Salí del edificio y me dirigí hacia la plaza a recogerla, aunque he de decir que iba más a la fuerza, este tipo de cosas me desesperaban de ella, ¿Ahora entiendes porque quería cortar con ella?, no nos parecíamos en nada. A decir verdad, ni siquiera sabía porque habíamos empezado a salir en primer lugar. Pero ahora no podía hacer nada más que llegar con la mejor cara y esperar a que no estuviera muy enojada.
A todo esto, no te dije, pero seguía hablando con Tori, a decir verdad, me entretenía más hablar con ella que ir a comer con mi novia, pero bueno, llegué a la plaza y ahí estaba esperándome, llevaba un vestido rojo muy bonito, el cabello suelto y unos zapatos que hacían juego, estaba sentada en una banca cerca de la fuente. Estacioné el auto cerca y me acerqué a ella, todavía pensando cómo hablarle.
-Hola, linda- Dije en el tono más dulce que pude.
-Ah, apareciste. – Dios mío, pensé, esta chica es increíble.
-Ay Sam, por dios, no te enojes, te dije que estaba trabajando.
-Es que siempre estás trabajando Charlie, pero bueno, ¿Dónde vamos a comer? – preguntó calmándose.
-Pues, de hecho, te toca a ti elegir, ¿A dónde quieres ir? – Dije sonriendo.
-Pues, vamos al restaurante de tu amigo, el del panel de vidrio. – Demonios, pensé. No podía ir ahí, acababa de ir con Tori en la mañana, no podía arriesgarme a que alguien la mencionara durante la comida.
-No creo que sea posible, tienes que hacer reservación- Empezó a fruncir el ceño- Pero, déjame marcar a ver si tienen algo disponible.
Hice como que marqué y me alejé un poco para hacer la finta, regresé al cabo de cinco minutos.
-En verdad lo siento Sam, no había lugar hasta mañana, ¿Te parece si hoy comemos algo aquí cerca y mañana vamos allá?
-Claro, está bien. – Dijo sonriendo, bueno, no estuvo tan mal después de todo.
Fuimos a un lugar de comida china que había cerca, era bastante bueno y además era bastante agradable. Transcurrió la comida en un silencio incómodo y algunas pláticas sobre su día en la escuela. Nada que ver con lo que había pasado con Tori en la mañana.
Estaba preguntándome cuando podría zafarme de esa tortura cuando mi celular sonó, lo tenía a un lado de mi plato y al ver el nombre lo tomé y lo escondí.
- ¿Me disculpas Sam?, es trabajo- Dije y sin esperar una respuesta, salí del restaurante para contestar.
¿Realmente me estaba llamando?, y por supuesto, ¿Por qué me estaba llamando?, queriendo contestar esas preguntas, contesté el teléfono.
- ¿Hola? – Contesté tratando de no sonar muy ansioso.
- ¿Charlie? – Si, era ella. ¿Qué rayos quería? Digo, estaba fasinado, pero no entendia nada.
- Claro. Pues, ¿Qué numero marcaste? – Bromee tratando de quitarle peso a la llamada.
- Pues, buscaba al chico de esta mañana, pero parece que comió payaso, ¿Cómo estas? – riendo me contestó.
- Si quieres voy al baño y lo vomito, eso no es problema, bien, gracias, ¿Tu? – Mientras reía también.
- Súper, oye... ¿Tienes algo que hacer a las nueve? – Me dijo-
- No, para nada, ¿Por? – Dije de inmediato, lamentaría eso...
- Hay una fiesta en casa de un amigo de mi padre, no quería ir pero no tengo opción, ¿Quisieras venir conmigo? – "Si, si baboso, dile que si" pensé, pero traté de calmarme.
- Me encantaría Tori, pero déjame ver... - Dije tratando de cancelar un 'poco... sutil.
- Ya cotizado, ¿Qué tienes que hacer?, además, vas a estar conmigo, ¿Qué más quieres? – dijo divertida.
- Está bien, ¿Paso por ti? – Dije resignado, aunque con una sonrisa en el rostro.
- Claro, ¿ocho y media?, la casa está un poco lejos - dijo feliz.
- Ocho y media estaré ahí - respondí trantando de no parecer muy entusiasmado.
Colgué todavía con una sonrisa en el rostro, aunque duró menos de una fracción de segundo en el. ¿¡Que se supone que le iba a decir a Sam!?, con ese pensamiento todavía en mente, volví al restaurante, me senté y traté de organizar mis palabras. Un movimiento malo y dormiría en el sillon, o peor, para como era Sam, con el perro.
Estaba ahí sentado, debatiéndome el como explicarle a mi novia que saldría de las ocho de la noche a las dos o tres de la mañana, cuando...
- Por cierto bebé, olvidé decirte que saldré con las chicas - dijo sin darle importancia.
- Ah, claro. ¿A dónde irán? - dije, aunque realmente no me importaba mucho, me bastaba saber que podía irme sin culpa.
- A un bar nuevo que está en el sur de la ciudad - dijo emocionada.
- Que bueno Sam, diviértete y ten cuidado - dije tranquilo.
¿Que dices?, ¿Problema resuelto?, amigo, este es solo el comienzo...
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La gran prueba de Charlie
De TodoCharlie es un joven de 22 años, es recien egresado de la carrera de relaciones publicas, actualmente trabaja en ventas en una compañia de aparatos electronicos y tiene encargado venderle al director de una compañia de telefonos un adaptador para s...