Retos de Mariana

Me faltó decirte esto antes de que te fueras.

La verdad desde el sábado he estado algo pensativa.

Esto, como lo dijo alguna vez la profe, servirá hasta de terapia.

Me remonto a cuando tenía 8 años y ese lunes a la madrugada que salí de mi casa con mi abue, dejé a mi mamá, a mi papá y a mi hermano mayor.

Y hoy pensando en ello, la persona a quien tendría que decirle algo es a "Sebastián", porque aunque con mi madre me reuní un año después, con mi padre y con Sebas solo pude reunirme casi 5 años después, éramos diferentes y él ya casi un adulto.

Ya no éramos los niños que salían a caminar y a recorrer el terreno con los animales, ya no había esa complicidad para hacer las cosas o los deberes cuando nos mandaba mamá. El ya tenía casi otra familia en Anserma y ya no me veía como su compañera de aventura, cómo cuando salíamos a explorar y a descubrir nuevas tierras, que llegábamos de barro hasta la coronilla y nos tirábamos con ropa y todo al estanque para medio enjuagarnos (Nunca olvidaré cuando él perdió en el sembradío la alpargata recién comprada y llegó a casa con una sola. La otra por más que hurgamos en la tierra no la pudimos encontrar. Aún me pregunto si fue un duende).

Aunque fui yo quien tuvo que partir, ni siquiera un abrazo te pude dar, ni un te amo, te voy a extrañar hermano. Hasta en cierta parte, me sentí egoísta, porque nunca pensé en su dolor, sólo cuando ya viviendo juntos en Pereira, me lo hacía sentir con su rechazo y con su actitud déspota con la que me trataba.

Por eso, si pudiese devolver el tiempo, le diría a mi abuela que me esperara, me iría al cuarto conjunto al mío, te escribiría una nota y te dejaría a través de esta un abrazo, un te amo y te recordaría con ello que siempre aunque no estemos juntos, que serías mi hermano, que te esperaría para que jugáramos nuevamente o simplemente para que nos divirtiéramos al son de canciones o trovas que tanto te gustaban hacer.