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Hoy es un magnífico día. No sé porqué, pero me siento estupendamente.

Dormir me ha sentado bien y me siento con un montón de energías para hacer de todo.

Agarro mi respirador y las vías con el suero, me pongo las zapatillas horrendas del hospital y me dispongo a dar un paseo.

-¿Qué haces ya levantada?-Alex mira su reloj y se da cuenta que es muy pronto.-son las seis de la mañana.

-A quien madruga, dios le ayuda.

-Siempre he odiado esa frase, hace que me salgan ojeras.-señala sus ojos y se puede ver las dos bolsas que se encuentran debajo.

-Hoy tenemos que estar positivos.-acelero el paso sin mirar por donde voy.

Soy tan afortunada que me choco con mi médico, como a mi me gusta llamarlo "el gran jefe". Siempre me manda cosas y es muy gruñón, pero hoy no me fastidia el día.

-Vuelve a la cama, no deberías salir de ella.

-Me encuentro muy bien doctor, no se preocupe tanto que le saldrán arrugas.

Mi chiste y el golpe en el hombro no son suficientes para convencerlo, enseguida me manda a mi cama y sin tener opción de negarme.

...

Mi madre y yo nos encontramos jugando a las cartas, hoy es un día entre semana por lo que Jack no está, ni mi hermano y mucho menos mis amigos.

Pican a mi puerta y por la costumbre ya cedo el paso a quien sea quien se encuentre detrás.

-¿Se puede pasar?-esa voz tímida no me suena de nada así que me giro para ver quién es, mi madre hace lo mismo.

-¿¡Qué haces aquí, Andrew!?

-¿¡Papá!?-abro los ojos, no me puedo creer que esté aquí.

-Márchate ahora mismo.-mi madre se impacienta pero el parece tranquilo.

-Tengo derecho a estar aquí.

-Tu te quedaste sin derechos cuando me abandonaste.

-Yo no quería hacerlo, solo que la situación me sobrepasaba.-mi padre se intenta defender.

-¿Y a mi no?-sus tonos de voz se incrementan.

-Maria, solo quiero pasar más tiempo con mi hija.-su mirada se dirige a mi.-me arrepiento mucho.

-Te arrepientes ahora que sabes que me muero.-le rectifico.

-Eso no es verdad. Quiero arreglarlo todo.

-Cuando me dijeron que te iban a llamar jamás pensé que vendrías.

-Espera hija, ¿tu lo sabías?-mi madre parece desconcertada.-no me dijiste nada.

-Porque sabía que te enfadarías.-ella me mira con una mirada dura.-solo quería decirle a la cara que nos han ido bien las cosas sin él. Quería que viera que a pesar de morirme he tenido una buena vida.

A mi madre se le dibuja una sonrisa triste y una lágrima cae por su mejilla.

-No necesito tu cariño ahora, así que guarda esas flores.-me dirigo esta vez a mi padre.

-Quiero estar contigo. Quiero conocer a mi hijo.-parece que eso mosquea a mi madre.

-Tu nunca conocerás a Isaac.

-Será mejor que te vayas, como haces siempre.

-De verdad que he cambiado y quiero unir a nuestra familia.

-Tu querrás muchas cosas pero no conseguirás ninguna.-responde seca la mujer que se encuentra a mi lado.

-Si no hubieras recibido esa llamada, nunca hubieras venido.-él me mira con cara de confusión.

-¿Y las cartas?

-¿Qué cartas?-cuando se da cuenta de mi cara parece entender que pasa.

-Maria, ¿nunca le diste mis cartas?-la nombrada se encuentra con la cabeza gacha.-supongo que tampoco sabe que pago yo las facturas del hospital.

-¿De qué habla, mamá?

-Yo quería protegerte del daño que ha hecho él en nuestra familia.

-¿Ocultándome cosas?-agarro mi respirador, el móvil y la chaqueta sin decir nada.

-Hope, ¿donde vas?-me giro a la altura de la puerta.

-Lejos de vosotros dos.

...

Llevo mirando a estos niños cerca de dos horas y nadie ha venido a buscarme. Ni mi madre ni mi padre me siguieron cuando me fui de la habitación.

-Sabia que estarías aquí.-parece que Luke me conoce mejor que mi propia familia.-¿qué ha pasado?

Giro mi cuerpo con mi cara toda mojada. Se me ha olvidado comentar que durante estas dos horas he llorado como nunca.

Engañada por mi propia familia. Por la persona que más quiero.

-¿Todo bien?-repite la pregunta, es la segunda vez pero me encuentro en shock para responder.

-Toda mi vida ha sido una farsa.

-Seguro que tampoco es para tanto.-intenta animarme pero le lanzo una mirada fría-¿necesitas algo?

-Lo que yo necesito tu no me lo puedes dar.

-Un abrazo.-afirma, este chico debe leer mentes.-es el mejor remedio para la tristeza y frustración.

-No puedo seguir con esto.

-Eres una mujer muy fuerte, peores cosas te han pasado.

-Todo lo que me ha pasado ya me lo esperaba, pero esto no.

-Mira, no te quiero meter más problemas pero necesito decírtelo.

-¿Es urgente? Porque no estoy para más dramas.

-Me he enamorado de ti.-suelta la bomba como si nada.

-¿¡Qué!?-mis ojos se abren como platos.

mRAQUELf

SÓLO RESPIRA (Just breathe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora