#2 ¿Estás aburrido ya?

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P.O.V. Narrador.

—Es sencillo, no te preocupes, al menos ya lograste equilibrarte en la tabla y puedes mantener el equilibrio andando en ella.
—Lo sé, pero sigue dándome algo de miedo.
—Solo presiona el final de la tabla varías veces, cuando te acostumbres a eso, desliza tu pie por la tabla, haz eso varias veces y verás como lo logras.—Le dijo Ouma a Saihara en un intento de calmarlo de su miedo al hacer una Ollie, un truco simple para principiantes.
—Sabes, esto realmente es frustrante, no puedo.— Dijo Saihara bufando y bajándose de la tabla.
—Hey, hey, cálmate. Sé que esto no parece fácil pero debes saber que nada lo es... Sigue intentando, porque cuando lo logres te vas a sentir increíblemente bien, te lo prometo, también prometo estar aquí si caes o algo falla.—Eso hizo sonrojar a Saihara un poco, pero más que nada por los nervios, pero ahora se sentía más seguro de sí mismo, además quería sentir esa sensación de increíblemente bien.

Y así pasaron 2 horas, Saihara frustrándose y cayéndose, pero como Kokichi dijo, él estuvo ahí cada vez que él caía o que hacía algo mal, tomaron un descanso, sentándose fuera del skatepark, habían dado las 5:27 P.M. el cielo estaba pasando de un azul a un naranja, y luego a un morado para pasar a un rosado, Kokichi fue a una máquina de refrescos y sacó 2 fantas, le ofreció una a Saihara y ambos se sentaron en silencio a ver el atardecer en silencio, aunque la ansiedad de Saihara se interpuso.

—¿Estás aburrido ya?—Dijo Saihara y Kokichi lo vió de reojo alzando una ceja y sonrió.
—Nope. Pero si quieres ya podemos irnos.
—No, no, no... Está bien.
—Genial.— Kokichi acabó su refresco y vió un bote a lo lejos.—¡POR KOBE!— Gritó y lo lanzó, pero no le atinó.—Pft, no soy basquetbolista.— Kokichi se levantó y fue a tirar la lata al bote de basura correctamente, mientras veía que Saihara también quería hacer lo mismo, este lo vió y le sonrió, señalándole el bote de basura, Saihara le sonrió de lado.
—Por Kobe.— Dijo en un tono neutral y la lanzó, aunque él si le atinó.
—Wow, gran puntería.— Le dijo Kokichi y le alzó el pulgar.

Después de esa tarde en el malecón y en el skatepark, habían dado finalmente las 6:30, decidieron ir por algo de cenar, y con algo de cenar, me refiero a que Kokichi le ofreció ir por unos hot dogs que vendían en un callejón de comida basura.

—Y... ¿Vas a ir al juego este fin de semana?— Le preguntó Ouma a Saihara.
—Yo... No-No lo sé— Le respondió esté bajando la cabeza.
—Mmm... ¿No te gusta el americano?
—No me gustan las multitudes, son muy estresantes.
—Depende de cómo lo veas.
—¿A qué te refieres?
Ouma le dió un último mordisco a su hot dog.
—¿Alguna vez has ido a un concierto?— Saihara le negó con la cabeza.—¿Un festival?— Saihara volvió a negarle.
—Bueno, pero supongo que sabes que en ambas cosas hay multitudes gigantes, aunque depende de quienes se presenten, pero ese no es el punto. El punto es que cuando al menos yo estoy en una multitud, siento que soy libre, o algo así, porque hay mucha gente que te aplasta... Pero sin embargo, puedes bailar y nadie lo va a notar, puedes gritar hasta que tus pulmones exploten o tu garganta se seque y nadie te va escuchar, eres totalmente libre allí... Estás perdido en la música, te dejas llevar por tu cuerpo y bailas libremente, gritas hasta que no puedas, te liberas.—Ouma suspiró y cerró los ojos, luego los abrió para ver a Saihara de reojo.
—¿Qué opinas?
—Nunca lo había visto así, las multitudes siempre me han aturdido, el sonido y estar en medio de varias personas... Me pone nervioso, pero creo que ahora suena algo umm... Interesante.
—¿Entonces? ¿Vienes?
—Sí, estaría bien.— Respondió Saihara en voz baja, dándole una última mordida al hot dog.
Ambos pagaron lo que habían consumido y fueron a dar un paseo.
—Seré honesto, pensé que eras aburrido.— Saihara abrió los ojos sorprendido, viendo a Ouma, éste solo rió.— Pero no lo eres, puede que seas algo callado, pero por alguna razón no es un silencio incómodo, es agradable y tranquilo.— Retomó, dándole una palmada a Saihara en la espalda.
—Seguro que tienes demasiados amigos, ¿no?
—No lo sé.
Saihara hizo una mueca, ¿no lo sabe? ¿no es obvio cuando tienes muchos amigos?
—Quiero decir, tengo un amigo cercano, Makoto Naegi y su novia, Kyoko Kirigiri, aunque casi no hablamos, sin embargo siempre han estado ahí para mí.
—¿Kyoko Kirigiri?
—¿La conoces?
—Es la única amiga que tengo... Más bien, es la única de la clase que me habla.
—Sí, podrá ser algo fría por fuera, pero tiene buen corazón, en fin... Creo que solo son ellos, y hablo con más personas, pero no los considero mis amigos, solo son como... Compañeros.

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P.O.V. Saihara.

A eso se refería... Creo que lo entiendo, supongo que puedes tener personas cercanas, pero algunas de ellas no se sienten como amigos. Realmente no estoy seguro de eso, no he tenido amigos ni personas cercanas, sobre todo por mi ansiedad social.

Me recosté en mi cama, mirando al techo, los pensamientos bizarros siempre andan en mi cabeza, son tantos de distintas cosas que ni siquiera sé qué pienso, y así es cada día, excepto que hoy Ouma me salvó otra vez, de un infierno. ¿Por qué haces esto? ¿Cómo lo haces? Saihara tomé unas pastillas para dormir que le habían recetado a mi madre pero que nunca usó, y de hecho, se había olvidado de la existencia de esas pastillas, así que las tomé, las necesito más, créeme. Me tapé con las cobijas, y como de costumbre, mi gato Haku se sube a los pies de mi cama para dormir conmigo.

¿Por qué sigo existiendo?

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