California
Me despierto con un codazo por parte de Kenon.
Abro los ojos y sin mirarle le lanzo un gancho izquierdo a donde quiera que le pille.
—¡Ah! — protesta y empieza a masajearse el brazo—. Hemos llegado pedazo de imbécil.
Me siento recto en la butaca de avión y le miro a mi hermano fijamente.
—No seas nenaza, solo ha sido un golpecito de nada— miento sonriendo. Me dedica una mirada tan inexpresiva que no hago otra cosa más que reírme—. Si no quieres que te pegue, no me despiertes de sopetón.
—¿Y cómo quieres que te despierte? ¿Con un beso en la frente y un «buenos días, princesa»? — pregunta con ironía.
—No estaría mal— le tomo el pelo.
Refunfuña algo por lo bajo y se hunde en el asiento con los brazos cruzados sobre el pecho.
Ruedo los ojos y abrocho el cinturón tras oír las órdenes del piloto de hacerlo, siento cierta presión en los tímpanos cuando el avión empieza a descender.
Tras bajar en el aeropuerto John Wayne airport; Santa , California, un coche nos esperaba para llevarnos a la nueva casa. El trayecto se me hizo realmente largo en comparación con el viaje en avión. Conecto los auriculares y acabo durmiendo otra vez.
Me vuelvo a despertar con un codazo, me giro muy lentamente hacia Kenon, pero antes de que puede estrangularle mi madre me mira fijamente y dice emocionada:
—¡Llegamos! — lo dice con tanta efusividad y alegría que todo rastro de sueño se esfuma y da paso a la curiosidad. Bajo la ventanilla y saco la cabeza (sí, como si de un perro se tratara), nos hemos metido en una urbanización privada.
«Casas de lujos».
—¿Urbanización? — pregunto a nadie en concreto—. ¿En serio?
Siempre hemos vivido algo apartados de todo el mundo, tener vecinos será algo totalmente nuevo.
—No— contesta mi padre en tono serio—. Hay que pasar por la urbanización para llegar hasta la mansión.
—¿Mansión? — decimos Kenon y yo a la vez.
«Vale, eso sí que no me lo esperaba».
No nos habían dado ninguna pista hasta el momento, así que perdonadme si me sorprendo más de lo normal. A mis padres les iba eso de mantener el misterio hasta el último momento.
Quince minutos después, el todoterreno es aparcado delante de una enorme casa hecha de piedra caliza blanca, a simple vista se puede apreciar que dispone de tres pisos, con grandes ventanales. El interior de la casa permanece oculto por las cortinas de color hueso. En toda la calle solo puedo visualizar tres grandes casas por manzana, todas muy separadas las unas de las otras. Eso sí que se asemeja a lo que esperaba. No tardamos mucho en apearnos del coche para aventurarnos en lo que podíamos considerar nuestro nuevo hogar.
ESTÁS LEYENDO
Polos Opuestos © BORRADOR
Fiksi RemajaEN CORRECCIÓN Él cree en el amor a primera vista, ella simplemente ya no cree. Ambos tienen problemas, pero van a tener que aprender a solucionarlo juntos. Khaled y Tricia son literalmente polos opuestos, él se cree dueño del mundo y ella siente qu...