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Una semana más tarde, el viaje prolongado de su padre, había llegado a su fin. Jungkook volvería a ver a su familia. Casí eran las 4:00 p.m. así que mandó al chofer de su papá por él al aeropuerto ya que su vuelo estaba por aterrizar. Cada movimiento de las manecillas del reloj, lo acercaba más a reencontrarse con Jimin.

El pelinegro, continuaba en la sala de juntas, en reunión con los jefes de cada departamento, cuando la puerta se abrio abruptamente.

- Caballeros, buenas tardes. - Saludó su padre entrando.

Todos se levantaron de sus asientos e hicieron una reverencia al actual dueño de la compañía. Bueno casí todos, su hijo solo lo veía con sus dedos entrelazados y su ceja enarcada.

- Has vuelto. - Comentó viendo como su padre tomaba asiento en el lugar que le correspondía a Jungkook puesto que él estaba en el de su padre.

- Era necesario. - Tomó la carpeta con los informes detallados de la situación financiera de la empresa, del sujeto a su lado. - ¿Y bien? Quiero ver resultados.

Ambos conectaron miradas retadoras

- Los hay. - Intervino el Contador de la empresa. - Su hijo implemento un nuevo sistema de registro, que ayudó a reducir mermas. Además convenció al consulado permitiendonos exportar a Japón por el resto del año en prueba. Y por si fuera poco consiguió mas participantes en nuestra cartera de clientes. - El padre e hijo Jeon, seguían observandose de extremo a extremo, escuchando todo. - Entre otras mejoras internas que logró en equipo con los demás departamentos, que prefiero informarle personalmente.

- Se pueden retirar. - Dijo apartando al fin la vista de Jungkook y dirigiendola a los documentos.

Los presentes vieron al pelinegro como pidiendo su autorización y éste asintió, dejándolos solos.

- Me impresionas. - Cerrando la carpeta. - Sabía que serías bueno, pero no tanto. - Alagó sin expresión. Jungkook seguía en silencio. - Siempre tengo la razón, hijo. Te dije que tenías futuro en esto, que era lo mejor para ti y no ese estupido sueño tuyo.

- Muy estupido. - Dijo simple.

Tomó su folder, se levantó y se fué de ahí.

Si tan sólo su padre supiera lo excelente que le estaba yendo como fotógrafo. Y si tan solo Jungkook supiera que estaba en la mira de unos importantes Directores de edición.

El pelinegro ni siquiera regresó a su oficina, se dirigió al estacionamiento y partió en su auto, hasta la mansión de sus suegros.

- Ya voy Jimin. - Dijo acelerando.

Al llegar, una empleada lo recibió. - Buenas tardes, joven. - Saludó.

Entró apresurado. - Que tal, busco a...

- ¿La señorita Sunhe? - Interrumpio.

Jungkook negó, comenzado a caminar hacía la sala, donde pudo ver a su hijo jugar con su tío Namjoon. Dió unos pasos más acercándose al pequeño, el hermano de su esposa alzaba al rubiecillo dándole la espalda al pelinegro; Jungkook estaba muy feliz de ver a su hijo de nuevo y su corazón se llenaba de tranquilidad al verlo divertirse. Jimin reía sin parar mientras Namjoon lo levantaba, hasta que vio detrás de su tío y su sonrisa fué borrada. Jungkook dejó de respirar cuando sus ojos se encontraron despues de tantos días.

- Papi. - Volvió a sonreir, pero con mas emoción.

Namjoon se giró al escuchar a su sobrino, encontrándose con su cuñado. Inmediatamente bajo a Jimin al suelo y observó en silencio el hermoso reencuentro.

Click +18 - Kookmin [jjk+pjm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora