Cap 7 La invitación

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Narra Aurora:

Me levanté de la cama y me dirigí hacia el armario para ver si había algún vestido que ponerme, para mí suerte encontré varios. Yo tenía puesto un camisón blanco que encontré también en el armario. Escogí un vestido color amarillo. Me lo puse y luego me peiné. Una vez lista bajé las escaleras, y en el comedor vi en la mesa el pastel que había hecho anoche. Me serví una porción y empecé a comer, ya que no había comido nada desde anoche. Este era mi desayuno. Tenia tanta hambre que me comí todo el pastel.  Luego salí de la cabaña. Quería caminar y tomar aire para despejarme un poco, pero mientras caminaba no sabía a donde ir. Entonces se me ocurrió ir hasta el castillo, además quería saber como le estaba llendo a Philip como rey, y si podía ayudarlo en algo. Llegué ahí y le dije a los guardias que quería hablar con él príncipe Philip y me hicieron pasar. Fui hasta su oficina, y toqué la puerta.

-Adelante. -Pasé a su oficina y lo vi ahí sentado leyendo unos papeles para firmarlos o no.

-Hola Philip.

-¡Vaya que sorpresa! Hola Aurora. ¿Como estás?

-Bien por suerte.

-Siéntate. -Me senté frente a él.

-¿Y tu como estás?

-Estresado, pero bien.

-Lo imagino... ¿Como te está llendo?

-Por ahora todo va bien Aurora. Aunque es agotador, pero me comprometí a luchar por hacer las cosas bien y eso es lo que haré.

-Que bueno que te esté llendo bien, me alegra mucho.

-Si gracias Aurora. ¿A qué se debe tu visita?

-Pues solo vine para ver como te estaba llendo y si necesitas que te ayude en algo talvez...

-No te preocupes, por ahora todo está bien.

-De acuerdo, entonces ya me voy...

-¡Espera! Eeh antes de irte quiero darte algo...

-¿Que? -Sacó de un cajón un sobre con un moño y me lo dió.

-Es una invitación. Mañana en la noche en el castillo de mi padre habrá un baile, y me gustaría que fueras.

-Aamm ¿Un baile? -Dije ilusionada con ir pero también algo dudosa si aceptar la invitación, ya que Mi Hada madrina no le gustaría que yo esté con Philip bailando... pero lo pensaré. Ella no tiene derecho para prohibirme estar con otras personas ya soy grande, se cuidarme sola y además me divertiré. Pero tengo pensar un plan para que ella no se de cuenta que voy a ir a la fiesta...

-¿Y que me dices? ¿Iras?

-Lo pensaré jaja...

-Porfavor ven.

-De acuerdo iré. Pero por favor no le digas a nadie...

-Está bien, pero... ¿porque?

-Cuando estemos en la fiesta te lo explico. Adiós Philip.

-De acuerdo. Adiós Aurora.

Salí del castillo y me fui corriendo hacia la cabaña de nuevo. No podía ir al páramo en este momento, tenía que esconder la invitación hasta mañana en algún lugar donde Maléfica no la encuentre. Entré en la cabaña, cerré la puerta y empecé a buscar enseguida algún buen escondite. Me costó encontrar un lugar pero al final encontré un escondite para la invitación. Se me ocurrió esconderlo debajo del armario de ropa en mi habitación. Quedó en el piso la invitación pero el armario la cubría toda. Luego salí de la cabaña y fui hasta el árbol más cercano para agarrar unas fresas para comer. Estaba empezando a oscurecer. Terminé de comer las fresas y me dirigí hacia el páramo. Extrañaba estar allí y también la extrañaba a Maléfica, los que no quiero es que cuando esté con ella me empiece a hablar del pacto que no pienso cumplir y del beso de hoy por la mañana que me dió. He decidido que si nombra algo de eso o me quiere prohibir algo no le haré caso y la ignoraré, talvez así se canse de vigilarme todo el tiempo... o eso creo. Pero esta vez seré más lista no voy a dejar que ella me maneje y me diga lo que tenga que hacer y lo que no.
Una vez allí en el páramo me encontré con Diaval.

-¡Hola Diaval! -Le dije con una gran sonrisa. El es mi mejor amigo desde que yo nací.

-Hola Aurora. -Me abrazó y yo le correspondí al abrazo.

-¿Como estás Diaval?

-Bien, la que no está bien es Maléfica. Bueno en realidad está de mal humor...

-¿Porque?

-Hoy unos humanos vinieron aquí a atacar. Ella los echó con su magia luego. Pero no creo que sea por eso que está de mal humor... porque normalmente después de que ella se enfrenta a los humanos está bien. Bueno no hay expresión en su cara pero digamos que cuando eso pasa no está ni bien ni mal. Así que estoy seguro que es por otra cosa... hoy la vi gritando, caminando de un lado a otro, con la mano en su cabeza, eso no es buena señal quise acercarme para preguntarle que ocurría pero me arrepentí por temor a que me grite a mí.

-Que mal. Iré a hablar con ella.

-¿Estas segura? Te recomiendo que no lo hagas...

-Lose, pero no te preocupes, se defenderme sola si ella me llega a gritar con algo.

-De acuerdo. Pero estaré cerca por las dudas, no vaya a ser cosa que se altere y haga alguna locura contigo.

-Tranquilo. No pasará nada. Quédate aquí yo me encargo. ¿Donde está ella ahora?

-Caminando de un lado al otro en el lago de joyas.

-Gracias Diaval. -Me dirigí hacia el lago de joyas, cuando la vi a lo lejos de espalda, sentada en una roca con la mirada abajo. Yo me fui acercando lentamente...

-Hola Maléfica. -Ella se levantó de la Roca y me miraba con cara enojada a los ojos.

-Estoy harta de todo esto.

-¿Que? ¿A qué te refieres?

-Aurora, hoy por la mañana vinieron un par de humanos a robar cosas de aquí. Y llegué tarde para echarlos de aquí, ya se habían agarrado varias cosas y cuando los eché de aquí soltaron al suelo la mayoría de las cosas pero otras se las pudieron llevar los desgraciados. ¡Y todo esto es tu culpa!

-¿¡Como que es mi culpa!?

-Es tu culpa porque mientras ellos estaban robando ahí en el páramo yo estaba contigo dando todo de mí cuando tu no te confiesas nunca y te niegas a confesarme que te gusto. Me rechazas todo el tiempo, ¡y no es justo que yo haga todo por tí y tú nada! ¿Porque Aurora? -Me quedé helada con lo que me había dicho... no sabia que decirle, tenía razón, soy una cobarde.

-Y como yo hago todo siempre esta vez seré yo la que va a confesarse, si tu no puedes yo si. Te amo Aurora, me haces perder el control, me enloqueses y quiero todo contigo pero al parecer tu no, aunque no quiera creerlo talvez mi intuición está vez haya fallado, porque sino tu ya te hubieras confesado hace rato... Yo puedo hacerte vivir los mejores momentos de tu vida, pero veo que no quieres. Adiós. - Se fue de ahí y me hizo derramar lágrimas lo que me dijo,y me senté en una de esas rocas. Yo soy una estúpida cobarde que no se anima a decirle en la cara del amor de su vida que la amo y que también quiero todo con ella si me vuelve loca. Pero le tengo que explicar que tenía por su reacción, pero por otra parte ahora me alegro porque ella siente lo mismo que yo y se que si me confieso ante ella su reaccion va a ser de felicidad. ¿Como pude ser tan estupida? ¡Estoy perdiendo la oportunidad de mi vida!

La DominatrixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora