Retos de Mariana

Los 10 recuerdos que priorizo antes que borren los demás.

En el viaje a San Andrés cuando la abuela estaba tan contenta que, aunque estuviera sonando "Vamos pa la playa", ella a su son, empezó a cantar pasillos. (El video se perdió)

El día que a través de una llamada Oscar me dijo que lo sentía por todas sus equivocaciones y por eso después de 13 años de amistad, ahora estábamos alejados.

El domingo antes de viajar a casa el año pasado (Pereira), llegaste algo tomado la verdad, pero con una expresión de vergüenza por tu estado, pero igual llegaste por poder verme antes de irme.

El día que recibí la notificación de la beca para mi carrera profesional.

Cuando en Cuba, nos fuimos a las Playas de Santa María y nos sentamos durante horas sólo a mirar el mar, fue un momento que no había ni tiempo, ni celular, ni compañeros de universidad.

El abrazo que me di con "Inocencio" en medio de la plazoleta de la universidad, dónde me desarmó por completo y allí me percaté que lo nuestro no podría ser, pero que lo que sentíamos ambos era muy fuerte.

Cuando conocí a José Manuel, el hijo de una de mis hermanas de no sangre (como les digo), siempre le he dicho que yo seré su tía loca.

El cumpleaños de Lina (hermana de no sangre) en Santa Rosa. Todo fue preparado por su familia y fue una celebración sorpresa. 

Las reuniones familiares dónde estaba mi abue, mi mamá, mi tía, Oscar, Ángela, mis primos y la familia de José. Todo en torno a una comida, porque no había razón o celebración, sólo se llamaba a todos, el día anterior y así llegaban todos a casa. Nos pasábamos la tarde entre risas, cuentos y juegos.

Un año nuevo, si no me equivoco 2016, se reunió toda la familia antes de que viajara un primo y su esposa a Canadá. Duramos 3 días celebrando año nuevo, todos los días había comida por doquier, terminamos asando hasta el salmón (reíamos diciendo que traquetos), otro día a la 1 am se fueron a buscar pan porque jugando en la mesa, alguien se antojó de chocolate y luego, terminé dormida en el borde de una cama, con una pierna y un brazo colgando al aire, porque realmente estaba era sentada y me quedé dormida. Fue una navidad que aún hoy cuando llamé a mi tía para preguntarle la fecha, duramos cómo 20 minutos, riendo de las bobadas que hicimos.