¿Por ti o por mi?

Capitulo 10: Marco

Soy un jodido gilipollas. ¿Como había podido hacerle eso a Sara? ¡Joder! Después de di un sonoro portazo y en un ataque de rabia empece a tirar las cosas al suelo, las sillas, las mesas...Me relajaba un poco y me evadió de todos mis pensamientos, pero no era suficiente. Me acerque a una de las estanterías donde tenia fotos mías con mi padre y mi familia, agarré como pude la estantería y la tumbe al suelo haciendo que se rompieran los cristales.

Me acerque a la pequeña mesa que había delante del sofá con un jarro de flores y lo tiré al suelo. Toda la agua se desparramó por el suelo y toqué con los pies el agua. Me quité los zapatos y los calcetines y deje que la fría agua me mojase los pies.

Cerré los ojos y respire hondo. Me senté en el sofá y observé el follón que había montado en un momento. Parecía que habían saqueado mi casa, ¡Maldita sea!

Las lagrimas empezaron a caer por mis mejillas empapando mis pantalones, llevé mis manos a mi rostro y empece a llorar desconsoladamente.

¡Joder! Por fin había conseguido salir de toda esa mierda y por culpa de Jack había vuelto a sacar mi lado oscuro, me he portado mal, no, me he portado fatal con Sara. Justamente ella era una de las personas que no quería que viese mi lado oscuro, mi lado oculto. Pero había venido en un momento de tensión y hizo las preguntas menos adecuadas. No quería que ella conociera esa parte de mi, pero lo hizo de todos modos.

En medio del llanto, oí como la puerta se abría, sobresaltado me levanté de un salto pero me tranquilice de inmediato al ver el rostro preocupado de Jack.  Cuando sus ojos color azul me miraron a los ojos vi preocupación en ellos. Se acercó despacio a mi vigilando de no pisar ningún cristal, se sentó en el sofá a mi lado y con uno de sus brazos me rodeó por los hombros y volví a llorar.

En realidad Jack era mi amigo desde siempre, el único que siempre me había apoyado en todos mis asuntos, y que hubiera ocurrido esto no significaba que fuera culpa suya ya que esto empezó hace muchos años atrás. Jack es realmente mi amigo y lo quería, ¡Joder!

Hacia años que no lloraba, pero esto me había sobrepasado, los recuerdos, la paliza, la mirada de Sara al salir por la puerta, mi padre...Todo.

No tenía ni idea de cuanto rato permanecimos sentados en el sofá sin decir una palabra, simplemente pensando. Pero de repente me di cuenta de que se había hecho de noche.

—Pide algo de comer mientras recojo esto—Dijo Jack mientras se levanta y me daba unas palmadas en la espalda.

—No, lo he ensuciado yo, lo recojo yo—Puntualicé, no quería que recogiera mi mierda.

—Pues entonces lo hacemos juntos, Marco nunca te dejare solo¿Recuerdas? Siempre unidos—Replicó. Cuando éramos mas pequeños hicimos una especie de trato de hermanos, escupimos cada uno en su mano y las apretamos mientras nos decíamos a la cara, siempre unidos.

Lo cierto es que aunque éramos pequeños esa frase nos había servido siempre. No pude evitar que mis labios se curvaran hacia arriba, él correspondió a mi sonrisa y juntos recogimos todo el desastre que había montado.

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Jack estaba acabando de recoger sus cosas ya que se mudaba a su nuevo piso, en parte estaba contento y triste. Por un lado contento de que por fin fuese a asumir sus responsabilidades y madurar ya que había encontrado un trabajo de mecanico al completo y según parecía no le pagan mal. Pero por otro lado me daba miedo que al estar solo pudieran volver a aparecer esos hijos de puta o que volviera a tomar una mala decisión.

Pero supongo que tendría que confiar en él.

Pasamos toda la mañana del sábado llevando sus cosas a su nuevo piso y lo ayude con todo. Estaba a unos diez minutos en coche del mío por lo que lo tenia previsto visitarlo bastante y retomar el contacto con él ya que en los últimos cinco años apenas habíamos hablado.

—Con esto ya puedo yo, hermano—Dijo él una vez tuvimos mas o menos todo acabado.

—De acuerdo, me voy ya que tengo que ir a casa de mi padre a ver a mi hermana—Expliqué mientras me ponía la chaqueta.

—Genial, dale recuerdos de mi parte—Se despidió con un guiño y me puse rumbo a mi antigua casa.

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Hacia bastante tiempo que no veía a mi hermana, durante la semana hablábamos mucho, pero hacia meses que no la veía en persona ya que la relación con mi padre era mala y siempre que iba de visita y nos encontramos o bien había tensión en el ambiente o siempre acabábamos peleados.

Aunque siempre intentaba aguantar sus comentarios y su simple presencia por Sofia, mi hermana.

Solo tenia diecisiete años, pero había vivido cosas tan terribles en su pasado y eso la obligó a madurar de repente. Encendí la radio y deje que la música y la velocidad me despejaran porque no quería pensar en lo sucedido.

Después de una hora y pico al fin llegué. Divise la enorme casa que tenia delante. Esa casa tendría que ser mi hogar, pero era todo lo contrario, solo me traía malos recuerdos.

Al bajar del coche, la puerta principal se abrió y una manojo de pelos negros vino corriendo hacia mi para darme un abrazó. La estreché entre mis brazos y cerré los ojos. Con ella me sentía bien, era la persona más importante de mi vida y si fuera por mi la llevaría lejos de mi padre para poder cuidarla pero no era así.

—Hermanito, no puedo respirar.

La deje poco a poco en el suelo y fijó sus preciosos ojos verdes en los míos con una enorme sonrisa en los labios. Hizo que sonriera de verdad, me cogió de la mano y me arrastro dentro de casa.

Al parecer no había nadie, por lo que respire hondo y me relajé por completo. Aún hacia calor por lo que me puse uno de mis bañadores antiguos y me metí en la piscina con Sofia.

Estuvimos toda la tarde jugando a varios juegos, desde el marco polo, al pilla pilla, escondite...Mi hermana en ese sentido era bastante infantil, pero me lo pasaba de muerte con ella y no lo cambiaria por nada del mundo. La verdad era que cuando venia aquí a pasar tiempo con ella me servia para mantenerme fuera del mundo real durante unas horas, para pensar y recapacitar.

Exhaustos de correr y por el frío que empezó a hacer, nos vimos obligados a vestirnos y fuimos a su habitación para jugar a las cartas.

Ya era bastante tarde y los dos nos morimos de hambre por lo que subimos unos sandwiches a su habitación y pusimos una película.

Cuando esta termino me di cuenta de que Sofia se había quedado dormida. La arrope y le di un beso de buenas noches en la frente para regresar a mi casa.

La observé unos segundos de mas, su rostro lleno de pequeñas pecas, su nariz recta y esos labios hinchados que la hacían aún más guapa. ¡Dios mi hermana era guapísima! Y dormida parecía un autentico angelito.

Le dejé una pequeña luz encendida ya que en el último año le había cogido miedo a la oscuridad, cerré la puerta y me apoye en ella para coger aire. Por debajo del umbral de la puerta se colaba la luz, me daba aún mas rabia tenerla que dejar en esta enorme mansión con mi padre que a saber donde estaba.

Sofia me había pedido mas de una vez que me quedase a dormir en casa para al día siguiente poder desayunar como una familia, pero no tenia ni ganas ni tiempo para semejante acción.

Por lo que siempre que venia me iba antes de la noche, miré la hora en mi reloj. Mierda las doce de la noche, lo cierto es que me quedaba un buen rato de viaje así que cuanto antes me pusiera en marcha mejor.

Pero justo en el momento que fui a bajar a las escaleras escuche un grito. Un grito que me puso los pelos de punta y me horrorizo por completo.

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¿Que lado oscuro esconde Marco?

¿Que le habrá pasado a su hermana en el pasado?

¿De quien será ese grito...?

Espero que les haya gustado, dejen sus comentarioooos.

Besoos.

Nos vemos en el proximo capitulooo.