CINCO

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CON LA ESPERANZA EN LA MANO MÁGICA

Cuando el viento chocó contra las frágiles ramas y las hojas produjeron un agradable sonido, JunMyeon se dio cuenta de todo lo que habían recorrido durante noche; si miraba hacia atrás ya no podía ver atisbo alguno de las casas o las calles, siquiera las nubes de humo que soltaban las chimeneas de la panadería local.

DaeWang había quedado muy lejos, pero JunMyeon no se había sentido tan en paz como en ese momento.

Se sentía bien porque sabía que regresaría, porque quería mantener la esperanza de que al volver lo haría con una solución para YiXing y el chico podría disfrutar de su vida tanto como su puro y hermoso corazón se lo permitieran. Su lobo había tomado el hábito de arañar la superficie de su instinto buscando saciar su necesidad de proteger al chico de cualquier cosa, pero maldita sea, ni su lobo ni el mismo sabían exactamente de que tenían que protegerlo y esperaba con toda su alma que está búsqueda le diera las respuestas.

Después de unas cuantas horas más de caminata, XiuMin les indicó que era hora de descansar. Alejándose un poco del bullicio de los chicos, se sentó bajo la sombra de un frondoso árbol y se quedó con la vista clavada en el cielo de verano. Escuchó como la hierba a su alrededor crujía bajo el peso de alguien sentándose a su lado, dio un vistazo por el rabillo del ojo y sonrió cuando distinguió al pelinaranja encogido de piernas y con sus brazos cruzados.

— ¿Demasiado cansado para seguir escuchando las quejas de JongDae? — preguntó luego de unos segundos en silencio.

Escuchó un ligero bufido y después la voz cansada del Omega. — Un poco... Pero realmente estoy algo preocupado. — admitió

— ¿Es posible que el siempre confiado lobo rebelde tenga miedo? — cuestionó tratando de sonar calmado, pero la verdad era que la expresión de XiuMin lo dejo demasiado inquieto.

— Al parecer sí. — dijo con una sonrisa amarga. JunMyeon tuvo una sensación de desolación tan intensa que simplemente quería levantarse y gritar mientras se jalaba el cabello y exasperado cantaba una y otra vez que todo estaría bien. — Esto es más grande que nosotros JunMyeon, no sé si funcionara. — el Alfa se estremeció de mala manera.

— ¿Te refieres a que tal vez no encontraremos a la manada de ChanYeol? — inquirió con la vaga y ridícula esperanza de no involucrar a YiXing en todo eso.

— Sabes que no... —

— Entonces dices qué tal vez ese hechicero no querrá ayudarlo — dijo con un suspiro agitado y sintió que su alma abandonaba su cuerpo en un instante. XiuMin se removió incómodo.

— Estoy seguro de que él nos ayudará. Pero lo que no puedo asegurar es que pueda hacer algo por él. Jamás había visto algo así, parece que le faltará... No sé... —

— ¿Instinto? ¿Cómo si no tuviera instinto? — por primera vez desde que conocía a YiXing había puesto en palabras lo que su corazón siempre guardo. Era extraño. Tan malditamente extraño y al mismo tiempo aterrador.

Le dio una mirada rápida a al Omega a su lado y vio en sus felinos ojos una pena profunda por YiXing y se sintió enfermo, porque YiXing no merecía que le tuvieran pena ¡oh joder, no! Ese chico merecía ser admirado por seguir adelante después de todo lo que había sufrido. Para JunMyeon, YiXing era todo lo que estaba bien en este mundo y lo adoraba por lo hermoso que era, de alma, cuerpo y corazón.

— Exacto; como si no tuviera instinto ¿Cómo se combate contra algo que ni siquiera podemos ver? — JunMyeon tragó un nudo enorme en la garganta y se encogió de hombros sin saber que hacer.

El viento rompió con un profundo gruñido y al principio creyó que podría ser algún lobo salvaje o un rebelde; pero más rápido que tarde se dieron cuenta que era JongDae quien les gruñía. Por un segundo JunMyeon quiso reírse. El tipo estaba totalmente celoso de que el Omega estuviera con otro Alfa y el mayor suponía que era una reacción totalmente normal, pero aun así pensó que JongDae estaba siendo ridículo.

4. Sin instinto [술레이]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora