Capítulo 9

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"Llamada"

Al final, aquel inspector habia conseguido lo que quería, información.

Descubrí que presionar a una persona nunca es bueno, siempre terminarás haciendo que hable.

Al escuchar lo que deseaba, Castillo me agradecio por la ayuda, le dejó su número a mis padres y se marchó.

A los minutos, ya se habia propagado la noticia de que sabia donde estaban las chicas.

Barcelona... ¿Quién lo diría?.

Durante horas, no quité mi vista del televisor ni un segundo. Tenía los nervios de punta, algo dentro de mí me decía que habia jodido todo.

Y tal vez así era.

—¡__________ contesta el móvil, joder, ese sonido me está volviendo loca! —Gritó mi madre desde la cocina

Mi móvil llevaba sonando durante un buen rato, no quise contestarlo, era un número que no tenía registrado. La insistencia fué tanta por parte de esa persona, que mi madre acabo obligandome a contestar.

—Diga

—¡¿Me puedes decir que coño estabas pensando al hablar con Castillo?!

Mierda.

—¿Zulema?, ¿Cómo cojones conseguiste mi número?

—¿Crees qué eso importa ahora? ¡Vienen a por mi, ___________!

Sus gritos eran tantos y tan fuertes, que la sangre me empezó a hervir, realmente destesto cuando la gente hace lo que ella está haciendo ahora.

Apago la tele y subo rápidamente a mi habitación, aún con la voz y los reclamos de Zulema en el móvil, cierro la puerta e intento calmarme y pensar.

—¡Pero dí algo! ¿¡Quieres?!

Suspiré.

—Para empezar... ¿Puedes calmarte?

—Calmarme... Que fácil es decirlo cuando a ti no te está persiguiendo la policia... —Dijo molesta, esa fue la gota que derramo el vaso

—¡Bueno ya!, ¿No?, ¡Eres una criminal, Zulema!, ¡Estás en fuga!, ¿¡Y aún así te molestas cuando ayudo a la policia?!, ¡Joder, tía!

Un silencio se apodero de aquella conversación.

Un infernal silencio que decidí romper un poco más calmada.

—¿Por qué no me dijiste nada?

—¿De qué hablas?

—¿Era tan difícil decirme que no me enamorara de ti porque acabarías jodiendome la vida?

Otro silencio.

Ya se estaban haciendo muy comunes.

—Lo siento —Soltó

—Yo también lo siento, mucho —La voz se me entrecortaba de a poco, tomé aire y volví a hablar—¿Te doy un consejo por todo ese maldito aprecio que te tengo? Vete, Castillo no tardara en cogerlas

Y con eso, terminé la llamada.

Sin darme cuenta, una lagrima estaba recorriendo mi mejilla.

Bruscamente la quité.

¿Debía olvidarme de Zulema? Definitivamente.

¿Podía lograrlo? No, al menos no por ahora.

...

—¿Qué te dijo?

Macarena sonaba preocupada, ella tampoco es que tuviera muchas ganas de volver a Cruz del Norte.

—Castillo viene a por nosotras, comienza a empacar, tenemos que irnos de España

En momentos así, odiaba estar en fuga.

¿Toda mi vida iba a ir de un lugar a otro sólo para que un hijo de puta no me meta tras las rejas?

Eso parece, y realmente no me apetece nada.

IrracionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora