Era un día soleado y nada mas levantarme supuse que seria un buen día, aunque en realidad no tenia ni idea de lo que me depararía el destino. Escuche a mi tía llamarme para que bajara a desayunar. Ese día me resultó mucho mas difícil levantarme que otras veces ya que era el último día que dormiría en esa cama, en mi casa, mi hogar. Fui al baño y observe mi reflejo en el espejo que había enfrente mío.
<<Lo he conseguido>>, no paraba de decirme una vez tras otra.
Hoy mismo iba a instalarme en la residencia de la universidad para al día siguiente empezar las clases. Ese siempre había sido mi sueño, ir a la misma universidad que mi madre y estudiar derecho, aunque no había sido para nada fácil, lo había conseguido.
Me vestí con los primeros tejanos que encontré y una camiseta de manga corta, algo sencillo, como yo.
Baje por las escaleras hasta la cocina donde estaban mis tíos, Marian y Tom, mi familia.
—¿Ariel aún no se ha despertado?—Les pregunté por mi prima pequeña, aunque no les dio tiempo de contestar porque una mocosa con el pelo pelirrojo igual que el mío apareció por detrás y se abalanzo hacía mi.
Ariel era una niña de cinco años, tenia el pelo pelirrojo y rizado, igualito al mío y eso me encantaba, tenia unos ojos de color verdes, preciosos y era muy guapa. Estaba segura de que cuando fuera mayor todos los chicos le irían detrás.
—¡No quiero que te vayas!—Exclamó mientras se agarraba mas fuerte a mi. Ariel nació tres años después de que viniera a vivir con mis tíos y me consideraba una hermana mayor y para mi era una hermana pequeña. Yo también la iba a echar mucho de menos ya que la quería mas que a mi vida, pero tenia que cumplir uno de mis sueños.
—¡Ariel, a desayunar!—Ordenó mi tía Marian. La niña no quería soltarme pero ante la mirada insistente de su madre al fin me dejo ir y fuimos a desayunar las dos.
—Sara, lo tienes todo preparado, ¿verdad?—Preguntó mi tío, Tom. Siempre había sido muy previsor y le gustaba tenerlo todo preparado para así poder organizarse bien.
—Si, ayer acabe de revisar toda la lista y todo—Asentí sin poder disimular una sonrisa.
—¡Lo has conseguido! aun no me lo puedo creer—Susurró Marian.
—Yo tampoco me lo creo.—Respondí mientras me llevaba una cucharada de cereales a la boca.
El desayuno transcurrió en silencio cada uno a lo suyo, mi tío siguió leyendo el diario como cada día y mi tía ayudaba a comer a Ariel. Mientras que yo seguía con mis pensamientos.
Estaba muy feliz pero echaba de menos a mi madre, demasiado, y no dejaba de pensar en si le gustaría, o mas bien si estaría orgullosa de mi.
Cuando terminamos de desayunar entre los tres recogimos toda la cocina y guardamos todas las cajas y maletas en el coche para prepararnos para irnos. Una vez el coche estaba cargado me tome unos segundos para despedirme de la casa que había sido mi refugio y mi salvavidas aunque no quise profundizar en mis recuerdos mas oscuros y me subí rápidamente al coche al lado de Ariel que se había empeñado en acompañarme a la universidad.
El trayecto de tres horas hasta la universidad me paso rápido, me dejaron elegir la música y los cuatro fuimos cantando todas las canciones incluido Tom, al que no le gustaba hacerlo, hasta que Ariel cayo rendida y se quedo dormida. Observé a Ariel dormir y el paisaje hasta que los párpados me pesaron tanto que no los pude mantener abiertos.
—¡Chicas, despertad! ¡Hemos llegado!—Nos avisó Marian.
Lo primero que captaron mis ojos fueron muchos coches y montones de jóvenes con maletas y cajas. Me sorprendió que se pareciera tanto a una película, en realidad todo parecía un sueño del que me daba miedo despertarme.
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¿Por ti o por mi?
Teen FictionMarcos y Sara empiezan la universidad. Sara esconde muchos mas secretos de los que parece, tiene un pasado oscuro que no quiere que nadie descubra y que esconde con su propia vida. Para ella lo mas importante es su familia y no permitirá que nada l...