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Publicada originalmente: 04/02/19.
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☇ Este libro es un espacio especial para To Moon, y para aquellas personas que terminaron aquí y se tomaron el tiempo de leer ( ღ'...
Le suspiraste a tu novio tratando de negociar cuando tiempo se querían hablando por esta ocasión.
Lo observabas haciendo pucheros y eso solo hacia que desearas atravesar la pantalla para presionar un suave beso en sus labios.
Cada vez era más difícil severa con él a medida que avanzaba su relación y se estaba aprovechando de eso en momentos tiernos como esta noche.
—Solo por cinco minutos más, no, diez déjame quedarme por diez minutos y luego me voy a dormir, lo prometo
—Seoho —suspiraste—.
—Lo prometo.
—Trabajaste todo el día, necesitas dormir, prácticamente puedo ver las bolsas debajo de tus ojos a través de la pantalla de mi tonto celular.
—Te ves hermosa a través de la pantalla de mi tonto celular —dijo con una sonrisa burlona en su rostro, contento por su comentario cursi.
Cubriste la cámara con tu dedo, sintiendo tus mejillas rojas. El efecto que tenía en ti era sorprendente, aunque solo se tratara de unas pocas palabras simples.
—No no no. No cubras la cámara. Lo siento, voy a dejar de ser cursi.
Sonreiste ante las súplicas desesperadas de tu novio.
—¡No! ser cursi es parte de ti y eso me gusta, luces encantador y muy tierno.
—Mira quién está siendo cursi ahora. —sonrió y cubrió su cámara dramáticamente.
—¡Yah! sólo dije la verdad. Tienes cinco minutos más, por cierto.
De inmediato descubrió la cámara con los ojos bien abiertos.
—¡No es justo! ¡Todavía estamos negociando! serán diez minutos o no iré a dormir.
Te rendiste al mirarlo cruzado de brazos y en sus labios un puchero, parecía un niño pequeño.
—Bieeeeen, diez minutos. ¡Comenzando ahora!
Ambos sonrieron; los 2 hacían esto a menudo. Algunas noches hablaron de todo, y otras solo disfrutaban la presencia del otro mientras se acurrucaban en sus camas disfrutando el cómodo silencio entre los dos.
Estabas canturreando suavemente una de las canciones favoritas de Seoho, hasta que escuchaste ronquidos ligeros provenientes del otro lado de la pantalla.
Sonreiste al verlo durmiendo mientras estaba acurrucado con el pequeño conejo de peluche que le regalaste por su cumpleaños.
Ibas a finalizar la llamada, pero algo dentro de ti esta noche deja que continúe para que despierten y se vean a primera hora de la mañana.
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