- ⋅One-shot's [ Iida Tenya ]

" Escenario IV "

Tema: ropa ""prestaba""

Nota; También pueden pedir escenarios, estoy trabajando en muchos pedidos a la vez y una que otra cosa que tenía ganas de escribir.

-¡Tengo la lista en mi mano!

-¡No es cierto!

Arrebatando el cuaderno de la mano del peliazul, miró la hoja con atención y contando un par de prendas, blanqueo los ojos y negó reiteradas veces.

-¡No tengo todo esto!

-¡Por supuesto que si! - Iida acomodó sus lentes y movió su mano rígidamente.- ¡Debes devolverme toda la ropa que estuviste llevándote!

-¡No me llevé nada!

Cruzándose de brazos ante las acusaciones del peliazul. Iida había entrado a la habitación de su pareja como regularmente lo hacía, con la excusa de buscar pasar un tiempo con ella, terminó siendo una trampa para reclamarle a su novia que devolviera su ropa. Cruzándose de brazos mientras veía a la fémina con el semblante serio, simplemente suspiró.

-¿Porqué me acusas de robar tu ropa?

-Tienes mi camiseta puesta ahora mismo.

Viéndose a si misma con una camiseta celeste que llegaba hasta sus muslos. Mordiéndose el labio ya que evidentemente él tenía razón, puso las manos en su cintura y lo vió ofendida.

-¡Tu mismo me diste esta camiseta!

-Si, para que pudieras cambiar tu ropa húmeda después de la lluvia hace.. -con su dedo buscó en la lista. -.. tres meses.

-Iba a dártela..

Viéndolo con mala cara, caminó a su armario, abriendo ambas puertas estaba a punto de sacar una camiseta para ella hasta que el peliazul la interrumpió parándose a su lado.

-¡Lo sabía!

Haciéndola a un lado, empezó a rebuscar entre su ropa como si nada.

-¡¿Pero que haces?!

Iida en su mano izquierda empezó a sacar prendas de colores claros,  camisetas de muchos tonos de azul, varias sudaderas que tenían el logotipo de la empresa familiar de Tenya y pantalones cortos deportivos que eran notablemente más grandes que ella.

Doblando las prendas ordenadamente sobre la cama, tomó su lista y con un lápiz empezó a tachar cada prenda que encontraba. La joven se mantuvo quieta, viendo que eran fácilmente 10 prendas entre todo, no sabía en qué momento logró acumular tanta ropa de su pareja. Ni siquiera recuerda cómo terminó ahí.

-Junto a la camiseta que tienes ahora, serían; cinco camisetas, cuatro sudaderas y tres pantalones. -la vió con seriedad- Tienes 12 cosas que no te pertenecen.

-Hablas como si fuera el fin del mundo ¿Acaso no tienes toda esa ropa en tú habitación?

-Si, pero soy consciente cuando algo falta [t/n].

Caminando hasta el peliazul mientras miraba la ropa que, sí, evidentemente era de él. Lo vio y hizo un leve puchero.

-Iida.. déjame que me quede con un par.

-¿Porqué quieres mi ropa? También tienes demasiadas prendas, que por cierto.. -volteó a ver el armario revuelto- deberías acomodar mejor.

-Me gusta tu ropa. -haciendo que soltara la libreta y el lápiz, dejándolo sobre la cama, lo abrazó envolviendo sus brazos a su pecho.

Cerrando sus ojos para poder inhalar su escencia, el perfume del suavizante de su ropa junto a la relajante colonia que solía usar. Era la más pura droga.

-Huelen a tí. Por eso me gustan.

Levantando la mirada para encontrar el rojo rostro del peliazul, su labio tartamudeaba de la vergüenza ante tal confesión.  Eso o que lo había dicho con tanta naturalidad. Acariciando la espalda de ella y manteniendola pegada a él, no iba a poder devolver semejante cumplido sin enredarse con sus propias palabras, así que, aclaró su garganta y re- acomodó sus lentes mirándola.

-Podría permitir que te quedes con dos camisetas entonces.

-¿Que tal cuatro?¿y quizás una sudadera también?

-No.

-Igualmente buscaré la manera robarte otra vez.