- ⋅One-shot's [ Iida Tenya ]

" Escenario I "

[EDITADO ✔]

-Como reaccionaría Iida:
si le pides matrimonio.

Tenía todo listo, pero estaba dando vueltas por la sala de su hogar en busca de algún pequeño detalle que se le escapara, pero en realidad caminaba en círculos para tratar de bajar sus nervios.

-¿Cual es la forma correcta de pedirlo?- se preguntó a si misma mientras frotaba su cabello.

Ahora mismo se maldecía por no haber preparado un discurso tiempo antes.

-Tenya..llevamos casi dos años juntos, me gustaría pasar a una nueva etapa contigo. - No, demasiado formal, parecería que lo había estudiado de memoria y no era algo que ella diría.

-Cariño mío, estuve pensando en dar un gran salto contigo, casarnos y tener un hijo.. o dos.. o tres. -No, suena muy desesperado ¿y que era eso de "dar un gran salto"? Suena apresurado.

-Tenya, eres el hombre de mi vida, mi corazón de chocolate, eres los terrones de azúcar en mi café amargo, eres la luz de mis días, mi razón para sonreír..- NO. SIMPLEMENTE NO.

Pasandose las manos por el cabello sacudiendo éste salvajemente, estaba muy frustrada, no sabía como se suponía que debías hacerlo. ¿En qué momento se le había ocurrido pedirle matrimonio? Ah si, en el momento en el que viendo videos de personas pidiéndole matrimonio a su pareja, lo emotivo y las veces que había llorando planeando que esa iba a ser su felicidad también. Solo se imaginaba a sí misma con Tenya el resto de sus días.

Alarmandose de repente, escuchando la puerta principal abrirse y cerrarse seguido por varios pasos, sin dudarlo se acercó rápidamente con una sonrisa viendo como el peliazul se quitaba los zapatos con total calma.

-¡Bienvenido cariño!

Éste la miro con una sonrisa y una vez tuvo sus pantuflas puestas se acercó dándote un suave beso como era ya costumbre, prosiguió en tomar tu mano y caminar hasta el comedor donde ya estaba la comida preparada y servida en la mesa, aparte de las sutiles velas románticas que había puesto y la música suave.

-Pensé que esperarías, quedamos en hacer la receta nueva que vimos en el libro..- dijo con una sonrisa sentándose y viendo la comida aparte de cerrar los ojos ante el delicioso aroma que tenía. Volvió a verla - ¿Planeaste una cena romántica?

-Se podría decir que si.. -Sonrió con nervios- aparte, me gustaría que hablemos de algo.

Mirandola fijamente en cuanto dijo aquello, se podía ver el miedo que recorría todo su ser ¿se querías separar?¿que había hecho mal?

-Tu..quieres- le costaba modular palabra mientras empezaba a sentirse bastante nervioso.

-¿Eh?-  mirandolo una vez le indico que se sentará y le había pasado un par de palillos, entendió- ¡No cariño! No creas mal.

Inmediatamente el peliazul suspiro colocando una mano en su pecho, tomando los palillos comenzando a comer en cuanto ambos estaban sentados.

-¿Entonces que es?- preguntó acomodando sus lentes mientras comía y veía que ella aún no había tocado tu plato.

-Es algo que nos va a dar mucha más unión.- habló con bastantes nervios.

Iida dejo de masticar comenzando a hacer memoria en su cabeza, ¿habían utilizado protección? Levantándose lentamente tomando la mano de la joven, dejó los palillos tragando pesadamente con los ojos abiertos ante la sorpresa, la tomó por los brazos haciendo que se levantara de su silla, abrazándola fuertemente mientras sonreía con felicidad.

-Prometo protegerte a ti y al pequeño o pequeña.

-Iida no estoy embarazada.- cortó inmediatamente la alegría del hombre frente a ella.

Se separó algo confundido y mirándola tomó su mejilla, ya se había quedado sin ideas del qué era, siendo que no tenía ni una sola pista, se daba por vencido.

-No comprendo.

Tomando sus manos moviéndose un poco de lado para así tener más espacio, se agachó, arrodilladote frente a el sin soltar sus manos, lo vio sonriente.

-[T/N], aquí no.-dijo con el semblante serio al verla en dicha posición.

-¡NO ES ESO!

Soltando su mano derecha tomó la pequeña caja en tu bolsillo trasero, la abrió dejando ver un anillo de oro rosado frente a el, sonrente mirando la cara roja de tu pareja a la vez que su boca se abría y sus ojos parecían estar a punto de salir de su cabeza. Aclaró su garganta.

-¿Quieres casarte conmigo?

Agachandose lentamente frente a ella impresionado, comenzando a reír por los nervios, no tenía muy en claro cuantos sentimientos se acumularon en su pecho, pero estaba completamente feliz.

-Me tomaste por sorpresa, claro que quiero, aunque también me hubiera gustado pedirtelo.

Sacando el anillo de la caja para así colocarlo en el dedo anular del peliazul, se acercó casi tirandose sobre él besando sus labios con felicidad.

Un peso se había quitado de sus hombros, sabiendo que la propuesta quizás fue algo muy simple, estaba segura que iba a planear la más grande boda que pudiera.