¿Por ti o por mi?

Capitulo 8: Marco

Tras insistir deliberadamente en que Sara viniera a la biblioteca para hacer el trabajo, por fin lo conseguí.

Aunque de camino hacia allí me encontré con Ashley Hamilton, rubia, ojos azules y un cuerpo de infarto.

Era con la única chica que me acostaba de manera mas regular. Simplemente nos entendíamos. Follabamos y a la vez éramos amigos. Simplemente eso nada de sentimientos de por medio ni nada similar. Y eso me gustaba.

—¿Vas a la biblioteca?—Pregunto Ashley de manera provocativa.

—Puede...

—¡Que casualidad, yo también voy!—Pasó una de sus manos por mi pecho y una sonrisa se instalo en mis labios al comprender lo que me estaba diciendo.

Se acerco mucho a mi y pego sus labios a los mios, la agarre por el trasero y la levante haciendo que sus piernas se enrollaran en mi cintura.

Estábamos en una fila de la biblioteca, lo cierto es que nos podían pillar en cualquier momento, pero eso solo lo hacia aún mas excitante.

Por un momento Sara me cruzo por la cabeza y que debería estar esperándome, pero fue substituido por los besos de Ashley en mi cuello.

Supongo que si me retrasaba un par de minutos tampoco pasaba nada, ¿Verdad?

La verdad es que me estaba costando mantener las formas, hacia semanas que no me veía con ninguna chica y mi cuerpo lo notaba ya que estaba mas cachondo de lo normal.

Pero de repente entregado por completo a Ashley, pude percibir una figura femenina a mi lado. Al abrir los ojos no pude creerme a quien tenia delante: Sara.

—¿Y tu quien demonios eres?—Preguntó Ashley completamente enfada por cortarnos el rollo.

—Eres un capullo—Soltó de repente mirándome fijamente a los ojos con una expresión de cabreo inimaginable.

Dejé a Ashley en el suelo y ni siquiera me despedí de ella, simplemente eché a correr detrás de Sara.

¡Menudo capullo! ¿A quien se le ocurre enrollarse con una chica habiéndo quedado con otra? Respuesta fácil: A mi.

Realmente Sara caminaba rápido, aunque no lo suficiente, la pille justo cuando estaba saliendo de la biblioteca con la mochila en los hombros

—¡Eh! Espera, lo siento...se me ha ido un poco de las manos, no era mi intención, de verdad.—Intenté disculparme siendo lo más sincero posible para que pudiese ver que de verdad estaba arrepentido.

Su expresión no decía nada, simplemente me miraba fijamente a los ojos con tanta intensidad que tuve que apartar la mirada.

—Vuelve con esa chica, yo me largo. Primera mitad del trabajo yo y la segunda mitad tu. Adiós—Soltó mientras se daba la vuelta para irse, pero de ninguna forma iba a permitir que se fuera y mucho menos hacer el trabajo de esa forma. Ni loco.

Me puse delante de ella cortándole el paso, tuvo que dar un paso atrás y levantar la cabeza para poder volver a poner sus ojos encima de los míos.

—No quiero que te lleves una mala impresión mía—Susurré y me acerque un poco a ella, de repente estábamos muy cerca.—¿Porque no olvidamos lo ocurrido y quedamos otro día?—Le volví a susurras aunque esta vez muy cerca de su oido. Pude ver como su respiración empezó a acelerarse.

—¿Normalmente esto te funciona?—Preguntó de repente sorprendiendome por completo, dio un paso hacia atrás para dejar espacio entre nosotros.

—¿Que es esto?—Pregunté yo haciéndome el tonto y dando otro paso hacia ella y formando en mis labios una sonrisa de lo más sexy, observé como sus ojos se movieron hacía allí.