Su vida había ido en picada desde aquel día. Después de la ceremonia lo habían llevado con la anciana y con algunos Omegas del pueblo junto con Astrid, ambos aprenderían las típicas cosas que un Omega debería de aprender desde saber a cazar y pescar para poder llevar la comida suficiente a su hogar, coser, cocinar, limpiar, pero por sobre todo le enseñaron los diferentes tipos de cortejos que podía tener un Alfa y también el saber cuándo un Alfa era el indicado para él.
Desde el inicio de las lecciones supo que Astrid se propondría en destacar en cada una, ya que sería la única cosa para poder demostrarle a Hiccup que era la Omega adecuada. Y eso lo sabía más que bien, en cada práctica se esmeraba y más aún cuando por azares del destino Hiccup iba a recogerle para llevarlo al hogar de ambos.
Otra cosa que tenía casi por asegurado era el hecho de que en realidad no lo veía como un posible rival en su amorío, eso de cierta manera lograba hacer que su Omega interior bajará las orejas decepcionado; si eso pensaba Astrid eso quería decir que… ¿Hiccup nunca lo tomaría en cuenta?
¿No era un buen Omega? ¿Acaso sus feromonas eran el problema? ¿Algún día lograría hacer que su Omega interior sacara a Hiccup como posible Alfa? Preguntas de ese tipo pasaban por su mente en las frías noches cuando se encontraba en su cama, no podía evitar sentirse triste, ya que era lo demasiado conciente para saber que Hiccup no dejaría a Astrid y menos por alguien como él.
No era nadie para arruinar la relación que empezaban a tener Hiccup y Astrid. Por ello decidió alejarse un poco más de él, dedicaba su tiempo a estar junto con los “defensores” de Berk más en específico con Brutacio, Brutilda, Patapez y por más que no le gustará con Patán.
La mayor parte de sus tardes eran para pasarla en una aventura junto con sus amigos, buscando nuevas tierras, nuevos dragones y aunque no lo quisieran tomándose con diferentes enemigos que más temprano que tarde derrotaron. Por las mañanas junto con Astrid se dirigían a tomar sus nuevas lecciones, para ser Omegas “perfectos”
A la edad de los dieciocho años la mayoría de los chicos de su generación estaban preparados mentalmente para ser los adultos que necesitaba Berk, ya no serían los mismos mocosos de quince años que se dejaban llevar por sus sentimientos… o cuando menos así pensaba _______________, aunque rápidamente negaba esa idea en su mente al notar como es que sus amigos de hacía tres años seguían siendo ellos mismos a pesar del tiempo.
Aunque todo su ritmo cambiará faltaba lo más importante, su celo, aquel momento de su vida en donde su propio instinto dominaría su cuerpo para atraer a algún Alfa. No podía evitar sentirse nervioso durante días antes y casi no siente las piernas el día en que ocurriría.
Aún lo recordaba, ese día no hacía el típico frío al que estaba acostumbrado desde que era un pequeño cachorro y se dirigió a la casa de la anciana. No sé sorprendió al notar la presencia de Astrid, quien por sus feromonas olor a mar se encontraba nerviosa. En aquel pequeño hogar, les bañaron y les perfumaron con algunas flores, dejaron sus cabellos lisos sin ningún tipo de trenzado y les colocaron la típica vestimenta que habían ocupado el día de su presentación una, su túnica blanca con los bordes dorados con la única excepción de que está se encontraba un poco más ajustada y que el cuello sería hombros caídos, que dejaba ver sus clavículas y el lugar donde iría la marca para poder demostrar que se encontraban sin ningún Alfa y por último les colocaron unas sandalias de color café.
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Love of my life.『ʜɪᴄᴄᴜᴘ ʜᴀᴅᴅᴏᴄᴋ x ᴍᴀʟᴇ! ʀᴇᴀᴅᴇʀ/ᴛú.』
Fanfiction𝐇𝐨𝐰 𝐭𝐨 𝐓𝐫𝐚𝐢𝐧 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧| 𝐅𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜 ❝ᴘᴏʀϙᴜᴇ ʜɪᴄᴄᴜᴘ ʜᴀᴅᴅᴏᴄᴋ sɪᴇɴᴛᴇ ᴍás ϙᴜᴇ sɪᴍᴘʟᴇ ᴀᴍɪsᴛᴀᴅ ᴘᴏʀ sᴜ ᴀᴍɪɢᴏ ᴅᴇ ʟᴀ ɪɴғᴀɴᴄɪᴀ _________________ ᴀʙᴇʟs.❞ 『ʜɪᴄᴄᴜᴘ ʜᴀᴅᴅᴏᴄᴋ x ᴍᴀʟᴇ! ʀᴇᴀᴅᴇʀ/ᴛú.』 ❐; ⁿᵒ ᶜᵒᵖⁱᵃˢ ⁿⁱ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿᵉˢ.