Y, te conocí

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¿Que estoy haciendo?, ¿Más bien, por que estoy haciendo esto?. Me estoy metiendo en la boca del lobo y lo se bien. No se por que no pude decirle que no y ya, a todo esto, ¿Que tenia de malo si lo veía otro día? y ahora tenia que llevar a desayunar a su hija...

Y no es que me molestara conocer gente nueva, al contrario, es de lo que más me gustaba, pero, ¿A una chica?, y, ¿Salir solos?, solo pasaba por mi cabeza que si mi novia se enterara, no sabría el tamaño del problema en el que me metería.

Llegué al lugar que me había indicado el GPS, entré a la residencia, estacioné el auto y me dispuse a tocar.

-Buenos dias, ¿Señor Black?, tome asiento - Dijo el ama de llaves- Mi nombre es Michelle, voy a avisarle a la señorita que ya llegó, ¿Le ofrezco algo?.

-No, muchisimas gracias- Dije sentándome

Al cabo de cinco minutos regresó pero ahora acompañada de una chica. Tenía el cabello lacio, a la altura de la cintura, café claro, casi rubio, ojos color miel, pero un color que te hipnotizaba apenas la vieras, tenía una carita de niña pequeña e inocente pero a la vez una decisión en el rostro que intimidaba.

-Señor Black, al parecer vamos a desayunar juntos- dijo divertida- soy Victorie.

-Señorita Smith, ese fue el deseo de su padre, después de usted- dije, sorprendido.- Charlie, por cierto

-Lo se- dijo con simpleza- ¿Que, pensabas que mi padre me iba a dejar salir con cualquiera?, no señor Black, esta reunión fue arreglada.

-¿A si?, ¿conoce bien a su padre?

-No Charlie, no te confundas, yo sé lo pedí- dijo mientras se adelantaba a la entrada, dejándome boquiabierto.

La gran prueba de CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora