P.O.V. Saihara.
Solo escuchaba mis pasos resonar en el piso de mármol del hospital, caminaba hacia la habitación de Ouma.
En 1901 Alois Alzheimer descubrió la enfermedad del Alzheimer, ésta suele afectar a personas mayores de 60 o 65 años, aunque han habido casos de personas menores de 40 años.
Ouma es uno de esos casos, casos especiales.
Sabía que Ouma era especial y único... Pero esto es demasiado, más de lo que pude haberme imaginado... Ouma aún está en la etapa temprana del Alzheimer, no es tan grave, sin embargo a veces tiene episodios de pérdida de memoria... Aunque nunca me ha olvidado a mi, ni una sola vez y; espero que nunca lo haga.
Llegué a su habitación y estaba sentado con sus audífonos y su teléfono, mirando a la nada. Le pasé la mano por la cara y me volteó a ver, una sonrisa salió de sus labios y se quitó un audífono.
—¿Qué escuchas?—Pregunté sentándome en el borde.
—No lo sé...
—¿Puedo?—Me sonrió y me extendió el audífono.
—Claro.—Se recargó en su almohada y cerró los ojos, hoy está tranquilo.
—If I could burn this town, I wouldn't hesitate... To smile while you suffocate and die...—Admito que la canción no está mal, nos quedamos recargados en las almohadas y pude sentir como recargaba su cabeza en mi hombro.
—So bite your tongue and choke yourself to sleep...—Ouma cerró los ojos y acurrucó su cabeza entre mi cuello y mi hombro mientras yo solo escuchaba la canción y sentía su rostro tocar mi cuello... Creo que me estoy poniendo nervioso, no estoy acostumbrado a este tipo de contacto.
—Kichi... ¿Cómo te sientes?
—¿Hm? Bien, siempre que estás aquí estoy bien.
—¿Te duele la cabeza o algo?
—No, me siento bien.
—Te has sentido... ¿Solo?
—Cuando despierto no suelo recordar mucho, así que... Creo que no, es normal.—Me respondió y suspiré aliviado, al menos no se siente mal.
—Te traje algo que te gusta mucho.—Se separó de mi hombro y me vió a los ojos con una mirada ansiosa, le di una leve sonrisa y saqué de mi mochila una fanta sabor uva y chicles de sandía, él sonrió y me abrazó débilmente... No ha estado comiendo bien y no tiene fuerzas.
—¡Gracias Saihara! Pero... ¿Sabe bien?
—¿De qué hablas? Claro que sí.
—Lo siento... Me he olvidado de su sabor, pero lo probaré.—Dijo sin dejar de sonreír y sacó un chicle, se lo llevó a la boca y comenzó a masticarlo, su rostro reflejaba alegría.—Tomaré la caja entera.—Soltó una risita.Ouma y yo nos quedamos platicando un rato, nada en especial, una plática relajada... Eso me gustaba de estar con él, no era complicado mantenerme a su paso, se sentía natural.
—Saihara... Estoy enfermo, ¿verdad?—Tragué saliva, ¿cómo se supone que debo responder? "sí, por eso estás en esta habitación", eso es muy duro... No sé que hacer.—Lo sé, no estoy bien—Sonrió de lado.
—Sí, estás mal.—Bajé la mirada y él suspiró.
—Estoy olvidando las cosas más simples, ¿cierto? Despierto en esta blanca y vacía habitación confundido porque no estás aquí, he tenido que escribir notas para leerlas al despertar y no armar un escándalo.—Pude notar como su voz comenzó a quebrarse y volteé a verlo, las lágrimas recorrían su pálido rostro mientras su mandíbula permanecía tensada.
—Yo... Yo no...
—No tienes que decir nada, Saihara-chan—secó sus lágrimas con su antebrazo—solo quédate aquí un rato más.
Tensé mi mandíbula y lo abracé, lo acerqué a mi pecho y lo sostuve lo más fuerte que pude, como si en algún momento él sea el que se esfume junto con sus recuerdos.Acaricié su cabello y naturalmente, le di un pequeño beso en la cabeza, él volteó a verme a los ojos y solo así me di cuenta de lo que acababa de hacer.
—¿Sabes? Eso fue muy gay de tu parte.
—Lo siento si te incomodó, no era mi intención de verdad... Lo siento mucho, te daré espacio.
—Para tu suerte me gusta lo gay, ¿puedes volver a hacer eso pero... aquí?—Señaló sus labios.
—Déjate de juegos.—Le dije cubriéndome el rostro con una mano para ocultar mi leve sonrojo.
—Oh vamos, cumple los deseos de un pobre enfermo... Lo olvidaré mañana después de todo.
—Es una razón más para no hacerlo.
—¡Eres muy cruel Saihara-chan!—Dijo en un puchero algo gracioso.
—Lo siento Kichi.
—Pffft... Ni se me antojaba tanto, estoy bien con los chicles.—Dijo tomando otro chicle de la caja y reí.Y reímos.
Y reímos.
Y reímos.
Pero...
Las risas acabaron.
Todo acaba... ¿Cierto?P.O.V. Ouma.
Se había hecho de noche y Saihara tuvo que irse, y volví a ser solo yo y mi mente, aunque incluso ella se está desmoronando.
¿Algún día olvidaré a Saihara?
¿Me olvidaré de su nombre?
¿Sus ojos?
¿Su sonrisa?
¿Su sonrojo?
¿Su personalidad?
¿Su espíritu?
¿Su alma?
¿Me dejarás Saihara?
O... ¿Yo te dejaré?
No puede ser así... No puedo dejarte, no puedo olvidarte, no quiero hacerlo... Pero eso no está en mi control, he perdido el control de mi vida.No sé cuánto más olvide en unos días... Pero no puedes ser tú, no quiero olvidarte.
Me recosté del lado de la ventana y miré la noche; era oscura y solitaria, la única luz era aquel alto farol del hospital.Creo que... Podemos hacerlo, Saihara.
No te dejaré, así que tú tampoco lo hagas.
Cerré mis ojos y tarareé aquella letra que, por alguna razón, aún no olvido.So bite your tongue and choke yourself to sleep
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Skate Truce
Fanfiction"Oye ¿te sientes bien? ¿te vas a aventar de este lugar?" "Nope" Kokichi Ouma, un skater que quiere vivir su vida al máximo. Y Shuichi Saihara, un chico promedio con indicios suicidas. ¿Qué pasará?