P R Ó L O G O

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P.O.V. Narrador

Pasos apresurados, resonaban por aquella calle debido al agua estancada de lluvia que dejó la misma hace unas horas, un chico de cabellos cortos azules huía de su realidad.

Eran las doce con treinta minutos y cincuenta y siete segundos exactos, lágrimas recorrían las mejillas de aquel chico con sudadera negra XXL, no tenía rumbo, solo deseaba perderse en la infinidad de calles que existían.

Él, Shuichi Saihara, apunto de terminar con su propia vida, no la necesitaba, nadie necesitaba su maldita existencia.

Ya no caminaba, corría desesperado, tenía que llegar a algún lugar, tenía que llegar al lugar en el que acabaría con su vida.

Se sentía tan estúpido, era tan egoísta, lo tenía todo, pero nada a la vez.

Pero era gay, se lo merecía, se merecía eso y mucho más.

Paró, paró en seco, corrió tan lejos que llegó a una carretera con un puente solitario, ningún carro circulaba alrededor.

Estaba solo.

Como siempre tuvo que estar.

Las lágrimas se intensificaban más por cada segundo que pasaba, tomó el collar que tenía puesto, al sentirlo se puso a llorar mucho más fuerte.

Era un asco.

Tomó una gran bocanada de aire, fijó su vista al borde de aquel puente, era tan tentativa aunque por dentro muriera de miedo y nervios.

Se acercó, secó todas las lágrimas, lo haría, ya estaba decidido.

Pero una luz resplandeciente apareció de repente, no era una luz cualquiera, era más como un aura.

¿Qué era eso? ¿Qué es eso?

Volteó a su derecha y ahí lo encontró.

La luz que lo iluminó.

Un chico bajo de aproximadamente unos 1,56 centímetros estaba casualmente caminando, en sus brazos había vendas y un muchísimos curitas adornaban sus esbeltas piernas.

Y una sola cosa se le ocurrió a Saihara:
"Viene con los mismos propósitos que yo" así que decidió saludarlo y preguntarle.

Un ligero escalofrío recorrió su espalda, no era bueno empezando conversaciones—Oye, ¿te sientes bien? ¿Te piensas tirar de este lugar?-Pregunto el más alto de los dos.

El pequeño se asustó un poco ante las palabras del mayor, sin embargo solo sonrió.
—Nope—Contestó con naturalidad—Por cierto, ¿no crees que es demasiado tarde para que estes afuera en medio de una carretera? ¿has visto la hora? Es la una de la mañana—Protestó aquel chico de menor estatura y cabellos morados

—Creo que eso te lo debería preguntar yo a ti, no creo que tengas alguna razón para estar aquí afuera, a esta hora y en este lugar—Saihata devolvió la pregunta confundido.

—Hmmm... Quería pasear, en fin mi nombre es Kokichi Ouma, un placer—Sonrió cálidamente y extendió su mano llenas de vendas, el mayor se sonrojó un poco y la aceptó.

—¿Por qué tienes vendas en los brazos y curitas en tus piernas?—Preguntó el de pelo azul analizando de pies a cabeza al otro chico—¿Acaso eres suicida?—

--¿¡Que!?—Exclamó el menor asustado de nuevo—Solo es que me gusta el skate, y bueno digamos que lleva mucha práctica y por consecuente muchos moretones, rasguños y cicatrices—Confesó Ouma rascándose la nuca—Por cierto ¿Cual es tu nombre?—Preguntó con curiosidad.

—Yo soy Shuichi Saihara—Contestó a su pregunta con una pequeña sonrisa, esto no estaba saliendo como lo que había planeado.

—Oye Shuichi, podrías soltar mi mano, se me va a entumecer por lo extendida que está—El mayor la soltó con otro sonrojo—Hmmmm... Me agradas—Soltó de la nada Kokichi.

Saihara solo se sonrojaba más, esto definitivamente no estaba saliendo como él esperaba—Supongo que tú también me agradas Kokichi—El menor sonrió ante las palabras del chico de orbes amarillos.

—Bueno Shuichi, me gustaría hablar más contigo—Dijo animado el menor, y en ese momento Saihara se quedó en seco de nuevo.

Había hecho un amigo, en la madrugada que planeaba suicidarse, la cara del menor, animada y con esperanza a volverle a hablar, le dolió tanto, sus ojos se cristalizaron, por que el también quería hablar con el, había sido amable con él, a diferencia de todas las personas de su edad que son usualmente una mierda con él

—Yo...—Su voz era quebradiza—Supongo que yo igual—No quería romper en llanto enfrente de lo que parecía ser su nuevo amigo.

—¿Te parece si intercambiamos números de teléfono?—Propuso alegre el de cabello morado mientras sacaba de su short blanco su teléfono—Toma, copia mi número—Le extendió amablemente su celular, Shuichi lo tomo y saco de su sudadera negra el suyo para agregar a Kokichi a sus contactos—¡Oh! Veo que te gusta My Chemical Romance, a mi también me gusta—Señaló la sudadera de el mayor la cual exponía el nombre de aquella banda—Mi canción favorita de ellos es la de "To the End", ¿y la tuya?—

—Uh, mi favorita es "The World Is Ugly", es buena—Aparte de todo, al supuesto amigo de Shuichi le gustaba My Chemical Romance, ¿qué tipo de suerte era esa? Termino de copiar el número y le devolvió su celular al menor junto con el de él para que lo agregara.

—Espero que hablemos seguido, vivo por el Sur ¿y tú?—Le sorprendió a Saihara escuchar eso

—Yo igual—Contestó. Los ojos de el de orbes morados se iluminaron mientras que una sonrisa se escapaba de su boca.

—¡Genial! Entonces conoces aquel parque de skate, pues te digo que ahí siempre me podrás encontrar y si quieres vernos en otro lado ya tienes mi número—Shuichi simplemente no procesaba todo eso, era demasiado para él.

—Voy en Kibougamine—Comentó esperando escuchar que el otro igual.

—¡Oh! ¡Astral! Yo también, quizá algún día coincidamos—Sonrío mientras le devolvía el celular al mayor—Fue un gusto hablar contigo Shuichi—Ouma se puso de puntillas para tomar el hombro de Saihara—Espero que nos veamos pronto, descansa que ya son la una con quince—Con eso, el menor se fue y con él la luz que emanaba.

—Adiós Kokichi—Susurró Saihara, esperó a que su nuevo amigo se haya ido completamente para golpearse en la cabeza y romper en llanto.

No podía creer que hablar quince minutos con una persona que acababa de conocer hubiera evitado el suicidio que planeó por años.

Decepcionado de sí mismo, volvió a su casa.

Sin embargo, con una ligera pizca de aquella luz que dejó el chico de cabellos morados.

Kokichi Ouma.

El chico que evitó que Shuichi Saihara cometiera el suicidio.

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