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Jeon Jungkook era un chico atractivo, astuto, millonario y famoso por sus miles de conquistas.

No era de extrañarse verlo metido en problemas de faldas, e incluso de pantalones. Al ser bisexual, podía facilmente tener a una persona diferente en su cama cada día.

Jungkook era el hijo de uno de los CEO's mas importantes de todo Seúl. Su madre había muerto cuando el nació, y bueno como dije, su padre al ser un hombre muy ocupado en sus negocios, jamás le prestó atención a su hijo, aunque dinero, lujos y comodidades nunca le faltaron, solo amor. Quizá ese fué el motivo de que cada fin de semana era seguro que el pelinegro haría sus inigualables e increíbles fiestas en su mansión, donde el alcohol, drogas y sexo no podian prescindir.

El pelinegro no tenia amigos, o al menos no verdaderos, siempre estaba rodeado de personas interesadas doble cara, que solo se le acercaban para obtener beneficios propios, ya sea dinero o fama, asi que jamas pudo sentir el calor de una familia.

Jungkook era un joven de 17 años prepotente, arrogante, mal educado y creído. Lo que tenia de belleza por el exterior era exactamente lo podrido que se encontraba por dentro.

Extrañamente, el pelinegro estaba consciente de ello, él sabía que su forma de actuar estaba mal, que su personalidad apestaba y que las personas a su alrededor no le tenian aprecio; entonces ¿porque actuar así y permitirse aquel dolor? para llamar la atención y demostrarse que alguien lo queria, que a alguien le importaba.

Pero su método no era el correcto.

Al meterse cada vez mas en problemas, al denigrarse él mismo y desprestigiar a su padre, lo unico que logró fue alejarse más.

Por supuesto que el Señor Jeon, tuvo tambien parte de culpa, pero Jungkook se hizo tanto daño... se hirió y lastimó constantemente, que tocó fondo.

Un día su padre lo invitó a cenar. El adolescente creyó que sería una oportunidad para convivir y conocerse (porque aunque eran padre e hijo, parecian dos completos desconocidos), se apuró a arreglarse y feliz partió con su padre al restaurante. Quizó conversar durante el camino con su progenitor, pero por mas charla que involucrara, su mayor lo seguía ignorando y eso lo confundia. Se suponia que lo que estaban tratando de hacer era una forma para iniciar ese lazo de confianza y cariño entre ambos, de sentir finalmente lo que era tener un padre, una familia, amor.

Jungkook no lo entendia.

Hasta que al llegar y entrar al edificio, vió como su padre se registraba para despues un camarero llevarlos hasta un lugar exclusivo donde otros tipos como su padre se hallaban tomando una copa de vino.

Se trataba de nuevo, sólo de trabajo.

Eso molestó mucho al pelinegro, por su mente corrió el pensamiento de hacer pagar a su padre por su desdicha, ya que una vez mas tuvieron la oportunidad de reencontrarse y ser al fin una familia y lo hechó a perder.

Observó a hacia los lados, y comptendió porque su papá lo habia traido; notó como había mas jovendes de su edad en otra mesa, chicos y chicas hijos de los amigos empresarios de su padre.

Y sonrió.

Al menos esta noche me voy a divertir un poco, pensó.

- Hola. - Los saludó. - Buenas noches.

Los demas saludaron cortés y amablemente también.

Se sentó a lado de una hermosa chica rubia, que conocia sólo porque era la hija del mejor amigo de su adorado padre. La miró bien y se le hizo atractiva además sabía que la chica era muy amable y responsable, ella serviria para fastidiar a su papá, nada como enamorarla y después destruir su noble corazón causando una fuerte disputa entre su padre y el de la chica, rompiendo así cualquier negocio de por medio entre ellos.

Click +18 - Kookmin [jjk+pjm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora