RAVN

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20. Ojalá pudiéramos quedarnos así para siempre
65. ¿Vienes a mi habitación y me despiertas a las 4:00 am, para abrazarme?

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Tus ojos no podían creer que Ravn estuviera frente a ti a tan altas horas de la madrugada.

Recién había llegado de las promociones en Japón, por lo que decidieron reunirse más tarde para que pudiera descansar. Pero sinceramente él ya quería verte.

—Entonces —sonríe—. ¿Estabas durmiendo?

—Bueno, ¿si?

Dices algo obvia obteniendo una risa por parte de él, sabiendo la hora que era.

—Entiendo... pero es que te extrañe mucho, ya quería verte y abrazarte —dice en un tono más dulce de lo normal.

¿Vienes a mi habitación y me despiertas a las 4:00 am, para abrazarme? —asiente contento.

—¿Por qué? ¿Está mal querer ver mi novia y darle un enorme abrazo?

Sonreíste cuando extiende sus brazos hacia tí con un tierno puchero formado en sus labios. Por lo general, se vuelve pegajoso luego de no haberse visto en algunos días debido al trabajo.

A pesar de que sus encuentros son menos frecuentes, siempre aprovechan cada pequeño espacio de sus apretadas agendas para reunirse y ponerse al día.

Finalmente lo dejaste pasar y se acurrucaron en tu cama. Amabas los momentos así con él. Donde por un momento pueden olvidarse de todos su alrededor y ser solo ustedes dos.

—¿Tienes idea de cuánto te extrañe? —pellizcó con delicadeza tu mejilla—. Me hiciste mucha falta. No había nadie a quien pudiera abrazar por las noches, no estabas ahí.

—Tenías como compañero de cuarto a Seoho, él podía hacerte ese favor.

Deja escapar una ligera risita que hace tu corazón vibrar.

—No se dejó la primera noche, así que lo descarté.

Los dos rieron, e inmediatamente volvieron al cómodo silencio. Echabas de menos su aroma, el estar entre sus brazos y sus cálidas caricias.

—¿No podías esperar a que amaneciera un poco más para venir a abrazarme? —bromeas y lo miras cuando deja de acariciar tu cabello.

—No, ya esperé muchos días para verte —sus ojos se clavaron en los tuyos—. Tenía que abrazarte o iba a enloquecer si no lo hacia pronto.

Sonreíste como una niña enamorada por su confesión.

Sus labios se detuvieron a centímetros de los tuyos antes de volver a hablar, asegurándose de que solo tú pudieras escucharlo.

—Te extrañé como un loco.

La corta distancia se cerró con un suave beso, podías sentir como transmitía todos sus sentimientos por tí.

Ojalá pudiéramos quedarnos así para siempre.
—susurró al separarse por un segundo antes de volver a besarte.

La forma en que te habló hizo que tu corazón corriera un maratón. Estaba siendo tan tierno y cursi de repente haciendo que te volvieras a enamorar de él.

Como todos los días.

Como todos los días

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