Capitulo 12: Marco

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Entré rápidamente a la habitación de Sofia al escuchar el grito y lo que encontré me rompió en mil pedazos.

Estaba teniendo una pesadilla. ¡Maldita sea! Me había dicho y jurado mil veces que hacia meses que no tenia pesadillas pero no era así. Me había mentido. 

Me acerqué a ella con miedo y la desperté con suavidad. No parada de moverse de un lado a otro, estaba sudando y ya tenia lagrimas en los ojos.

Cuando por fin abrió los ojos se levantó tan de deprisa que por poco me da un golpe en la cabeza.

—¡Shh! Tranquila ha sido solo una pesadilla—Le susurré en el oido para tranquilizarla.

Ella me miró con sus ojos verdes iguales a los míos y lo que vi en ellos no era miedo sino horro, estaba horrorizada. 

—¿Marco?—Preguntó esta mientras se aferraba a mi camiseta.

—Soy yo, Sofia, tranquila...Soy yo...

Pareció que ante mis palabras se relajo. No sabia que hacer, hice el amago de salir de la cama, pero enseguida se puso tensa y me miró a los ojos suplicantes.

—Quédate, por favor...—Me suplicó lo que hizo que aún me doliera mas el pecho. Solo una vez había visto a mi hermana con ese miedo en los ojos y nunca me iba a quitar esa imagen de la cabeza. Por lo que accedí, abrí una cama que tenia debajo y me tumbe en ella mientras le sujetaba la mano desde abajo.

Esta situación ya había ocurrido varias veces pero nunca tan fuerte, la posición en la que estaba era bastante incomoda, pero por nada del mundo le iba a soltar la mano.

—¿Desde cuando han vuelto las pesadillas?—Pregunté en un susurro. No contestó por lo que deduje que se había quedado dormida.

—Nunca desaparecieron—Susurró cuando me estaba quedando dormido. Esas dos simples palabras se clavaron en mi interior haciendo que no pudiese pegar ojo en toda la noche.

********

Un movimiento a mi lado hizo que abriera los ojos de golpe desorientado. Observe el interior de la casa hasta que caí en la cuenta de que estaba en la habitación de mi hermana.

Me levanté hasta reparar en sus ojos verdes. Estos estaban un poco hinchados debido a la pesadilla de anoche.

No me pudo aguantar la mirada, mas bien la apartó avergonzada. Me dolió ya que le había dicho mil veces que no tenia que esconderme nada, que podía confiar en mi.

—Puedes confiar en mi, ¿Lo sabes, verdad?—Le dije mientras hacia que me mirara directamente a los ojos.

—Lo se, pero es que no quiero ser un estorbo...Ya te ocupas suficiente de mi, no quiero que te canses y me dejes sola....—Contestó ella mientras se apartaba de la cama y se levantaba.

Me quedé sorprendido por sus palabras, no me esperaba para nada ese comportamiento. Me levante de la cama de un salto y me acerqué a ella.

—Enana, nunca me cansare de ti, eres mi hermana favorita...

—Que yo sepa solo tienes una hermana...

—Eh, escucha—Le cogí el rostro entre las manos—Nunca te dejare, nunca me iré y siempre puedes contra conmigo.

Asintió con la cabeza y fue hacia el baño. Eran las diez de la mañana, esperaba que mi padre no estuviera en casa o con suerte aún estaría durmiendo, por lo que me despedí de Sofia y fui escaleras abajo.

Pero lo que no me esperaba encontrarme era a una señora de la edad de mi padre con un albornoz desayunando en la cocina.

Intenté escabullirme sin que me viera pero me vio. Se levantó de un salto y se acerco a mi.

¿Por ti o por mi?Where stories live. Discover now