Nuevo cargo, nueva oficina, nuevo sueldo, nueva vida. Así salí de la oficina de mi jefe cuando claramente esperaba un sermón, una advertencia incluso un despido. No podía creerlo.
¿Feliz? claro que estaba feliz, ¿Cómo no estarlo?. Iba a ganar casi el doble de lo que ganaba antes, mejores prestaciones, mas permisos, menos horarios fijos...
Claro que la felicidad solo duró de la oficina de Carl al estacionamiento, ya que al subirme al auto mi mente empezó a cuestionarse el porqué tanta amabilidad de parte del consejo.
Estaba tan entrado en mis pensamientos que no noté los mensajes de Sam que llegaban a mi teléfono. "Felicidades por el ascenso" ponía...
¿No se te hace raro?, no he ni salido del edificio y mi novia ya sabe que me ascendieron. Decidí no prestarle mucha atención, limitarme a agradecerle y decirle que llegaría tarde a casa. Llevo casi dos semanas que no me gusta llegar a mi propia casa, que pierdo el tiempo pensando en ese parque, en esa misma banca donde sucedió, eso que tanto me atormenta y que tan feliz me hace.
Llevaba casi una hora sentando ahí cuando llegó un mensaje de Tori. "Para que me recuerdes mientras no estoy" junto con una notificación que se había entregado un paquete en mi edificio a mi nombre. RAYOS, pensé... si Sam llega a abrirlo voy a arruinar todo así que recogí mis cosas y corrí hacia el auto.
Creo que nunca te dije que del parque del beso a mi departamento se hacen al rededor de 30 minutos. Bueno, no me preguntes cómo, pero llegue en la mitad. Corrí hacia el buzón del edificio y encontré el sobre. Estaba cerrado "Gracias a Dios", pensé. Me apresuré a meterlo en el auto antes de subir, sobre todo antes de que alguien lo viera y me dirigí a al ascensor.
¿Alguna vez has tenido una corazonada que nunca quisiste seguir?, algo que por mas que creías que tenia sentido, te daba miedo que lo tuviera. Yo creía que Sam estaba ocultándome algo, no tenia idea de qué tan bien estaba.
- Sam, ya llegué, ¿Quieres salir a ce...? - No quise terminar la frase, lo único que podía era aguantar las ganas de soltarle un puñetazo a ese imbecil, a ese que decía confiar en mí, a ese que llegué a admirar...
- ¿Charlie?, sé que no es la mejor manera de que te enteraras - Dijo Carl, tratando de sonreír.
Creo que en mi vida había sentido tanto coraje como ese día, no es como que yo fuera un santo... Pero Dios, ¿Mi jefe?, ¿En mi casa?. Salí a toda prisa de ahí para dirigirme al estacionamiento, tiré todo lo que encontré a mi paso, subí a mi auto y cerré con un fuerte portazo, tanto que cayó el sobre de Tori. Lo recogí y abrí solo para darme cuenta del gran detalle que había tenido y lo inservible que hubiera sido si lo hubiera abierto al día siguiente como planeaba.
Era un brazalete muy sencillo y delgado con unas coordenadas, miré dentro del sobre para ver si había algo mas y encontré una pequeña carta así como una foto tamaño infantil de Tori. Puse la foto dentro de la funda de mi teléfono y comencé a leer la carta.
En ella, Tori me especificaba tres lugares a donde ir antes de poner las coordenadas del brazalete. Decidí hacer caso y no tratar de adivinar a dónde me llevaría. Primero fui a recoger ropa, calzado, comida y por ultimo a casa de su padre por una maleta, decidí no preguntar, tal y cómo decía la carta. De ahí, por fin pude poner las coordenadas de la pulsera, marcaban un aeropuerto privado a las afueras de la ciudad. Me puse en marcha pues quedaba un poco lejos mientras pensaba "Muy divertida, me puso a hacer encargos para ella y su padre y ahora quiere que la vaya a recoger", pero Tori valía eso y mas.
Llegando al aeropuerto, bajé todas las cosas que me pidió solo para llevarme una sorpresa, no estaba Tori, solo estaba el Señor Smith viéndome con una sonrisa en la cara.
- Vaya, Victorie no se equivocó contigo, si que eres un chico obediente, Charlie - Dijo riendo mientras bajaba de una linda avioneta.
- Señ... William, ¿Cómo estás?, ¿No está Tori contigo? - Dije un poco confundido con la situación.
- ¿Que?, ¿No te lo dijo? - Viéndome extrañado - Ah, esa niña y sus sorpresas. Te está esperando Charlie, dale las cosas a Jack para que las suba.
- Pero señ... William, yo no puedo irme - Dije desconcertado - Mi trabajo.
- Vamos chico, te preocupas mucho - Dijo divertido - Ya hablé yo con Davis, no tuvo problema en que te ausentaras por motivos del trato - Dijo mientras me guiñaba un ojo. Me sorprendí, ya que el Señor Davis es el socio mayoritario de la empresa en la que trabajo, estoy seguro que no tenia ni idea de quién era hace un mes.
- Muy bien, entonces, ¿A dónde vamos? - Dije llegando a la escalera de la avioneta.
- ¿Vamos?, Ay muchacho, yo pensé que eras listo. Es una escapada para ustedes dos. - Me dijo mientras bajaba de la avioneta y seguía su camino.
Decidí dejar de preguntar y disfrutar, si en mi trabajo no tenia problema y no quería regresar a mi casa, esto era exactamente lo que necesitaba.
"Que sorpresa, te veo cuando aterrice, supongo", escribí para Tori mientras subía a la avioneta y esperaba a que me dijeran que íbamos a despegar.
"Cariño, las sorpresas acaban de comenzar" Me contestó.
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La gran prueba de Charlie
RandomCharlie es un joven de 22 años, es recien egresado de la carrera de relaciones publicas, actualmente trabaja en ventas en una compañia de aparatos electronicos y tiene encargado venderle al director de una compañia de telefonos un adaptador para s...