P.V Samu
- Venga Cristian, por tu bro, me debes muchas - Le sigo insistiendo mientras andamos por el recreo.
Estaba cansado de los entrenamientos de baloncesto, pero no porque ya no me gustaraa el deporte, era por ellos.
Dani y Eric estaban todo el rato riendo y mirándome mal, que asco de pareja o no se que putas tienen, pero que se mataran ya follando y me dejasen en paz.
Y luego Héctor y Andrés, que como decíamos antes, tal cual eran el perro y el gato, Héctor el que ideaba todo como gato astuto y Andrés el que le seguía como perro lame culos.
Me sorprendía que pudiese haber estado tanto tiempo soportando a esos idiotas sin dinero.
Pero ahora tenía novia y nuevos amigos, mi vida era perfecta.
Así que como quería seguir haciendo deporte para no abandonar mi buena forma pero la compañía ya no me agradaba, me llevaría a la mejor compañía, mi nuevo mejor amigo Cristian, al que había conocido como a todos, trabajando en los hoteles de mi madre que hay repartidos por el mundo.
- Lo se hermano, ¿pero baloncesto? No he jugado en mi vida - se sigue negando, vemos a un niño con unos pantalones llamativos de muchos colores y ambos pensamos igual porque nos reímos de él.
- ¿Qué eres un payaso? - Comento y el niño sale corriendo, Cristian y yo soltamos una carcajada porque se ha tropezado cayendo al suelo - Bueno lo que estabamos hablando, que tío el baloncesto mola, mira los jugadores de la NBA todo lo que ganan - le sigo convenciendo, sacando el dinero en el tema sería más fácil, a ambos nos gustaba - Y así mantenemos la tableta y las chicas no nos dejan, ¿o quieres ser un gordo como Salva? - alzo una ceja mencionado a un niño de la otra clase y él rie negando con la cabeza.
- Veeeenga, por ti solo eh, bueno y por mi chica y el dinero que ganaremos - Me guiña un ojo.
- Así se habla, hermano - Digo sonriente y dándole dos palmadas en la espalda.
Mi madre nos lleva a Cristian y a mí al entrenamiento por la tarde, le enseño todo el pabellón y nos dirigimos al entrenador para decirle que se quería apuntar.
Él se alegró y nos dijo que probara hoy y ya se apuntaría cuando terminase el entrenamiento si le gustaba.
Nos sentamos a esperar a los demás,
y veo como un enano y una bestia musculosa llegan cogidos de la mano, es decir, Dani y Eric- ¿Hostia ese es tu ex? - Pregunta Cristian, yo asiento y le mira con cara de asco - No se como te podía poner, parece un niño de primaria - Dice y yo suelto una carcajada.
- Supongo que solo quería experimentar, ya sabes, la típica fase de la adolescencia - Me encojo de hombros y sigo mirando a Dani de arriba a abajo, se le veía tan feliz con el puto Eric... Ojalá ahora el rubio le destrozase el corazón como me hizo él a mí, para que supiera lo que es creer que una relación lo es todo y al día siguiente no es nada.
Pero gracias a eso ahora estaba con mi chica, así que en cierta manera estaba agradecido, pero él no se merecía ser feliz, iba de niño bueno
y en el fondo era un monstruo.Nos levantamos y nos dirigimos al entrenador que ya estaba explicando el deporte de hoy, nos dividió en cuatro grupos, uno en cada esquina del pabellón, dos en cada canasta.
Y tuve la gran suerte (ironía, porque que puto asco) de que me tocara con la nueva parejita feliz.
Cada vez que uno metía un punto el otro le animaba, le abraza diciendo cosas como: "Este es mi bebitooo" y se daban picos.

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Amor con nocilla
Lãng mạnDani, un chico de 15 años pero con 1'55 de estatura y una gran obsesión por la nocilla, se da cuenta de que está bastante enamorado de su mejor amigo hetero pero dispuesto a experimentar... ¿Qué podrá pasar con esa amistad? ¿Llegarán a algo más? ¿D...