35 [Final]

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Estaba oscureciendo, aquella habitación del hospital le traía malos recuerdos a Dylan, de verdad no le agradaba la idea de volver ahí después de estar postrado en cama bastante tiempo, pero ahora el no era él paciente, miro a la joven Alfa, el se acercó a ella para acariciar su suave mejilla mientras soltaba un pequeño suspiro, no podía evitar pensar que aún en ese estado ella seguía viéndose hermosa, tomó la mano de esta y la sostuvo con delicadeza mientras dejaba un casto beso en ella, después la dejó en el mismo sitio y se levantó de su asiento.

-todavía sigues aquí, es tarde ya, deberías ir a descansar.-

Menciono la joven de cabello azabache mientras se acercaba a él.

-cat..., esta bien yo aun puedo. -

La menor negó con la cabeza y se acercó a la orilla de la cama donde se encontraba lulu, cómodo su cabello un poco y suspiro.

-a pasado dos años desde que ocurrió el accidente, no es sano que sigas así, debes de comer bien y descansar, ella no quer... -

-se que ella no querría verme así, pero no puedo descansar cuando no se cuando despertara.-

La Omega camino hasta el joven castaño y palmeo su hombro un poco mié tras sonreía levemente.

-me quedaré esta noche con ella, puedes descansar por ahora y mañana cambiamos de nuevo. -

Dylan sabía lo terca que podía ser Catherine con respecto a que descansara, así que asintió levemente y salió de la habitación para ir a descansar un poco.

Mucho había cambiado en esos dos años, la muerte de Alexandra era aún bastante impactante, y lo era más aún el coma en el que se encontraba Lucía, era un milagro que no muriera en aquella caída y se enteraron después que fue debido a que a escasos segundos de impactar contra el suelo la Omega cubrió la cabeza de la alfa con su cuerpo, la rubia murió en el instante que tocó el suelo y la Alfa sobrevivo y fue llevada de urgencia al mejor hospital de la ciudad, para salvarla tuvieron que inducir la al coma pero no despertó aun después de estar fuera de peligro.

Dylan no pudo separarse de ella en ningún momento los primeros meses, según Cat su aspecto parecía el de un zombie, entre todos lograron ayudarlo a empezar a cuidarse. Aleksei y Catherine comenzaron a salir juntos medio año después, sus sentimientos aún eran un misterio en parte pero decidieron no investigar en ese tema y disfrutar como una nueva familia con el pequeño Alexis.
El hijo de Charly y Nathan nació saludable poco después de eso, lo llamaron Luke y al año se casaron, ambos pusieron un pequeño negocio de comida al que le fue bien en poco tiempo.

Dylan entró un año después del accidente a la universidad, sabía que no podía quedarse de brazos cruzados mientras esperaba que la menor despertara, aunque con la universidad sus visitas eran menos frecuentes aveces, cuando podía se quedaba todo el tiempo libre al lado de su Alfa.

El sol salió por el horizonte indicando un nuevo día, Cat se fue en la mañana para ir a dejar al pequeño Alexis a la escuela, no sin antes dejar un beso en la frente de su amiga.
Poco después el castaño llegó a la habitación y dejó su mochila en la silla mientras colocaba todo los días un nuevo ramo de flores en el jarrón de la mesa al lado de Lucía.

-tengo solo una clase en la tarde así que puedo estar contigo toda la mañana, verdad que es genial?. -

Dijo con una sonrisa triste en su rostro y se acercó para dejar un beso en los labios de la joven, Charly entró a la habitación y le pasó un termo a su amigo junto a una caja de comida.

-Nat lo mando para ti, come y nos vemos en la noche, todos estarán esperándote. -

Dijo antes de despedirse y salir de la habitación, el castaño no tenía tanta hambre así que dejo la comida a un lado y abrió el termo y bebió un poco de aquel té que había traído su amigo, suspiro y miro hacia la ventana notando como el cielo oscurecía y como la lluvia empezaba a caer, la ventana estaba abierta así que dejó el termo en la mesita y se levantó para cerrar la ventana aunque, de pronto algo lo detuvo, miro su brazo y notó que una pálida mano había agarrado la manga de su suéter, lentamente llevó su mirada hacia la dueña que la mano y notó unos ojos, tan azules como el cielo despejado que lo miraban, eran justo como los recordaba solo que parecían cansados, el agarre también era leve, apenas podía sujetarlo y antes de que pudiera decir o hacer nada más escucho algo que hizo que las lágrimas del joven empezarán a rodar por sus mejillas mientras seguía sosprendido.

-¿E... Eres mi Omega?...

Eres mi Omega?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora