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Sí que estaba molesto, quería golpear a todos, de verdad no podía creer al punto en que llegaban sus fastidiosas vecinas.

Atrajo más a su pecho a su chico, llenándole la coronilla con suaves besos mientras escuchaba las maldiciones que Jimin soltaba, enpuñando cada vez más la camisa de Yoongi entre sus manos.

Sí... Yoongi y Jimin vivían de lujos innecesarios y quizás presumían un poquito sus lujos a los vecinos, pero eso no les daba el derecho a ellos de burlarse frente a Jimin cuando varias de sus pertenencias fueron retiradas de su apartamento.

Hace dos horas habían llegado a quitarles las cosas de su terraza, como su parrillas para las brochetas de cordero de Yoongi, su mesa y sillas costosas y sus bocinas, donde ponían el karaoke, rapeando y cantando juntos, despertando a los demas e incluso les quitaron las plantas y flores que mantenían a la vista de todos, esas flores que Jimin tanto amaba y cuidaba.

Todo estaba siendo embargado, ya no podían pagar la luz, agua ni mucho menos el apartamento, por eso, todas sus pertenencias estaban siendo quitadas, desde su pantalla plasma de 70 pulgadas, hasta sus pequeñas flores.

- Mis orquídeas se fueron, todo se ve tan horrible y vacío, hyung.

- Lo sé, bebé.

Eso y más iniciaria a desaparecer, porque las otras pertenencias que no fueron embargadas, tendrían que ser vendidas por ellos mismos.

- Ellas se reían de mí. Cuando me vieron correr detrás de mis lindas orquídeas...

- Era obvio que lo haría, siempre te han tenido envidia.

- Nunca debimos presumirles nuestras cosas... esto nos deja una enseñanza. Nunca se sabe cuando se estará en la situación de la otra persona y...

Después de eso, Yoongi dejó de escuchar a Jimin, él no había aprendido absolutamente nada de esa experiencia y lo demostraría de una forma un tanto... peculiar.

(...)

La noche había llegado, Jimin ya estaba durmiendo profundamente, aferrándose fuertemente al torso de Yoongi; sin embargo, el mayor no podía conciliar el sueño desde hace dos horas, a pesar de la linda y placentera sesión de besos que habían compartido antes de acostarse. Lo cual era algo raro, siempre era él el que se dormía primero.

El mayor vuelve a acariciar los mechones de cabello de Jimin, observandole su cara bronceada con tranquilidad y con una sonrisa en su rostro.

- Aun así, te ves precioso - le dice en un susurro, sin importarle el color tan bronceado de su rostro y los suspiros fuertes que salen de su linda boquita - haré algo por ti.

Con delicadeza sale de la cama, reemplazando su cuerpo por una almohada, metiéndola entre los brazos de Jimin.

Se pone un suéter con capucha y un cubrebocas y sale disparado del apartamento, no sin antes ir a la cocina y tomar un cuchillo de ahí y una bolsa negra.

Sube al ascensor del edificio y toca el botón del primer piso, bajando con lentitud y con una actitud de molestia latente en su cuerpo.

Cuando ya estaba abajo, salió casi corriendo del edificio y dirigiéndose de inmediato al jardin principal del edificio.

Con furia, entierra el cuchillo en la tierra del jardín, desenterrando y arrancando las bellas flores que yacian ahí.

Las deja a un lado suyo mientras sigue con su trabajo, tomando las flores más lindas. Las mete en la bolsa con rapidez y entra de nuevo al edificio.

Pero claro... Eso no se quedaría ahí.

Vuelve a su departamento, dirigiéndose sin mirar para otros lados a la terraza de su apartamento, deja la bolsa llena de flores en el suelo y por mera estúpidez, se sube a la baranda del balcón, observando con tentación el balcón de su vecina que estaba justo a la par del suyo, solo separándolos un metro de distancia.

Estaba decidido a hacerlo, saltaría al balcón vecino y se robaría las macetas y flores del lugar, importandole poco las consecuencias; además de que su apartamento estaba en un piso alto, pudiendo caerse y matarse.

Pero eso no era lo importante ahora... segun él.

(...)

Jimin se remueve en su cama, restriega uno de sus ojos y gira sobre ésta sin abrir los ojos. Sube su pierna a la cadera de su novio y restriega su rostro en el pecho contrario; sin embargo, un olor desagradable y fuerte le obliga a abrir sus ojos.

Se reincorpora en la cama y mira a su novio, sorprendiéndose al verlo, lleva sus manos a su boquita y casi grita, pero decide no hacerlo porque Yoongi verdaderamente se ve cansado.

Se levanta y se dirige al baño del cuarto aún sorprendido. Se observa en el espejo y ríe al ver también su cara llena de tierra, olvidando por primera vez en días el color bronceado de su piel .

- ¿Qué has hecho Min Yoongi? - se pregunta, riendo.

Tendría que bañarse, eso estaba seguro. Se quita su camisa de pijama y se da la vuelta, dándole la espalda al espejo, cuando estaba apunto de retirarse el pantalocillo corto, observa una mancha en su trasero. Estira su cuello y dirige su mirada al espejo sin girar,  observando una mancha café con la forma de la mano de Yoongi justo en su nalga derecha .

Jimin ríe avergonzado al pensar como es que llegó esa mancha hasta ahí. Termina de quitarse la ropa y entra a la ducha, bañándose con una sonrisa boba en sus labios.

Al salir, de su ducha se pone una camiseta desmangada y unos pantalocillos y se dirige de nuevo a la cama donde su novio aún duerme. Se sienta en el borde de su cama y acaricia con sutileza el cabello de Yoongi.

- Yoon... Despierta.

- Cariño... Ve a la terraza. - balbucea un poco dormido.

Confundido, Jimin le hace caso. Camina hasta la terraza y abre la puerta de vidrio, sin creer lo que sus ojos ven.

La terraza estaba llena de macetas con flores de distintas especies, en el suelo había un montón de tierra regada y las flores estaban casi marchitas porque estaban mal plantadas,  pero eso no le importaba a Jimin.

El esfuerzo que Yoongi tuvo que hacer para llenar la terraza de flores era lo que más le importaba, ya que por el estado en que se encontraba Yoongi, se enteró de lo mucho que le costó hacer ese detalle para él.

Cuando gira sobre sus talones para ir a buscar a su novio, se encuentran con él, viéndolo y admirandolo con todo su cuerpo cubierto de tierra. A Jimin no le importó eso y lo abraza, llenándolo de besos y de palabras llenas de agradecimiento.

Y es que habían aprendido una lección, no todos los regalos caros y lujosos son los más importantes.











Asi es la terraza del apartamento de Jimin y Yoongi.

Asi es la terraza del apartamento de Jimin y Yoongi

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Espero que les haya gustado este capítulo. Siento que está algo flojo, pero ahí está xd

Gracias por leer. No se olviden de comentar que me hace muy feliz.

Bye~❤️

Picale ahí
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• A love full of robberies.| Yoonmin (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora