— ¡Eso no debe darte gracia, Hoel! —Solté un resoplido ante la risa histérica de Hoel, que admito era un poco contagiosa, y luego me crucé de brazos mientras él intentaba dejar de reír.
— ¿Un perfume, en serio Kensie? — ¿Qué? ¿Ahora una mujer no podía defenderse o qué?
— ¿Y qué querías que hiciera? ¿Dejar que me robaran? Eso sí que no —declaré con determinación.
—Pero él no iba a robarte, tú misma lo acabas de decir —rodé los ojos y negué con la cabeza.
— ¿Y yo cómo iba a saber eso? —Me defendí, porque, ¿Realmente cómo iba a saber que se trataba de él y no de un ladrón?
No me iba a quedar como tonta esperando a ver si era o no un ladrón.
No tenía ese nivel de estupidez todavía.
—Bueno, bueno. No te enojes, pero admite que es gracioso —y vergonzoso.
— ¿Gracioso, dices? En este momento puede estar poniendo una denuncia en mi contra —el solo pensar en eso me hizo sentir una especie de calambre por todo el cuerpo.
¿Realmente él sería capaz de hacer eso? Quería creer que no.
—Lo dudo, Kensie. Por lo que ví, estaba más que encantado con tu tacto en su brazo —alcé mi ceja derecha en su dirección sin entender a qué se refería, porque, ¿Encantado? Yo diría agradecido de que lo hubiera guiando para que no se cayera.
A este punto, era un ángel.
Un ángel medio negro y medio blanco, pero al final de al cabo uno.
— ¿A qué te refieres con "encantado"? —Hice las comillas con mis manos y Hoel se hecho a reír otra vez.
—Para unas cosas eres tan inocente…
—Y para otras tú eres muy desesperante —le reproché, lo cual no le molestó porque se encogió de hombros, como restándole importancia al asunto.
—Da igual, de todas formas me quieres porque te doy empleo y te pago un sueldo más que justo —algo que no podía debatir y que él lo sabía perfectamente bien, por eso lo usaba en mi contra varias veces. Aunque fuera para molestarme—. Cómo sea. Si el chico dice que va a insistir, no dudo en que lo hará.
—Oh tomará distancia después de lo de hoy, lo cual sería lo más inteligente por hacer —toqué mi cabeza con mi dedo índice y él sonrió amplían antes de inclinarse hacia adelante y soltar más palabras confusas para mí.
—El amor no conoce de límites, mucho menos cuando la inteligencia desea ganar campo —perdón, ¿Qué?
—Hablarle de amor a Kensie es como hablarme a mí de mecánica, Hoel —solté un suspiro ante las palabras de Susan y desvíe la vista de los dos—. Para ella el amor es un "misterio".
Sí, claro. Búrlate todo lo que quieras, pero el amor me parece algo confuso por entender y descubrir.
—Si iban a ponerse en mi contra, creo que al menos me hubieran avisado para estar preparada —dije con cierto grado de molestia, lo cual ambos notaron ya que se dieron una mirada cómplice.
—Kensie, es por tu bien —suspiró—. No te he conocido a un solo novio en todo este tiempo, realmente me preocupa que te quedes sola el resto de tu vida —sería una gran vida, se los aseguro. Pensé y me reí internamente ante ese pensamiento.
—Es solo que no llegó el indicado —me encogí de hombros—. Quizás la vida me tiene preparado otra cosa.
—Oh quizás ya te envío al indicado — ¿Quién demonios es y dónde rayos está?
Fruncí mi ceño y al ver la sonrisa y la mirada de Hoel, al igual que la de Susan, supe a quien se refería.
Oh, no, no. No.
¿Él? No podían estar hablando enserio.
Ah estás alturas tenía la intuición que había recapacitado y ya hasta tenía un citatorio para cargos contra su… ¿Su integridad física? Quizás. De leyes no conocía mucho, la verdad.
— ¿Julio? —Dije incrédula y ambos sonrieron ampliamente antes de verse rápidamente entre sí.
—Con que así se llama, eh —Hoel volvió a apoyar su espalda contra su silla mientras su mano derecha daba un leve masaje en su barbilla, la misma pose que hacía cuando estaba pensando en algo que tenía su completo interés.
— ¿Y qué rayos importa eso? Dudo mucho que alguien como él pueda fijarse o enamorarse de mí, máxime si está enamorado de mi vecina. ¿Recuerdas esa parte de la historia? —Él asintió con la cabeza—. Qué bueno, porque no pensaba repetirlo.
— ¿De qué historia hablan? —Ahora fue Susan la que parecía interesada en todo este rollo.
—Es muy larga, que te la cuenta Hoel porque debo ir a trabajar —me levanté de mi silla y caminé hacia el final de la oficina, dispuesta a salir de allí y evitar todo este tema lo más pronto posible.
Me detuve cuando Hoel me llamó y me volteé a verlo, antes de ver su sonrisa de lado y su mirada de ternura.
—No te cierres al amor ni a las posibilidades, tan solo eso te pido —sin querer seguir con el tema, asentí con la cabeza para más tarde estar en mi puesto de trabajo pensando en qué rayos me había metido.
Sobre todo, en qué rayos pensaba él con eso de las posibilidades.
El resto del día, como si fuera una especie de tortura para mí, varias parejas entraron a la cafetería donde solo me hacían pensar que, quizás, si estaba perdiendo gran parte de mi vida. Pero no sabía si eso tenía que ver con el amor, o con Julio.
¿Por qué todo sobre el amor debía ser complicado?
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Serenata Equivocada. 💫
RomancePara Kensie el amor siempre fue un misterio, para Julio siempre fue algo grandioso. Ella intentaba hallar una explicación lógica para todo eso, Julio intentaba buscar enamorar a la chica de sus sueños. ¿Y qué mejor que dedicarle una serenata? Con lo...