Cap 5 Pacto tóxico.

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Aurora estaba todavía en la habitación, pensativa, no paraba de pensar en lo que sucedió ese mismo día ahí en su habitación, Estaba empezando a oscurecer, decidió salir de ahí e ir por unas frutas para prepararse algo para comer, ya que se iba a quedar ahí en la cabaña a pasar la noche, no quería ir al páramo, no después de lo que había pasado esa tarde ahí en la cabaña, si ella regresaba al páramo se iba a encontrar con ella y prefería evitar otro tenso momento. Además estaba enojada con las cosas que le había dicho al oído, sobre ese pacto que Aurora ni loca lo iba a cumplir. Se dirigió a los árboles más cercanos de allí y agarró todas manzanas, ya que se iba a preparar un pastel de manzanas. Una vez que agarró suficientes, regresó a la cabaña las colocó en la mesa y cerró la puerta. Se puso a cocinar ese pastel. Una vez listo se sentó en la mesa para comerlo pero de repente siente que la puerta de la cabaña se abre, como si entrara una persona sin tocar. Asustada decidió levantarse de la mesa y fue hasta la entrada de la cabaña, y para su mala suerte la persona que estaba allí era su Hada Madrina.

-¿Que haces aquí? -Le dijo la princesa fríamente y algo asustado por su repentina aparición.

-En realidad nunca me fui bestia, y veo que tu tampoco. -Aurora no le dijo nada, decidió ignorarla y siguió con sus cosas, se sirvió una porción del pastel, se sentó de nuevo y se puso a comer. Maléfica seguí parada con la mano apoyada sobre la mesa observándola, y para Aurora le resultó algo incómodo pero no se quejó. Maléfica metió un dedo en el pastel y lo llevó a su boca para probarlo, pero de una manera muy provocativa, llamando la atención de Aurora. La princesa se quedó sorprendida y sonrojada ante esa escena, pero luego decidió ignorarla de nuevo. Hasta que Maléfica le dijo algo que Aurora no quería hablar en ese momento.

-Más vale que cumplas con el pacto que hicimos bestia. -Le dijo seriamente.

-Yo no hice ningún pacto contigo. -Le respondió de la misma forma que ella.

-¡Ay por favor! Ni siquiera dijiste que no.

-Pero tampoco dije que si.

-Si pero te habías quedado muda, eso lo dice todo.

-¡Claro que no!

-¡Claro que si!

-Aurora siguió comiendo y la ignoró nuevamente. Pero Maléfica la hizo que se levante de la mesa agarrandola del brazo.

-¿¡Que rayos haces!?

-Cumple con el pacto bestia, porque sino como dije anteriormente te voy a castigar. -Aurora respiró profundo pero esta vez fue más lista y no se quedó callada.

-Yo no soy de nadie, no te pertenezco, no porque tu no quieras que me enamore de otra persona o me prohibas otras cosas más te voy a obedecer. Así que sácate esa estúpida idea de la cabeza.

-Sshhh. -Puso su dedo en sus labios para callarla. -Deberiás hablar de otras formas bestia.

-¿Que? ¿Como hablar de otras formas? No entiendo...

-JAJAJA amo tu inocencia. Me refiero a que hay otros tipos de lenguajes, y uno de ellos es el corporal.

-¿Y como sería eso?

-Así mira.

Narra Aurora:

En ese instante me empezó a acariciar la cintura y mi cabello, yo me estremecía ante esas caricias. Luego de tantas caricias empezó a besar mi cuello. Ahí fue el inicio del descontrol. Me besaba apasionadamente mi cuello y rozaba con sus colmillos delicadamente, como si un vampiro estaba a punto de morder a su presa se tratase, y me apegó más a su cuerpo. Me encantaba lo que me hacía sentir, y no quería pararla pero tenía que hacerlo porque sino tenía que cumplir con ese pacto tóxico. Hasta que tome fuerzas para separarla de mi delicadamente.

-¿Que? -Me dijo ella con la respiración agitada.

-Escucha Hada Madrina... yo te quiero mucho, pero esto está mal. No quiero decir que está mal que estemos juntas, sino ese pacto que quieres hacer conmigo.

-Está bien, pero si quieres estar conmigo vas a tener que cumplirlo si o si. -Yo me quedé en silencio por unos segundos, no sabía que decir, hasta que ella volvió a hablar.

-Se que te gusto bestia, sino no estaría haciendo esto. -En ese momento yo abrí los ojos como platos ante esa confesión. Ella ya lo sabía. ¿¡Pero qué estoy diciendo!? Si a ella nadie le puede engañar, encima no soy buena mintiendo... ¿Que es lo que haré ahora?

-No es cierto.

-Ay porfavor veo como te sonrojas y estremeces cuando estamos muy cerca. No lo niegues. Asi que dímelo de una vez.

-¿Decir que?

-Que te gusto, es obio. Pero te haces la difícil y lo niegas, se que en el fondo te mueres porque yo te haga mía toda la noche. -Me dijo mirándome de arriba a abajo.

-No tengo ni la menor idea de que estás hablando.

-¡Claro que sí!

-¡QUE NO! -Dije me fui corriendo de ahí hasta mi habitación, y la cerré con seguro para que ella no se metiera. Ya no quería escucharla.

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