comezón en el pecho. Como una quemadura.

La mirada de Kenny decía lo que su corazón callaba; sabía que le habían descubierto, pero al mismo tiempo todo era un malentendido. 

Aunque ni siquiera recordaba el nombre de la adolescente que estaba encima suya; solamente la reconocía porque la habría visto en alguna boda o comida familiar cuando no parecía una adolescente. Tenía entendido que era familia suya, quizás algunas de esas primas lejanas, le habrían contado que lo era, y él se lo cree a pesar de que poco le habría importado en ese momento.

Hacía años que Kenny no veía a nadie de su familia, quizás cinco o seis, pero no disfrutaba mucho de pensar en eso. Llevaría todo ese tiempo haciendo cosas horribles para la gente, aunque con la costumbre dejó de pensar en ello como una tragedia. Era sicario, mataba a gente a sangre fría por dinero. Empezó como una propuesta de alguien de la calle que conocía casi sin quererlo, y acabó convirtiéndose en su trabajo, si es que se le podía llamar así.

A pesar de su cínico comportamiento, a veces tenía remordimientos, razón por la cual no quería disfrutar de ver a su familia. Aunque tampoco echaba de menos a alguien; con el tiempo su corazón se fue congelando. Su vida se convirtió en un agujero en el que subxistía a base de asesinar.

—Puedo explicarlo. —Kenny reaccionó, sintiendo cómo las manos de la pelinegra se encargaban de mantenerle con presión suficiente para que el pensamiento de escapar no cruzase por su mente, al menos no por el momento.

Mikasa le miró, no quería confiar en la persona que portaba la sangre de su amigo en pequeños trozos de su propia ropa y manos, pero aunque pensase que no se lo mereciera, le dejó que se explicara.

—Soy un sicario, sí he matado a tu amigo.

La chica le miró de una forma en la que no habían mirado a Kenny nunca, y seguramente Mikasa tampoco miró a alguien de esa forma nunca. Era una mezcla entre querer creerle, no querer creerle, rabia y tristeza, pero de esas 4 emociones ninguna estaba clara.

—¡Dime la verdad! —exclamó Mikasa, después de pensar en qué decir por un par de minutos.

Kenny sintió una sensación electrificante para nada agradable recorrer unos de sus dedos, y poco más tarde se dio cuenta de que la chica se los crujió mientras le gritaba que le dijese la verdad, ahora no los sentía, su ángulo le impedía confirmar si, como sospechaba, estaban totalmente girados.

—Lo que te digo es la verdad. —dijo Kenny, entre dolorosos suspiros—. Sé que casi no nos conocemos, pero jamás mataría si no tiene nada que ver con mi trabajo.

Mikasa volvió a mirarle de aquella manera, cuál mosqueó un poco a Kenny. Por supuesto que ella no se fiaba de él, pero a pesar de haberle crujido un par de dedos que con mucha suerte volvería a sentir, la idea de matar a alguien se escapaba de los sentimientos de Mikasa. Jamás asesinaría a alguien, y mantenía esa idea aún teniendo delante a la persona que asesinó a Eren. 

Es irónico que ya casi se había olvidado de eso; estaba tan centrada en echarle la culpa a alguien que se olvidó de qué exactamente le echaba de su culpa, o quizás simplemente no quería aceptar que había perdido a su amigo.

Mikasa no quería pensárselo más, se quitó el cinturón, aún encima de Kenny, aunque eso suponiese pasar el resto del día con la sensación de que sus pantalones no se mantenían firmes, aunque esa era su última preocupación en ese momento.

—Si intentas algo, te juro que te mataré. —advirtió Mikasa, de forma espeluznante, aunque sabía de antemano que ella no podía ni pensar en matar a alguien.

Acto seguido, ató sus manos con el cinturón, como si es le impidiese a Kenny usar cualquier otra parte de su cuerpo para escapar o defenderse como quisiese, pero no, Kenny de momento no pensaba en escapar, él sabía mejor que nadie que si escapase sería peor para él; sabía que esa chiquilla no iba a matarle, ni tampoco ningunos de sus amigos; sólo eran adolescentes , no intentarían eso.        Pero lo que si le preocupaba era correr el peligro de ser perseguido; sabían su identidad, su nombre, su cara, lo que era y lo que había hecho. Y Kenny no pasó todo ese tiempo siendo sicario cuidando mucho el no ser descubierto para que una niñata lo mandase todo a la mierda, así que de momento se quedaría quieto, Mikasa en cierta manera sospechaba que Kenny no intentaría nada, y estaba dispuesta a correr ese riesgo.

 Y Kenny no pasó todo ese tiempo siendo sicario cuidando mucho el no ser descubierto para que una niñata lo mandase todo a la mierda, así que de momento se quedaría quieto, Mikasa en cierta manera sospechaba que Kenny no intentaría nada, y estaba ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ᴛʜᴇ ᴘᴇᴏᴘʟᴇ ɪɴ ᴛʜᴇ ᴅᴀʀᴋ {SNK Thriller}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora