El tiempo pasó y 2 años pasaron rápido, yo me encontraba, en la ciudad de Nueva York, viviendo con mi amiga Keith en un pequeño departamento, debo admitir que al principio fue todo un reto, pues ganar mi propio dinero no era muy fácil, mi madre me escribía diciendo como la empresa se había levantado en su totalidad y eso me alegraba por ella, pero yo ya no quería saber nada de esa vida, me mandaba dinero cada mes, pero nunca tomé un centavo de el, me gustaba ganarme la vida por mi misma, así que keith y yo luchábamos día a día para ganar nuestro sustento, en estos dos años mi vida era la música y las dos éramos buenas en eso, llegamos a ser profesionales, en el día trabajábamos siendo instructoras de baile y de noche nos pasábamos de fiesta en fiesta, ya se, suena patético pero éramos jóvenes apenas con 20 años queríamos "aprovechar" nuestra juventud...—Astrid! Astrid levántate se nos hizo tarde— Llamaba keith tocando la puerta de mi habitación
—Hoy no quiero ir a trabajar— Susurré
—Ok eso se lo dices a las cuentas de cada mes, levántate— Gritó de nuevo
Con mucha pereza me levanté, vi la hora y comencé a agilizarme al ver que realmente llegaríamos tarde al trabajo, en estos momentos me arrepentía al llegar a las 3 de la mañana por estar de fiesta, maldito Gregor que no me dejaba salir! Maldije mentalmente
Baje a la cocina ya lista para tomar un café bien cargado, ya que hoy lo necesitaría, Keith terminaba de preparar emparedados y me dio el mío yo ya dando un buen mordisco
—Como te va con la cruda?— Comentó Keith con un tono burlón
—Ni me recuerdes, Gregor me las va a pagar— Dije ya subiéndonos al transporte
—Sabes que él desea una cosa, y quiere aprovechar cualquier oportunidad que se le presente para que se lo des—
—Que ni lo sueñe—
—Hoy cumplen un año de relación es normal que esté desesperado—
—Mierda! Es hoy? Se me olvidaba—
—Realmente estas enamorada amiga— Rió burlándose de mí
Llegamos al trabajo y pronto se me quitó el estrés bailando, la música me relajaba, era lo que más amaba hacer y esa satisfacción no la quería perder
Terminando del trabajo mire mi celular cientos de mensajes tenía de Gregor y eso me comenzaba a fastidiar un poco, él era conocido de Keith y fue quien nos ayudo a encontrar departamento cuando llegamos, al principio era muy atento y después me dio a conocer sus intenciones conmigo, yo no estaba preparada ya que mi primera relación no fue algo que me gustase mucho ya que nunca mire a mi ex prometido, aún así él persistió y después de un tiempo le dije que sí y hoy era nuestro primer aniversario cosa que en vez de ponerme contenta me encontraba frustrada, volvió a sonar el celular esta vez contesté
—Hola Gregor—
—Hola nena que pensaste de lo que te dije ayer? Pasaré por ti a las 8–
Recordé la noche anterior baile y tomé sin parar, ha! si y Gregor me invitó para celebrar nuestro primer aniversario de relación
—A donde iremos Greg?—
—A un restaurante y después tengo una sorpresa para ti— Contesto emocionado
—Mm muy bien te espero a esa hora entonces— Dije sin ganas y resignada
Llegamos a nuestro departamento y yo me sentía cansada, me acosté en el sofá mientras Keith revisaba el correo y yo prendía el televisor
—Pagos, pagos y más pagos, ha mira Astrid una carta para ti— Dijo Keith dándome la carta
Era de mi madre, en ella me decía que era urgente que viajara a Inglaterra, necesitaba comunicarme algo muy urgente y que por medio de esta carta no lo podía hacer, me quedé pensando por un momento, me tenía que alarmar? Que era eso que mi madre no podía decirme por carta, que tan urgente era si la empresa estaba muy bien? Y de repente se vino algo a mi mente que volcó mi estomago con una sensación agradable, el apellido Grimaldi, tenían que ver ellos por lo que mi madre reclamaba mi presencia? Re sople y tomé un cojín del sofá y lo puse en mi cara, tratando de no pensar en esa idea
—Te sucede algo Astrid?—Preguntó Keith inspeccionándome
Ella era mi mejor amiga y por supuesto que sabía toda mi historia, pero por el momento no estaba en condiciones de contarle la urgencia de la carta, mi mente solo daba vueltas y siempre aparecía un nombre "Jared Grimaldi"
—Nada, tengo que arreglarme Greg pasará por mi para ir a cenar—Conteste sin emoción
—No irás conmigo a la fiesta de Daniel?—
—Gregor no me dejará en paz si no voy a esa cena—
—Bueno no me esperes despierta— Dijo Keith guiñendo uno de sus enormes ojos
Nos arreglamos, ella con una crop top y una mini falda para ir a su fiesta y yo unos jeans, blusa de tirante y una chaqueta para ir a cenar con Greg, quien ya me esperaba para salir
—Te ves hermosa, nena—Dijo Greg dando un pequeño beso en mis labios
—Lamentó interrumpir pero se nos hará tarde— Dijo Keith saliendo de su habitación a lo cual Greg rodó los ojos
Subimos al carro de Gregor y subí la música alocada que estaba sonando, Keith y yo nos movíamos al ritmo de la canción mientras Greg conducía, al llegar a la dirección de la casa de Daniel Keith bajo y se despidió de nosotros, mientras Greg arrancaba para irnos al restaurante
Llegamos a un restaurante elegante, parecía que Gregor quería lucirse esta noche, lo peor era que a mi no me sorprendía este tipo de lugares, cenamos mientras Gregor me comentaba algo sobre lo maravilloso que fue conocernos, mientras en mi mente solo estaba un nombre y la carta de mi madre
—Nena, te pasa algo? Te ves distraída— Dijo Gregor sacándome de mis pensamientos
—Nada— Dije terminando mi postre
—Bien pues vamos necesito darte tu sorpresa— Dijo levantándose de su asiento
—A donde vamos?— Dije algo extrañará ya que él no solía darme sorpresas ya que siempre nos veíamos para andar en fiestas
—Ya lo verás— Dijo ayudándome a salir del restaurante
Subimos a su auto y hizo un recorrido de varias calles, al llegar a su destino, me tensé al ver el lugar al que me había llevado
—Que hacemos aquí?— Dije algo molesta
—Aún no digas nada nena—Dijo mientras una camarera le daba unas llaves
Subimos los escalones y llegamos a la habitación, abrió la puerta y en ella se encontraba una romántica decoración, no puedo negar que estaba lindo, rosas rojas por toda la habitación pétalos de las mismas tirados en la alfombra, y en la cama formaban un corazón, nadie nunca había tenido un gesto como este conmigo, pero me di cuenta que me conocía poco, para sorprenderme tenían que ser las orquídeas no las rosas, además me sentía ofendida, no estaba preparada para pensar en eso ni para estar con él...
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"UNA PROMESA DE AMOR"
RomancePRÓLOGO Crecí siendo una niña mimada, criada en la alta sociedad, escogida a los 15 años para ser la prometida de un joven caballero cual familia era poderosa influyente y abundaba en riqueza, mi compromiso con él fue a distancia, incluso no lo co...