Paciencia en tiempos de Internet

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Ojalá olvidarte fuera tan fácil

Como ocultar una publicación en Facebook

Como eliminar un mensaje en Whatsapp

O si quiera poder archivarlo

Como el historial para ver 'más tarde' de YouTube

Pero sigues constante como los espacios publicitarios

En medio de la mejor parte de una canción.

La semana pasaba lento, en clases, Daniela no dejaba de mirar por la ventana o hacer garabatos en su agenda. Entre clases evitaba hablar con sus amigos incluso con Gabriel que corría tras ella cada vez que creía verla entre la gente. Ella se escabullía rápidamente. Algo estaba pasando, no entendía qué, pero no quería más esa sensación rondando en su cabeza, como cuando tienes algo importante qué hacer, pero no sabes qué y siempre es tu mamá quien te lo recuerda con un grito.

El celular no dejaba de sonar. Mensajes de sus padres y de sus amigos tratando de recuperarla del secuestro causado por la capacidad de su mente de formar ideas y representaciones de la realidad, sí, solo pensamientos << ¡SUFICIENTE!>> les gritó a sus demonios. Ellos se retorcían y enterraban sus garras en la boca del estómago causándole agrieras. Su corazón a toda, el mismo ritmo cardiaco que se tiene en medio de una película de suspenso. Su mente estaba nublada por lo que decidió irse a la parte de atrás de uno de los edificios de la universidad, el espacio perfecto para sacar la pipa sin que los vigilantes se dieran cuenta.

Mateo y Juliana estaban ahí – maldición -, dijo mientras se acercaba. Su plan de evitar a todos estaba por fracasar. Se sentó a un lado de ellos, se puso sus gafas de sol y le pidió a Mateo que le pasara el blunt.

- ¿Qué pasa? – preguntó Juliana frente al aspecto de Daniela.

- No quiero hablar de eso – susurró -. Hoy no quiero ser persona.

Ambos asintieron y encendieron un bafle que Juliana llevaba en su bolso. Su música era tan rara como ellos, por eso mantenían juntos y, entre ellos, Daniela era la diferente, siempre tan políticamente correcta, siempre con las palabras adecuadas en su boca.

La música estalló. Daniela dio cuatro caladas y se dejó llevar. Sus ojos estaban a punto de ser un sunami mientras que su estómago arrojaba los primeros picos de un terremoto inminente, la gastritis iba a ser el peor resultado. Cerró los ojos, el celular no dejaba de sonar aun con la luna activada << vas a tener que regresar >> dijo uno de sus demonios mientras se ubicaba en la parte de atrás de su cuello ejerciendo presión.

Las emociones no son fáciles de sobrellevar si no se reconocen, si no se aceptan y se dejan ir como el agua de la ducha por el sifón. Para ser sinceros eso era Daniela ahora, un sifón, por fuera limpia y al interior llena de basura por todo lo que las aguas lluvias de sus lágrimas reprimidas recogían. ¿Por qué es tan especial esa chica?

Pensamiento #1

<< ¿Por qué no iba a serlo? A cuántos les pasa que un día en una situación cualquiera encuentran a alguien que hace que el resto se vuelva borroso como el efecto de Instagram. Cuántos pueden deleitarse y saborear a no menos de un centímetro eso que les hace hervir la sangre porque si hacemos cuentas, muy pocos>>

Daniela se levantó y se limpió las ramas secas que se habían pegado a su suéter. Se despidió de sus amigos y se marchó. Mientras salía de la universidad revisó su celular, intentó responder todos los mensajes con un 'bien' copiado y pegado en todos los chats. Deslizó un poco más abajo – Hola – decía un número desconocido. No respondió hasta que llegó a su casa, terminó de cenar y se acostó en su cama. Preguntó lo normal: quién era, de dónde había sacado el número y qué quería, tres preguntas sin respuesta, solo una hora y un lugar para encontrarse el día siguiente.

¿Lo mereces?Where stories live. Discover now