Capitulo XV

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Me siento en la silla y me cruzo de piernas, Eros se sienta a mi lado

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Me siento en la silla y me cruzo de piernas, Eros se sienta a mi lado. Julia y su madre en frente y Ester a su lado.

De a poco las mujeres de servicio empiezan a traer las cosas, les agradezco cuando dejan el café frente mío, junto a algunas galletas.

Esta vez empezare yo.

—Entonces, Julia —me mira, le sonrío—, me gustaría escuchar de ti —ladeo la cabeza

Mira unos segundos a Ester y luego a mi, me sonríe.

—Que tierna eres —levanto levemente mis cejas, aun sonriendo—. Y bueno, no hay mucho que contar. Es decir, soy modelo hace tres años, y ahora estoy grabando un programa —sonrío mas

—Vaya, eso es algo realmente admirable —digo honestamente, bajo la mirada a su vestido—. Oh, me encanta tu vestido. ¿Chanel? —asiente, aun sonriendo—. Ugh, tienes un gran gusto.

—Gracias —ladea la cabeza

Ester carraspea, la miramos.

—Concuerdo contigo, Julia tiene un gran gusto. Y una gran independencia, consiguió todo por si misma —la mira con orgullo

—No lo dudo —vuelvo a hablar—. Por eso lo digo, admirable —vuelvo a mirar a Julia—. Espero tener tu espíritu en unos años.

—Estoy segura que lo lograras. A tu edad también buscaba inspiración —toma un sorbo

Un poco soberbia, pero inofensiva.

La única reina serpiente es la señora Ester, pero aun queda tiempo.

—Yo también lo creo, mi hijo será una gran ayuda para eso —suspiro—. ¿Verdad, hijo?

No tiene nada para atacar mas que para insinuar que soy una sanguijuela.

—Violette es bastante independiente, en realidad —lo miro—. Y algo reservada, se que planea su propio futuro, y a pesar de que estemos juntos, se que no me necesitaría si estuviera sola. Ella es muy capaz —toma de su café, mientras deja el ambiente en silencio

Eso no me lo espere.

—Solo espero —me mira—, estar en su futuro.

Le sostengo la mirada, no una batalla como siempre, simplemente, una mirada.

Y dejándome con la duda, si todo lo que dijo fue de verdad, o solo por actuar.

Suspiro.

—Bueno —parpadeo y miro hacia Ester cuando carraspea—, mejor cambiemos de tema antes de que esto se vuelva sentimental —sonríe

Miro de reojo a Eros, mientras aún pienso en sus palabras.

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El Rey y su DuquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora