El suicida

92 35 10
                                    

Había un hombre parado ahí en el techo del edificio y había mucha gente gritándole que no lo haga. Él no decía nada solo miraba. El sol golpeaba muy fuertemente, me estaba empezando a doler la cabeza, pero no pensaba irme. Sentía que podía ayudar. No sabía porque, pero eso era lo que sentía.

Eran las 11:12 no iba a llegar a comer. Le escribí a mi esposo:

-No voy a llegar, empiecen sin mí, diles a los niños que les mando un beso. Te amo.

Guarde el celular y me quede ahí parada como todos, mirando. La policía llegó y subió. Pasaron como 20 minutos y volvieron a bajar. El hombre seguía ahí.

Cuando bajaron se acercaron y me dijeron que los siga. Y eso hice. Entramos al edificio, estaba fresco y eso calmó un poco el mareo que me estaba dando.

-Él quiere que usted suba, dice que es la única que puede ayudarlo.

- ¿Por qué?

-No lo sé, no nos quiso decir, si no quiere no está obligada a ir.

Asentí con la cabeza.

-Voy a ir.

-Está bien, son las 11:46, tiene 15 minutos.

Subí lo más rápido que pude, el ascensor no funcionaba así que tuve que subir 15 pisos a pie. Eso me tomo bastante tiempo. Cuando lo vi toda la seguridad que tenía se fue en un instante. Era un niño, no debía tener más de 16 años. Me acerque lentamente, no me detuvo. Pare a dos pasos de él.

Me regreso a ver y luego sonrió.

-Viniste.

- ¿Por qué haces esto?

-No eh echo nada.

-No hagas lo que vas a hacer.

- ¿Y quién dijo que lo iba a hacer?

Sentí un gran alivio, pero por alguna razón algo en mí me decía que no le crea. Extendí mis manos para que las coja.

-Ven.

-No, acércate quiero mostrarte algo.

Eso hice.

-Mira, la vista aquí es increíble, suelo venir seguido, aquí todo es tan calmado, aquí puedo ser yo mismo. Pero me siento solo, invisible. Hoy quería ser visto.

Se quedó un rato mirando frente a él sin moverse. Me regreso a ver y me dio una leve sonrisa.

-Mira has como yo, cierra los ojos y respira.

Cerré los ojos y tomé tanto aire como pude. Ese aire frío y puro me lleno de calma.

Y de repente sentí que me empujaban. Y que caía, mi celular se salió de mi bolso. Me llego un mensaje y la pantalla se prendió.

En ese instante la hora pasó de 11:59 a 12:00.

-Qué pasó?

-Asesinato.

-Quien?

-Eso no es relevante.

-Por qué?

-Aburrimiento.

Después de las 12 (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora