Hero | TodoDeku

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—Te lo prometo.

Esas fueron las palabras que el héroe le había dirigido antes de desaparecer del hospital rápidamente. Aunque Yui confiaba en él y en sus palabras, aun así su corazón no lograba quedarse tranquilo.

Debía asegurarse de que tanto él como Izuku estuvieran a salvo, por lo que se puso de pie y, controlando los temblores de su cuerpo, tomó su celular entre sus manos; caminando a paso decidido hacia la oficina de historiales clínicos en donde revolvió todos los archivos hasta que logró dar con el que necesitaba:

"Uraraka Ochaco, alias Uravity".

Sin dudar marcó el número de la heroína, y de la misma manera apresurada, pero resumida y concisa, le explicó la situación; pidiéndole suplicante que no dejaran al héroe de fuego y hielo solo. Y Ochaco le dio su palabra de que todos volverían a salvo.

Cuando Shoto llegó a la agencia, sin importarle nada, corrió por los pasillos hacia el cuarto de preparaciónes en busca de su traje.
Sin embargo, al llegar, con lo único que se encontró fue con las miradas firmes de sus amigos y amigas.

Allí se encontraba el "grupo de protección" que él mismo había creado para cuidar de Izuku, pero también notó la presencia de Eijiro, Kyoka, Hanta, Momo, Koji y Toru.

—No irás tú solo, Shoto. Y no, no esta a discusión —Mina fue la primera en hablar, pero el bicolor les ignoró, intentando pasar de ellos, siendo Denki quién le puso un alto al sostener sus hombros con sus dos manos.

—Se supone que estábamos en esto juntos, déjanos ayudar.

—La única manera en la que podrían ayudarme es apartándose de mi camino.

—Shoto, tú nos buscaste y solicitaste nuestra ayuda para proteger a Midoriya-san —siguió Ochaco—. Vamos a ir contigo así no lo quieras.

—Miren, aprecio mucho que estén aquí pero esto no les concierne a ninguno de ustedes. Nisiquiera sé cómo se enteraron, pero no necesito de la ayuda de nadie. Haré esto so-...

Una explosión repentina le interrumpió, y todos dieron un pequeño brinco de la impresión, volteando sus cuerpos y miradas hacia Katsuki; guardando silencio ante su filosa mirada del color de la sangre.

—Escuchen, malditos idiotas, estamos perdiendo el tiempo aquí mientras una persona está sola con un psicópata cambiador de formas y a ustedes sólo les importa discutir qué es o no corrector hacer. Pues yo les diré qué mierda hay que hacer, y eso es: cerrar sus malditas bocas y vestirse de una puta vez porque cada minuto que pasamos aquí es un minuto que podría jugarnos en contra luego —sentenció, dejándoles a todos con las palabras en la boca, viéndolo asombrados—. El sordo aquí soy yo, no ustedes. ¡Muévanse!

El grito les hizo reaccionar.

«Katsuki tiene toda la razón» fue lo único que pudieron pensar.

Por otro lado, Shoto, solo pudo suspirar resignado mientras cada uno tomaba su respectivo traje; cambiándose en cuestión de segundos.

—Muy bien, ¿dónde lo buscamos?

—Recibí una especie de acertijo hace unos minutos. Supongo que la respuesta revelará el lugar —contestó el bicolor, proyectando el mensaje en una de las paredes.