Parte 3: La novia de sacrificio

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Sofocante ¿no es así?..

Así se sentía Merci cada vez que miraba de reojo al joven de sombrero en cualquier lugar, pasillo, salón, donde sea. No estaba nada contenta con su compañero y menos por la situación que vivía su amiga quien parecía no tener escapatoria.

Ya era hora de salir del instituto. Merci miro a Yui quien le sonrió de manera leve como diciéndole "no te preocupes". Pero a la pelinegra le era imposible no preocuparse, mas al verla entrar a la limusina. Pudo ver a Laito observarla, de nuevo esa mirada tan oscura que hasta se estremeció a pesar de no tenerlo cerca mas.

En ese momento un auto aparco cerca de ella, sabia que era su madre así que se acerco y entro a este sin dudarlo. Su madre sonrió de manera leve y comenzó a conducir, repitió las preguntas de siempre, preguntándole sobre su día, etc. No había nada nuevo en sus conversaciones hasta que María decidió comentarle acerca del tema que habia hablado con su jefe.

-Linda, mi jefe te invito a su casa este fin de semana para que conozcas a sus hijos..-dijo sin mas.

Adele fruncio el ceño bastante confundida, no era normal para nada y menos que su madre siquiera lo considerara. Incluso solto una pequeña risita como si se burlara del comentario y desvio la mirada a la ventana.

-Hablo en serio cariño, creo que seria buena idea para que nos familiaricemos en este lugar y con mi jefe.

La pelinegra volteo a ver a su madre aun mas extrañada y soltó un pequeño suspiro.

-Mamá..no es normal que siquiera lo pienses, no conozco a sus hijos y tu recién conociste a tu jefe, ¿te parece enserió buena idea?..-interrogo aun mas incrédula mientras acomodaba un mechón de su cabello tras su oreja.,

Maria asintió con la cabeza mientras conducía el coche, parecía tan decidida y seria sobre el tema que hasta Adele se preocupo un poco y emitió un pequeño suspiro, no podía creer lo que escuchaba, no era algo grave pero si era extraño para ella ver a su madre tan decidida en un tema que podía terminar mal, ir a casa de un desconocido para que conociera a los hijos de este como si fuera a ser un matrimonio arreglado, no podía creer que su madre lo aceptara.

-Yo no quiero ir..no conozco a sus hijos, ademas se que si mi papa se entera tampoco me va a dejar ir.- dijo restando le importancia desviando la mirada hacia el camino que tenían frente, estaban por llegar a su casa,.


una casa grande pero no demasiado, perfecta para los tres, de colores café y crema y aspecto acogedor, llena de luz amarilla y macetas que decoraban con verdes y hermosas plantas. Maria estaciono el coche en su lugar pero seguía mirando hacia el frente, aun cono ese gesto tan serio en su rostro, intimidaba demasiado a Merci.

-Tu padre ya lo sabe y esta de acuerdo. No insistas mas, iras a la casa de Tougo Sakamaki y se acabo. -Dicho esto salio del auto.

Era todo. Algo andaba mal, algo estaba muy extraño en la actitud de su madre, Merci lo sabia pero no había remedio, que podría hacer.

Suspiro ya sin ánimos y tomo su mochila en sus hombros para salir del auto, cerrando la puerta detrás de ella y comenzó a caminar para entrar a su casa después de su madre e igualmente cerrar la puerta detrás suyo. El suelo de la casa era de azulejos color crema al igual que las paredes, mismas que tenían decoraciones de café oscuro, la entrada era elegante pero sin exagerar, era cómodo y cálido, ademas la sala era de color rojo sangre y habían cuadros con pinturas y fotos en todas las paredes, así como plantas falsas que decoraban la casa. A lo lejos escucho a su padre hablar por teléfono, ya lo saludaría después. 

Se dirigió a las escaleras y subió estas para entras a su habitación, la decoración no era diferente pues recién llegaron, habían pocas marcas que dejaban claro que era la habitación de una joven.

Cómo corromper.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora