Estaba cansada, el día había sido agotador, ser la nueva no es la mayor diversión que digamos, aunque no fue mal del todo. Me dispongo a salir ya de clases, a lo que gritaba internamente: "¡Ya era hora!" y a paso aligerado me dirigía hacia la puerta, estaba practicamente vacío ¿Por qué? Pues porque me perdí y nadie se digno a ayudarme. Bueno, al menos ya veo la puerta y con ello la luz de la libertad.
Escucho risas, ¿todavía queda alguien? Leo un cartel en una puerta medio abierta de donde provienen las risas: "Aula de música" Mmm no sabía que hubiera una. No quería ser entrometida pero tenía curiosidad de ver quiénes eran, aunque soy nueva, no conozco a nadie. Disimuladamente sin que se enteren miro. Veo a dos chicos, no, espera, tres, uno con una guitarra, mi inglés no es tan bueno como pensaba, o eso, o estos australianos tienen un fuerte acento. Un chico era rubio con el pelo hacia un lado, he de decir que era bastante guapo, otro tenía pintas asiáticas, de ojos rasgados, pelo oscuro y piel morena, el último era de pelo castaño claro tirando a rubio con un gran mechón en su cara.
Veo como ruedan las silla y se levantan, me voy lentamente antes de que vean, entonces escucho como abren la puerta y giro mi cabeza disimuladamente, que de disimulado no tiene nada porque parezco la niña del exorcista. Van hablando y no se dan cuenta hasta que el chico del mechón me mira. Me doy la vuelta rápidamente y camino lo más veloz posible. ¿Que cara habrá puesto ante mi reacción? Ya no importa, parecían de un curso mayor y seguro que no los volveré a ver.
