Natsu y la lámpara maravillosa (Finalizada)

Episodio 8: La última batalla

Al mismo tiempo, en Magnolia, el pobre Sultán, agotado y malherido estaba colgado del techo de su salón del trono como si fuera una marioneta observando cono Acnologia gobernaba en su reino.

– ¡Tráeme más vino, esclava! – ordenó Acnologia a Juvia.

Ella, indefensa ante el poder del hechizero, le obedeció.

– ¡No le hables de esa manera! – exclamó Gray que no podía hacer mas que observar desde un punto de la sala.

– ¡Calla estúpido! – ordenó Acnologia – ¡O te encerraré dentro de esta lámpara hasta el fin de los días!

Zeref golpeó con fuerza el cristal. Se encontraba encerrado dentro de un enorme reloj de arena cerca del trono del nuevo Sultán.

<<Si no fuera tan cobarde>> – Se lamentaba – <<Nada de esto hubiera pasado>>.

Natsu y Happy volaron por los cielos agarrados a la alfombra mágica y, tras un largo viaje, llegaron al palacio.

– Nunca en mi vida me había encontrado tan mal - dijo Natsu tumbado bocabajo con la cabeza en el borde de la alfombra. Mareado.

– Tranquilo Natsu – dijo Happy que hacía de vijia - Ya estamos llegando... ¡Espera! ¡Mira, abajo, frente las puertas!

Natsu y Happy bajaron de la alfombra y se dirigieron hacia las personas que allí se encontraban.

Wendy, la enfermera de la corte, se encontraba curando a un joven que parecía gravemente herido.

Y ese joven era...

– ¡Jellal! – exclamó Natsu al reconocerle – ¿Que ha pasado?

Jellal intento incorporarse pero la enfermera se lo impidió.

– Intenté entrar en el palacio - les dijo - Pero Acnologia había vuelto a hipnotizar a los guardias y a penas pude pasar de la entrada.

– Es un milagro que saliera con vida – dijo Wendy – Yo intenté detenerle pero no me hizo caso. Me escapé antes de que Acnologia tomara el control.

– Y yo que pensaba que Natsu era el imprudente – bromeó Happy.

Jellal sonrió.

– No puedo creer que Erza haya vuelto a caer en la misma trampa. – comentó Natsu.

– No tenia más remiedo – dijo Jellal – Acnologia tiene prisionera a la familia real si se pusiera en su contra a saber que podría hacerles. Es muy poderoso.

De repente, un dolor intenso recorrió su cuerpo dejándole casi inconsciente.

– ¡No podemos dejarle aquí! – exclamó Wendy.

– ¡Happy! – dijo Natsu – ¿Podrias llevartelos a casa de Lucy?

– Puedo llevarme a Jellal – respondió el Exceed – Pero Wendy tendrá que ir a pie.

– Puedo ir a pie – comentó la infermera – ¿Pero aceptara a dos desconocidos en su casa?

Natsu asintió sin dudar ni un solo momento.

– Si si le explicaís la situación – respondió Natsu. – A demás Happy estará con vosotros.

– ¿Quieres que haga algo mas?

– Si, dile a Lissana y al resto que se pongan a cubierto. Algo me dice que esto va a complicarse.

Natsu subió a la alfombra, mientras Happy recogía con cura a Jellal y Wendy se preparaba para partir.