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Publicada originalmente: 04/02/19.
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☇ Este libro es un espacio especial para To Moon, y para aquellas personas que terminaron aquí y se tomaron el tiempo de leer ( ღ'...
68. No puedo creer que no te gusten las películas de Disney
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Dongju y tú estaban teniendo su tan esperada noche de cine. La velada se resumía en escuchar su suave risa invadiendo la habitación, mientras comían sus snacks favoritos, envueltos en una cálida manta. No podía ser más perfecto.
Excepto por un detalle: su obsesión con Disney, y no es que sea malo, porque adoras el brillo que se forma en sus ojos cuando habla de ello, sino el hecho de que termina ignorándote.
Sin embargo, que te mostrara un poco de cariño no le afectaría en absoluto ¿o si?. Durante unos minutos trataste de llamar su atención, pero fue inútil.
Así que simplemente detuviste el film y te pusiste frente al televisor, cruzada de brazos.
—¡Ya! Son Dongju, sigues ignorándome ¿acaso la película es más importante que yo? ¿Huh?
—¿Qué? —ríe divertido— estaba abrazándote no lo puedes negar. Pero esta bien, ven aquí.
Su voz cambia a una más tierna y dulce cuando abre sus brazos para tí, no te niegas en absoluto y corres como una niña pequeña aferrándote a él lo más que puedes.
—¿Necesitas otra cosa aparte de toda mi atención y todo mi amor?
—Bueno, ¿podríamos ver otra película? Obtuve algunas antes de que vinieras, te gustaran.
—¿En serio? ¿Por qué? ¿Por qué quieres mirar otros géneros de repente? —dice entre quejas.
—Mis gustos han cambiado un poco. —Explicas cambiando el DVD. —Además, siempre miramos las mismas.
—Acabas de decir que... ¡No puedo creer que no te gusten las películas de Disney! —su tono de voz era un poco más alto de lo normal. —¿¡Por qué estamos saliendo entonces!?
—¿Porqué me amas a pesar de mis defectos evidentes? —Lo miras y sonríes por lo lindo que luce recargado en el sofá, con un puchero en sus labios y las cejas fruncidas.
No cabe duda, estas saliendo con un bebé grande.
No pudiste resistir la tentación y alcanzas su rostro dándole pequeños besos haciendo que su brillante risa reluciera casi de inmediato.
—¡Bieeeen! —suspira—. Tienes suerte de que te quiera demasiado. No hago esto por cualquiera.
Esta era la verdadera prueba de su amor.
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