Yin-Yang

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Llegó a ese departamento donde desde antes de entrar la música suena a todo volumen, la noche pinta para que sea increíble..

Yo voy tomada del brazo de quién es mi pareja y cuándo finalmente entramos, algunos de los invitados nos saludan conforme avanzamos por el lugar.

Cuándo llegamos al final del pasillo, ese donde está la mesa destinada con bebidas, comidas, entre otras cosas..

Ahí donde están reunidas nuestras amistades más cercanas, incluido él con su cara sería como siempre sin expresión alguna, viéndose enigmático, vestido de forma rebelde, su cabello cayendo cuál cascada dándole ese aire seductor y atrayente, acompañado de ese brillo en sus lindos ojos negros observado todo..

—Hey Sasuke ¿Y ese milagro qué aceptaste venir?

Altanero como siempre, tras observarnos sonríe de lado, atrayendo algunas miradas femeninas..

—Pues ya lo ves amigo, como dicen nunca se sabe que pueda pasar en una fiesta ¿No lo crees Naruto?

—Ya lo creo amigo..

Naruto lo abraza como aquel amigo de adolescencia y al ver esa escena, es donde me siento la peor de las mujeres y novia..

Mi nombre es Hinata Hyuga tengo veintidós años y mi meta en la vida es trabajar en el hospital de Konoha, el mejor centro hospitalario de Japón y ser una excelente dentista..

Si tal vez una profesión tonta para muchos o eso es lo que mi padre siempre me dijo, ya que él quería que yo fuera una gran abogada o incluso iniciara una carrera en la política, que fuera algo grande en la vida..

Pero no fue así, decidí salir de la comodidad que me brindaba la casa de Hiashi Hyuga.

Me mude a un pequeño departamento en el centro de la capital de Japón, para así demostrarle a mi padre que incluso una dentista como yo, puede llegar hacer grandes cosas en la vida, sin las influencias de la gente poderosa.

Mi carrera es mi vida, yo había ganado una beca en una de las mejores universidades de Japón y al terminar haré mi especialidad en el hospital Konoha.

Naruto y yo nos habíamos conocido hace un año atrás. Me había confesado a los meses de conocernos con una pequeña caja de chocolates en forma de corazón y delante de todos los demás alumnos de la institución, él había aceptado gustoso mis sentimientos, iniciamos nuestra relación amorosa, misma que compartimos unos meses de estudios juntos.

Él te aburre nena, lo sabes muy bien.

Sacudo mi cabeza, esas palabras y su mirada lujuriosa no salen de mi mente y cuando nuestras miradas se cruzan..

Días atrás.

Observaba el techo de mi cuarto, al escuchar el fuerte sonido de los claxon de automóviles a través de mi ventana, ni siquiera me incomodan..

Había sido una total locura, lo sé bien, pero entonces ¿Por qué no dejo de pensar en él?

Soy una tonta, demasiado diría yo, además su imagen