¿Por ti o por mi?

Capitulo 13: Sara

El tren acababa de llegar a Barcelona, fui de las primeras en bajar ya que simplemente traía conmigo una pequeña bolsa.

Tenia los nervios a flor de piel, pero ahora ya no lloraba, me aferraba a la idea y esperanza de que estuvieran bien y de que Marian hubiese tenido simplemente un momento de debilidad.

Al llegar al hospital baje del taxi con las manos temblorosas y el pulso a cien, pero aún así no me detuve en ningún momento y en menos de un minuto ya estaba dentro del hospital.

Una de las recepcionista me dijo la planta y fui directa hacia allí. Nada más abrirse las puertas pude ver la cabeza rubia de Marian.

—Marian...—La llamé, esta se dio la vuelta enseguida y pude ver sus ojos hinchados y enrojecidos.

Rápidamente me acerqué a ella y la abracé. Las dos llorábamos desconsoladamente mientras nos abrazamos hasta que me aparte.

—¿Como...como están?—Pregunté con miedo en la voz.

—De momento están estables...Pero Tom esta mal... Ariel esta bien ahora estaba durmiendo.—Note la voz de mi tía vacía, hueca, sin sentimientos. Supongo que encontrarse sola en el hospital con dos de las personas mas importantes de su vida era algo realmente duro.

<<¡Dios!>>

Nos dirigimos a la habitación de Ariel y vi su pelo rojizo igual al mío desparramado por toda la almohada.

Tenia el rostro magullado, el labio roto...y un brazo vendado.

Pareció advertir nuestra presencia porque sus ojos grises se abrieron despacio.

—Sara...—Susurró con la voz débil.

—¡Ariel, Dios! Estoy aquí, estoy aquí...—Le di un beso en la frente ya que tenia miedo de abrazarla por si le hacia daño.

Según me había dicho Marian tenia un par de costillas y un esguince en el brazo, por lo demás sus constantes vitales parecían estar bien.

Por el contrario mi tío Tom no tuvo la misma suerte, al parecer él recibió la peor parte. Tubo varias hemorragias internas y un golpe en la cabeza demasiado fuerte.

Estuvo mas de seis horas en quirófano y aunque parecía que todo en él, dentro de lo que cabía esta bien, parecía no querer despertar.

Ni Marian ni yo queríamos ir a casa a descansar por lo que yo me quedé en la habitación de Ariel y ella se fue con Tom.

Una parte de mi se alegraba de que Ariel estuviera bien, pero por otro lado estaba aterrada de que mi tío no se despertaba.

Ya que el simple hecho de pensar en ello me destrozaba.

Por dentro estaba destrozada, no sabia si estaba preparada para ver morir a otra persona importante para mi, aún no estaba preparada.

Pero aún así intentaba no derrumbarme y ser fuerte por Ariel y por Marian.

Ariel me pidió que me tumbara con ella en la cama y le leyera un cuento por lo que accedí encantada, pero en medio de la lectura me interrumpió.

—¿Papa se pondrá bien, verdad?—Preguntó esta mirándome con sus enormes ojos verdes y su rostro angelical.

—Eso espero, cielo.—No pude seguir mirándola a los ojos, por lo que aparte la vista y la abracé contra mi dejando el libro en la mesita.—Pero estoy segura de que despertara, Tom es muy fuerte y lo hará, se que lo hará—Añadí mas para mi que para Ariel.

—Tengo miedo...—Susurró Ariel dejando caer unas lagrimas mojándome la camiseta. No pude evitarlo, algo en mi se rompió. Ver llorar de ese modo a mi hermana, porque así la consideraba, era aterrador.

No pude evitar que las lagrimas rodaran por mis mejillas, pero intenté que no se me quebrara la voz, por Ariel. Tenia que ser fuerte por ella.

—Yo también...Pero no tenemos porque tenerlo, nos tenemos la una a la otra ¿De acuerdo? Y te protegeré siempre, siempre

—Te quiero—Susurró por último antes de cerrar sus ojitos.

—Te quiero, hermanita—Le dije con un beso en la frente y me quede dormida con un miedo atroz en el pecho.

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—Señorita, tiene que despertarse

Una voz que no conocía me llamaba pero estaba tan profundamente dormida que tardé en despertarme.

Una luz blanca demasiado fuerte me obligó a hacerlo, intenté descubrir donde estaba hasta que caí en la cuenta de todo. Me levanté de un movimiento y la enfermera me miraba confusa.

—Lo siento...me he quedado dormida con...¿¡Donde esta mi hermana!?—Exclamé al ver que la cama en la que estaba tumbada estaba vacía.

Pero de pronto una puerta se abrió y apareció Ariel con una sonrisa en los labios.

—¡Sara, por fin te despiertas!—Exclamó mi hermana andando hacia mi cojeando levemente.

Solté un suspiro de alivio al ver su increíble sonrisa. La enfermera le puso el desayuno y tras asegurarme de que estaba bien la dejé sola para ir a ver a Marian y...Tom.

Al llegar a su planta me encontré con Marian de espaldas hablando con un medico, me acerqué de inmediato preocupada, pero me relajé al instante al ver la sonrisa de Marian.

Sin pensármelo dos veces entré corriendo en la habitación y me detuve al ver el rostro magullado de Tom.

Él al verme se le formó una sonrisa en los labios, me di cuenta de que estaba llorando y sin perder ni un segundo me acerqué a él y lo abracé suavemente.

Los dos empezamos a llorar pero nos reconfortamos con un abrazo.

—¡Dios, Tom! ¡Pensaba que te perdía...y no pude! Me derrumbe y lo vi todo negro, no se que hubiese hecho sin ti...yo....—Deliraba llorando desconsoladamente, lo cierto es que hacia años que no lloraba de esa manera y eso me daba miedo.

—Shhh...Tranquila, estoy aquí—Esas simples palabras me reconfortaron. 

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¡Uff! Al menos Ariel y Tom están bien...

¿Ahora que ara Sara?

¿Volvera a Madrid? ¿O se quedará en Barcelona con su familia?

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Nos vemos en el proximo capitulo. Besooos.