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—¡Jean!

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—¡Jean!

Armin grita, asustado al ver a Jean en posición de ataque, y cuando se da cuenta de lo que ha hecho, siente arrepentimiento por meter a Jean en esa situación.

Kenny mira para abajo, planeando en silencio cuál sería el mejor momento para ejecutar su huída, aunque lleva todo el camino así.

Pero Armin y Mikasa tienen la suerte de que Jean esté completamente congelado, por lo que se detiene a observar la escena que está contemplando, y no puede dejar pasar el hecho de que el hombre que cree que amenaza su vida está esposado, y justamente sostenido por Mikasa. Sus músculos consiguen tranquilizarse, deja la llanta en el suelo e inmediatamente se siente miserable sin saber muy bien por qué. No tiene ni idea de la carrera de emociones por las que su mente y cuerpo están pasando.

—¡Jean! —Armin corre preocupado hacia Jean, quién parece querer abandonar la posición de estar de pie— ¿Estás bien?

Los dos amigos se miran mientras Mikasa cierra la puerta detrás suya.

—¿Qué se supone que os pasa? —pregunta Jean, alterado mientras se esfuerza para que su voz no se rompa.

—Por favor, déjanos explicártelo.

Armin traga saliva, no tiene ni idea de lo que el cercano futuro tiene preparado para él y sus amigos y eso le asusta, y Mikasa no puede parar de pensar en que Eren ha abandonado su mundo y que nunca podrá volver a verle.

Mikasa no volverá a saber lo que es escuchar la voz de Eren, su rostro con el paso del tiempo será una Mancha borrosa en su mente y siempre que algo le recuerde a él experimentará la melancolía como si fuese una droga, porque esos recuerdos de los que no quería deshacerse era lo único que le ataba a Eren.

Las manos de Jean tiemblan, sus labios se sienten diferentes y aunque no le gustaría, las lágrimas empiezan a amenazar con recorrer su rostro

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Las manos de Jean tiemblan, sus labios se sienten diferentes y aunque no le gustaría, las lágrimas empiezan a amenazar con recorrer su rostro. Ni siquiera podía mirar a sus amigos, ni procesar lo que le acababan de contar. Le gustaría irse a llorar a una habitación, acompañado de su soledad, pero no parece lo mejor ahora mismo.

Armin y Mikasa miraban hacia abajo, entre ellos, hacia el techo, da igual el lugar que fuese mientras no viesen a Jean derrumbarse delante de ellos.

—Y... ¿Por qué habéis venido aquí? —pregunta Jean, mirando hacia abajo y teniendo la suerte de que su voz no se llegue a romper todavía.

—No podíamos estar en la casa de Eren... Y necesitamos ayuda —Armin decide tomar la iniciativa y empezar a hablar, alguien debía contarle las cosas a Jean—, alguien ha matado a Eren, y quizás nuestros amigos sean los siguientes. El hombre que traíamos con nosotros es un sicario, o al menos eso ha dicho ser.

Kenny estaba en una esquina de la habitación, observando lo débiles y miedosas que podían llegar a ser las personas a su alrededor.

Jean debe hacer un esfuerzo para no llorar e intentar tomar el mando de la situación, al fin y al cabo, era el que tenía la “faceta de líder” dentro del grupo, una característica que les dió ventaja a Armin y Mikasa, pues si bien era cierto que Jean y Eren eran vecinos, tuvieron más suerte al poder aprovecharse de esa característica de Jean.

—¿Dices que nuestros amigos están en peligro? —pregunta Jean.

Cuando Armin y Mikasa escuchan esa pregunta, una sensación de frío empieza a subir por todo su cuerpo; escalofríos, al darse cuenta del error que han cometido.

—Sí... —responde Mikasa.

—¿Qué hacemos? —dice Armin, justo cuando Mikasa le responde a Jean. Todos están pensando en lo mismo.

—Si les decimos que vengan, pueden estar en peligro de camino. —razona Jean.

—¿Y qué sugieres? —pregunta Armin— Si vamos nosotros tres, el primo de Mikasa estará solo, y si sólo uno se queda con él, esa persona estará en peligro. Además, que sólo vaya uno de nosotros a avisar a nuestros amigos es prácticamente un suicidio, no sabemos lo que hay ahí fuera.

—Si les decimos a nuestros amigos que vengan, serán muchos, y podrá ser más complicado para quien sea que esté ahí fuera. —argumenta Mikasa, haciendo que la decisión definitiva esté más cerca.

Kenny está escuchando todo, y su mente perversa no puede negarse a jugar con ellos.

—¿De verdad vais a meter a vuestros amigos en esto? —Kenny habla con un tono burlón y cruel. Es cierto que él tampoco sabe lo que está pasando ni lo que les depara a esas personas, pero no puede evitar tener un poco de diversión.

A Jean le hierve la sangre, ahora está en una pelea contra la furia y la tristeza, y en ocasiones como estas la furia es el camino más fácil para ocultar sus sentimientos, y quizá la peor.

—Cállate... —susurra Jean, lo suficiente para que Kenny le escuche. Su voz es lenta y se muestra dolida, le está costando no explotar, pero debe controlarse y no perder el tiempo con minucias.

—No le escuches, Jean. —Mikasa intenta calmarlo.

Armin, un poco ajeno a todo, empieza a llamar a sus amigos, intentará comunicarles que sean silenciosos, sin que lleguen a sospechar de algo que les intranquilize, pero será complicado.

—¿Diga? —la voz de Reiner resuena por el altavoz del teléfono, y a Armin le tranquiliza escuchar a alguien que parece tan ajeno a todo.

No tiene más opción que meterles en todo esto. Sus vidas están en peligro, y deben estar unidos más que nunca.

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ᴛʜᴇ ᴘᴇᴏᴘʟᴇ ɪɴ ᴛʜᴇ ᴅᴀʀᴋ {SNK Thriller}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora